domingo, 28 de octubre de 2007

Crónica de octubre

08 OCTUBRE, 2007

Un viernes envuelto en una gabardina. Una corbata, casualidad azul purísima se anuda en mi cajón. Por la mañana acorté el camino entre L.A. y el desierto de ladrillo de Afganistán. Un café caliente y un abrazo breve, como de patio de cuadrillas. Hace un año se abrió la tierra de octubre en un pasillo de hospital, un pasillo blanco, luminoso y desesperado. El hombre tranquilo domina el silencio y se que se fue a su cita de Asturias para estar más cerca de la sombra que pesa y acompaña.
Y nada nuevo, bueno cambié tu fotografía y veo que me dejas pistas en la biblioteca desordenada: un libro viejo con olor a madera de César Ruano. Sabrás que Jaime es ya casi abonado del 7, que Alcalá es un pasillo largo y ruidoso de su casa, que se descalza en la Gran Vía y que inaugura amor, descorcha espuma de cerveza en una esquina encendida de Madrid.
En la campa de octubre cumple años Camarón –que no obedece, embiste- y la doctora que da besos a cuenta gotas tiene sueños de gasa blanca y Mario consigue acariciar la música en la ventana de una máquina perfecta, y tú te compras gafas a pares y yo le debo al hombre tranquilo quinientas una pelotas y una cena con menú de noche y mandil negro y a la pizarra del pozo le debo mil horas mientras redacto contratos y mentiras y sueño mientras floto, entre brazadas largas y medias verónicas.

ESCRITO POR DE PURÍSIMA Y ORO

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