lunes, 30 de noviembre de 2009

Los motivos por los que (casi siempre) volvemos a una plaza de toros


(Apuntes del tercer festejo de la Feria de Quito)

Por Esteban Ortiz Mena

Algún entendido decía que los aficionados a los toros van a la plaza a emocionarse. Es su labor fundamental. ¿Si no a qué más irían? Bueno, hay también los que van para que les vean, es imprescindible en un evento social de esta magnitud (sobre todo cuando la plaza se llena todos los días), pero en definitiva van a eso: emocionarse.

Y la emoción puede llegar el momento menos pensado, por eso volvemos con ilusión a una plaza, como ocurrió la tarde de ayer: Un Fandi entregado con Quito y siempre vistoso con su ya clásico repertorio de banderillas, asumiendo el riesgo de una profesión con su faena sólida al segundo. Castella con un toreo clásico y profundo, de torero asentado pensando en ser figura (si no lo es ya). Creó dos faenas importantes que llenaron de emoción en los tendidos. Estuvo enorme en sus dos toros a los que lamentablemente cortó sólo dos orejas (al quinto), porque pudieron ser cuatro. Samper con la emoción que da ser torero de alternativa y sobre todo ecuatoriano (esta plaza se entrega siempre al local, demostrando el cariño por lo suyo). Además, le correspondió un toro extraordinario de Vistahermosa, el sexto, que merecía la vuelta al ruedo.

Fue una corrida en la que se apreciaron muchos de los matices que componen el mundo del toro: riesgo, entrega, alegría, estética, compañerismo... hasta los gritos románticos de esas aficionadas enamoradas que a todo pulmón declaran su amor por un torero, o aquellos que disfrutan al son de la banda. Eso es lo que hace que volvamos a la plaza con la ilusión de querer volver a sentir (emocionarnos) viendo una corrida de toros.

Fue una tarde muy interesante donde no faltaron las emociones. Si así llueve, que no escampe…

domingo, 29 de noviembre de 2009

Samper y las ganas de ser torero/ Esteban Ortiz Mena


Por Esteban Ortiz Mena

Diario Hoy, 30 de noviembre de 2009

Entre los valores de cualquier torero destacamos siempre algunos principios fundamentales: el valor, la capacidad técnica, el temple, la pureza y la entrega. Si bien es un elemento recurrente en los toreros, este último en los novilleros adquiere una jerarquía superior.

Ningún torero está nunca del todo hecho (salvo los mediocres). En particular el novillero que tiene las falencias propias del que empieza y carece de la experiencia de una profesión exigente que va formando a los toreros con cada capotazo. Pero Álvaro Samper de eso va sobrado: ayer vimos un novillero cuajado, solvente y entregado. Es decir, en novillero.

Si bien en el mundo del toro nada es suficiente, pudimos ver a un torero con la claridad como para crear dos faenas sólidas ante dos novillos completamente distintos: al bueno (aunque al de Mirafuente le faltó fuerza y transmisión) al que le cortó una oreja; y ante el manso y peligroso (si mataba bien seguramente cortaba otra). Y en ambos estuvo muy bien. Su sola comparecencia justificó el valor de la entrada. Aunque si a eso sumamos las dos orejas del rejoneador Montes y la poderosa faena del español Javier Cortés a su segundo novillo, podemos decir que el espectáculo tuvo momentos muy interesantes, aunque nunca llegó a romper por la mansedumbre de los novillos.

Volviendo a Samper, sus progresos hacen que estemos delante de un torero que puede trascender, si se lo propone. Y confiamos en que así va a ser. El día de hoy toma la alternativa y sin duda podemos decir que está plenamente capacitado para triunfar. Pero triunfar sin justificaciones, con el corazón por delante y con esa necesidad de querer ser un torero caro. Siempre en novillero. A la actitud me refiero.

Juan José Padilla sintetiza esa necesidad de triunfar cuando cortó 3 orejas a los de Miura en San Fermín: “Recuerdo que me perfilé para matar al quinto y pensé: si me coge, ¿qué más da, si mañana no tengo nada importante que hacer?”.

Álvaro, pues eso.

sábado, 28 de noviembre de 2009

La alegría de la fiesta/ Esteban Ortiz Mena


(Apuntes de lo ocurrido en la primera corrida de Feria)

Por Esteban Ortiz Mena



Diario Hoy, 29 de noviembre de 2009

En los toros ve uno siempre cosas que no espera. Y por eso el toreo sigue, y sigue, y sigue… por eso vamos con alegría a la Plaza, a disfrutar de lo inesperado. Por ejemplo, no respondió a las expectativas la complicada corrida que se lidió el día de ayer con el hierro de Trinidad; sin embargo, la gente disfrutó con dos espectaculares tercios de banderillas que tuvo como único protagonista a El Fandi; y, se entregó con Rubén Pinar, un torero honesto que demostró por qué estaba contratado para Quito.

Sin duda, El Fandi es un fenómeno pocas veces visto. Su poderío físico hace temblar a la altura de Quito… y a cualquier toro que corre tras él luego de sus pares de banderillas. Deslumbra no sólo por la espectacularidad en la ejecución al banderillear, sino también por la forma como literalmente detiene a los toros que, desarrollando una característica como la acometividad que los distingue de otros bovinos, acuden tras él luego de ejecutar de diversas maneras esta suerte que domina.

Quito “Enfandilado”, alegre y dispuesto a disfrutar con esas cosas que no espera, pero que como buen devoto, reacciona con asombro cuando ocurren. Seguramente la historia taurina de esta Plaza le llevará a los lugares más altos de los toreros banderilleros elegidos por Quito para que se vuelvan sus referentes taurinos. Ya ocurrió con el portugués Víctor Méndes, ídolo en esta plaza, que deslumbró en los años ochentas ejecutando esta suerte.

Rubén Pinar demostró inteligencia, pundonor y honestidad al momento de plantear las dos faenas más intensas de la tarde de ayer. Se entregó a una Plaza que no le conocía y encontró que el público de Quito responde muy bien cuando descubre que los toreros que se presentan se entregan en el ruedo. Vuelta al ruedo fue poco premio para lo que demostró.

Por eso, en la alegría de la fiesta, como menciona Antonio Caballero, está el origen del toreo, y también su permanencia. Por eso sigue, y sigue, y sigue…

jueves, 26 de noviembre de 2009

La importancia cultural y económica de los toros en Quito/ Esteban Ortiz Mena




Esteban Ortiz Mena



(tomado de un estudio hecho por Somos Ecuador)

Diario Hoy, 27 de noviembre de 2009



Cuando se acercan las fiestas de Quito, residentes y no residentes en la ciudad tienen en mente unos cuantos eventos, los cuales se han convertido en sinónimo de las celebraciones. Se habla de las corridas de toros, del desfile de la Confraternidad y la presentación de la Reina de Quito a su pueblo, los bailes populares y el Mundial de Cuarenta. El resto de actividades son complementarias y su función es acelerar y perfeccionar la dinámica festiva que todos los años confluye con motivo de las fiestas. De ahí que los cuatros pilares de la celebración urbana se han convertido en un eje del cual no se puede prescindir, no tanto por su estructura, sino por la profundidad con la que se han arraigado en la tradición como en el imaginario quiteño.

Si uno se fija, cada uno de estos eventos puede tener algún cuestionamiento, sobre todo proveniente de sectores sociales que se pueden sentir afectados ideológicamente por su realización. Es así que los grupos feministas pueden objetar la elección de la reina y los antitaurinos las corridas de toros. Esto es algo común en la construcción ciudadana: las contradicciones y oposiciones también tiene su lugar dentro del proceso de edificación de la ciudad como entidad viva.

Sin embargo, la organización de estos eventos, con el paso del tiempo pasó de ser una actividad a ser una tradición y de ahí a un modo de vida que incluye a miles de personas y decenas de profesionales.

Ahora que empiezan las corridas de toros, es importante tomar en cuenta los siguientes datos tomados de un estudio publicado por “Somos Ecuador” sobre esta tradición quiteña:

· Los espectáculos taurinos son la forma de vida de miles de familias que participan de ellos de manera directa e indirecta. El turismo, la hotelería, los restaurantes, los transportistas, los artistas, los vigilantes, los artesanos, entre otros, forman parte de la actividad económica relacionada con los toros.

· La actividad taurina en la Capital genera un movimiento económico de alrededor de $50 millones de dólares.


· En total 27,286 personas trabajan en más de 3,000 establecimientos relacionados a la industria turística de la provincia de Pichincha.

· El SRI y el Municipio de Quito son beneficiados directamente por la realización de las Fiestas de Quito. Además de la recaudación de IVA e ICE del SRI, el Cabildo recibe solamente a través del impuesto a los espectáculos públicos alrededor de US$500,000 que le sirven para financiar el resto de actividades que se realizan en esta época. Es decir que los roqueros con sus conciertos, las serenatas que se tocan, los pregones populares, los festivales y un sinfín de actividades se benefician indirectamente de la actividad taurina.

· Entre el 1 y 6 de diciembre de 2008 llegaron a Quito 19,624 turistas, se sostuvieron 58,878 empleos directos y 98,120 indirectos.

· Solo la actividad turística mueve aproximadamente entre 12 y 14 millones de dólares durante las fiestas de Quito

· En el DM de Quito existen aproximadamente 210,000 microempresarios. Este gremio reporta un crecimiento de sus actividades y ventas de entre el 30% y el 60% de acuerdo al sector durante las fiestas de Quito.

· Tres de cada 10 ciudadanos residentes en Quito participa activamente en uno o varios de los actos de las fiestas de Quito. Cada uno de ellos gasta un promedio de $20 dólares durante las festividades.

¡Usted sí que sabe!/ Fermín González


Por Fermín González

Comentarista Onda Cero Radio. Salamanca

Para un buen aficionado, no existe peor aficionado en el mundo, que otro buen aficionado. Un aficionado, y de estos hay muchos, puede ser modesto en todo, menos como aficionado.
¿Quién entiende de toros? ¿El toro? ¿La vaca? ¿El torero? ¿El ganadero? ¿El señor presidente de la corrida? ¿Usted? ¿Yo?. Si separamos a estos personajes notables de la Fiesta, y uno a uno, le hacemos la pregunta ¿quién entiende de toros en España?, La respuesta será la misma: Yo, y después de yo ¡nadie! Para un buen aficionado, no existe peor aficionado en el mundo, que otro buen aficionado. Un aficionado, y de estos hay muchos, puede ser modesto en todo, menos como aficionado. Si uno observa y escucha en plazas, en bares y cafés o ante la televisión, siempre hay un parroquiano, que entabla discusión o polémica con su vecino de localidad y si por casualidad le interroga ¡Ud. sabe de toros!, Su más helada mirada recorrerá el cuerpo del preguntador de pies a cabeza, y como un dios ofendido contestará – de aquella manera –.¿Tan difícil es entender de toros? Pues, sí; ser un buen aficionado, tiene su “intríngulis”, su aquel. Hay quien se orienta pronto y lo consigue, ve, escucha, pregunta, lee, se arrima, se trabaja el tentadero, etc., se va forjando un buen aficionado. Hay quien por el contrario, no lo consigue aunque lleve en primera fila de ferias toda una vida, estos no aciertan a distinguir múltiples detalles. Y, no crean que, tan solo hablo del aficionado de base, sino también de muchos comentaristas y escribidores. Pero en líneas generales el público que hoy acude a las plazas, tiene también brillantes cualidades. Como son: dulzura, inseguridad, entusiasmo, tolerancia, efusión etc. ¿Quién puede al lado de estos pronunciarse, por el rigor, la verdad, la pureza, la técnica, el valor etc.?¡Tonterías, dirán al hablarle de estas cuestiones, con sonrisa burlona y suficiente! ¡Y mucho peor todavía! Donde me dejan ustedes a muchos presidentes, que se suben al balcón de no pocas plazas de toros, y más de un veterinario y asesor, los cuales tienen responsabilidad ante el publico pagano – de los unos, y de los otros – cuya exigencia primera es aprobar con matricula la “profesión” de aficionado taurino y además revalidarlo esa tarde. ¿Si el toro pudiera ser preguntado, sobre los saberes taurinos? - Otro Gallo cantaría en la Fiesta. ¡Ténganlo por seguro!...

martes, 10 de noviembre de 2009

Respuesta a falacias de antitaurinos/ David Alemán


Por David Alemán

>>>>La primera premisa se tomó de una cita de la Wikipedia sobre la>> declaración de la UNESCO. Esta es una relación de ventajas y>> oportunidades culturales: NO es una definición, mucho menos una>> definición sociológica ó antropológica. Mi profesor de lógica lo>> pondría como un claro ejemplo de IGNORANCIA DEL ELENCO.

>>>>El significado de “cultura” difiere según su uso pudiendo ser:>> humanista, antropológico, sociológico, psicoanalítico y etiológico.>>>> Emile Durheim, el padre de la sociología moderna argumentaba que: “La>> cultura es una realidad independiente, tiene vida propia fuera de los>> individuos.”

>>>> Si hablamos de valores, estamos dándole al término “cultura” un>> sentido antropológico. Esto es, referirnos a nuestra forma de vida y>> nuestra cosmovisión como sociedad.

>>>> El pundonor, la inteligencia y la estética son parte de los valores>> del toreo: NO ME IMAGINO A LUCIO GUTIERREZ ó a ABDALÁ BUCARAM como toreros por ejemplo.

>>>> En este sentido un hombre frente a un toro enfrentando la muerte cara>> a cara ES CULTURA. Lo mismo decimos de un indígena taromenani>> reduciendo la cabeza de un huaurani ó un estudiante quiteño que en el>> día de los difuntos fue a comer catzos en Sangolquí.

>>>> Tanto en el toreo como en las artes plásticas -pintura, escultura,>> tallado, etc- ó las escénicas como la danza o el teatro no se aprecia>> solo la técnica sino la estética en sí: Tiene que ser bello y el>> intérprete excepcional tiene ángel y duende (el frasco de las esencias>> del toreo.)

>>>> La tradición del toreo viene de su doble carácter litúrgico y lúdico,>> anterior a la cristiandad. De allí su relación con las fiestas>> religiosas, la idolatría hacia el torero -que toma el lugar del>> predicador- y la actitud fundamentalista de determinados aficionados.>> Ni siquiera la iglesia católica logró abolir las corridas de toros.

>>>> NO SE EQUIVOQUE: El toro-bravo es un animal seleccionado>> genéticamente. Se le han fijado determinadas características de>> codicia, acometividad, duración, clase, recorrido, etc. Si bien un>> toro puede ser apacible y manejable en grupo, al verse solo su>> comportamiento variara drásticamente. Baste con acercarse para que>> usted se de cuenta que embiste. Además, por las circunstancias>> ambientales, su comportamiento en una plaza de toros será más complejo>> y agresivo.