jueves, 22 de diciembre de 2011

POLARIZACIÓN Y TOLERANCIA

por Felipe Burbano de Lara (Sociologo, catedrático de Flacso)

Resulta ambiguo reivindicar un principio de tolerancia, como propone el alcalde Augusto Barrera, cuando el ambiente cultural y político de la ciudad se ha polarizado, como se vio en las últimas fiestas. El alcalde sostiene que fue la consulta de mayo la que dejó a Quito polarizada particularmente en torno al tema de los toros. Frente a esa polarización, plantea la tolerancia. Me parece algo tardía la reivindicación de ese principio por parte del alcalde. Esa misma postura debió haber levantada para criticar la inclusión de un tema como el de los toros en una consulta con fines políticos. Resultaba absurdo que temas culturales, donde las sociedades y sus grupos construyen sus mundos de vida a través de tradiciones, rituales, prácticas simbólicas, sobre los cuales nadie puede esgrimir la última palabra, quedaran sujetos a un juego político de mayorías y minorías. La idea misma de incluir la pregunta sobre los toros encerraba un ejercicio de intolerancia frente al cual Barrera no dijo nada en su momento.

Sospecho, además, que la polarización la agravó el propio Concejo Municipal cuando tomó una resolución que no asumió con valentía las propias implicaciones políticas del triunfo del si en la pregunta de los toros. El Concejo produjo una ordenanza que mutiló la fiesta taurina con una muerte tramposa del toro en los chiqueros, luego de ser expuesto al mismo proceso de castigo y maltrato que los antitaurinos creyeron se eliminaría en su cantón con el triunfo del sí. Se vivió una feria taurina y unas fiestas de Quito muy golpeadas por una grosera intromisión de la política en un campo de discusión y debate que compete exclusivamente a la sociedad civil. Las tradiciones culturales no pueden liquidarse por decreto sino por transformaciones que nacen de la propia dinámica del cambio cultural. Si la fiesta taurina debe morir en algún momento, será cuando toda la dramatización y ritualización que construye alrededor del toro como símbolo de los desafíos humanos, pierdan capacidad para significar el sentido de la vida de un grupo social. En Quito, esa afición seguía siendo profunda, fuerte, con una larga tradición, de allí que haya quedado polarizada después de la consulta. Esos sentidos culturales han sido golpeados políticamente por una revolución que tiende a entrometerse en todo. La polarización que vivimos hoy en el campo cultural fue provocada por esa obsesión revolucionaria de meter las narices en cuanto terreno encuentra, como parte de un uso arbitrario de su enorme poder. Frente a esa intromisión, Barrera no dijo nada, guardó un silencio que lo compromete.

Solo cuando el tema se le vino encima, entonces sacó a relucir el argumento de la tolerancia.

Pero en contra del alcalde pesan más factores derivados de su militancia con la mal llamada revolución ciudadana. Pide tolerancia cuando forma parte activa de un proceso que se caracteriza por su arraigada intolerancia, por su absolutismo político. Quito se ha polarizado también porque Barrera es un corazón ardiente de la revolución, a la que debe tanto a pesar de haber entrado en ella tardíamente. Ese corazón ardiente tiene mucha responsabilidad en la mutilación política de una tradición cultural valorada por los quiteños y en la actual polarización de la ciudad.

Fuente: Diario Hoy. 13 de Diciembre de 2011

jueves, 8 de diciembre de 2011

Libertad con dignidad e integridad

http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/libertad-con-d…d-e-integridad-519240.html

Tres objetivos, tres virtudes, tres valores y un solo lema, casi revolucionario: libertad, dignidad e integridad. Así se resuman los deseos de aficionados y profesionales del toreo para la Fiesta en la ciudad de Quito, después de haber dado un ejemplo de civismo durante los nueve días de una feria de Jesús del Gran Poder marcada por la sinrazón política y el absurdo de una corrida despojada de la muerte del toro en la arena.

Libertad piden los aficionados. Libertad para disfrutar de su pasión, de un espectáculo que, desde hace décadas, centra las fiestas de la ciudad a finales del mes de noviembre. Libertad para poder asistir a los tendidos de Iñaquito sin miedo, sin restricciones, sin insultos, sin ser estigmatizados por grupos de fanáticos que tratan de imponer su moral y su criterio al resto de los ciudadanos. Libertad también para poder educar a sus hijos en esa escuela de vida que son los festejos taurinos.

Dignidad para el toro, para un animal arrogante e incomparable que no pide compasión, porque no la necesita, sino respeto a su condición de bravo y de luchador infatigable. No hay que apenarse del toro sino temerle. Y procurarle una lidia limpia y sin ventajas, y una muerte digna, de igual a igual, con opciones de victoria. Tras una vida de privilegio, el toro merece una muerte con grandeza y gloria, a la luz del sol, sobre la arena, y no en la tétrica oscuridad de un chiquero, a escondidas de la mirada de los cínicos.

E integridad para la propia Fiesta, un espectáculo incomparable, deslumbrante, tal vez cruento pero nunca cruel, en el que, de principio a fin, desde el paseíllo hasta la muerte del toro, se ritualiza con esplendor el espíritu de una cultura milenaria amenazada por la globalización y por turbios intereses económicos.

Exijamos una corrida íntegra y sin mutilaciones, como fue y debe ser siempre, en la que no sea solo el hombre, como en esta paradójica pirueta que las autoridades le han hecho dar este año a las corridas quiteñas, quien pueda caer a la vista del público.

Libertad, dignidad e integridad. Trilogía de derechos de un colectivo unido en un solo grito frente al autoritarismo y la hipocresía.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Los de afuera vinimos a aprender

http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/los-de-afuera-…mos-a-aprender-519342.html

Acabó ya esta Feria Jesús del Gran Poder, un abono histórico y polémico por las circunstancias que la han rodeado, pero también esclarecedor, pues ha servido para que se pongan en evidencia muy interesantes conclusiones.

La primera, la básica, es que una corrida sin la muerte del toro en el ruedo es un sucedáneo, una perversión blanda e hipócrita del auténtico sentido de la lidia. La que dieron en llamar "vía criolla" ha dejado en el espectador una triste sensación de vacío cada tarde, cuando la hora de la verdad, que es la de la estocada, se convertía en un minuto de farsa.

Y más aún cuando el absurdo se prolongaba en esa vuelta del toro, sin la dignidad ni la grandeza debidas, camino del puntillazo final en la oscuridad de los chiqueros, oculto a la mirada de los hipócritas que creyeron que su ambiguo discurso político había encontrado por ahí una vía airosa para disimular su falta de valor para defender las libertades de los ciudadanos.

Pero se equivocaron. Esa pantomima del final de cada faena solo ha conseguido alentar y reforzar aún más el sentimiento taurino de los quiteños, de una afición y de un colectivo profesional que, tarde a tarde, ha dado una monumental lección de civismo y de democracia, acatando las medidas represoras pero exigiendo en un solo grito la libertad que se les niega. Haciéndose oír con fuerza entre el ruido mediático, las coacciones y las mentiras.

Los que vinimos desde fuera a presenciar las corridas quiteñas creímos en principio que lo hacíamos para apoyar a nuestros hermanos ecuatorianos de pasión. Pero, ahora que se cerraron las puertas de Iñaquito, somos conscientes de que realmente hemos venido a Quito a aprender: a saber cómo han de hacerse las cosas, cómo deben coordinarse las estrategias, cómo ha de protestarse en defensa de este espectáculo único, de este rito milenario que son las corridas de toros.

Enhorabuena, quiteños. Nos habéis dado una lección y nos habéis marcado el camino a seguir. Nos vemos el año que viene, esperando que de una vez por todas vuestra lucha haya conseguido imponer el sentido común y haya devuelto su esencia a las corridas de toros de la línea equinoccial. Fue un placer y un orgullo estar con vosotros.

Trofeo El Albero 2011

El trofeo El Albero a la torería en Feria de Quito 2011 recayó en manos del maestro Enrique Ponce y de la ganadería de Huagrahuasi en vista de las virtudes demostradas durante esta Feria de Quito, que ratifican el compromiso con la afición y su profesión.

Una mención especial se llevó la afición de Quito, por la valentía y la lucha incansable dentro de las actuales circunstancias.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Una sociedad fatua

Publicado el 05/Diciembre/2011
Sucedió en Iñaquito

Por: Santiago Aguilar
Especial para HOY

Los detractores del espectáculo taurino exhiben como uno de los ejes de discurso la supuesta falta de identidad nacional de la fiesta de los toros, señalando que esta manifestación artística fue impuesta por los españoles a su llegada al nuevo mundo y en el caso puntual de Quito, hace 477 años. Agregan que, al tratarse de una fiesta extranjera, debe desecharse. El alegato se completa con la idea de que quienes practican el toreo o cultivan esta afición son individuos de raza blanca, distintos, muy distintos a los mestizos y longos que conforman la mayoría etnográfica de nuestro país.

Argumentos endebles y simples que solo encuentran base en el proyecto político de quienes lideran las corrientes antitaurinas, en un preocupante propósito de división social, en un absurdo rechazo a nuestra verdadera identidad nacional y, lo que es lamentable, el desconocimiento de nuestras raíces históricas y antropológicas.

La fiesta de los toros en el Ecuador encuentra su origen con la llegada del toro bravo, en especial el de origen navarro, que arribó -en aquel entonces- a la Gobernación de Quito procedente del Virreinato de Nueva España transportado por las rutas marítimas utilizadas para abastecer de ganado al Virreinato del Perú; se cree que el puerto de desembarque fue El Callao, y desde allí lo condujeron al norte por las estribaciones de la cordillera de los Andes. Datos históricos confirman que la llegada de gran número de reses a Quito respondía a las necesidades de alimentación de la población en aumento. De hecho, en 1537 se realizaron las primeras marcas para el ganado, tarea indispensable por el crecimiento de los hatos ganaderos.

Las actividades productivas de los religiosos y su afición a los toros derivaron en el vertical crecimiento del número de cabezas de ganado en sus tierras. Un registro de 1633 fija en 7 000 las reses existentes en la hacienda Pedregal.

A la par del crecimiento del número de reses en Quito, se multiplicaron las corridas de toros; prácticamente en todas las plazas públicas se efectuaron "juegos de toros" en los que la participación de los quiteños creció a medida de la expansión de la afición, pronto los habitantes de la reciente urbe se identificaron con la práctica, al tiempo que de la expansión de las funciones taurinas, los españoles fueron relegados y los mestizos e indígenas las hicieron suyas y se convirtieron en sus principales promotores y cultores.

Hoy más de cuatro siglos después, mirando el notable comportamiento de los toros de las ganaderías nacionales, la impresionante asistencia de público a lo largo de la feria y la destacada actuación de los toreros ecuatorianos; debemos reconocer que esta fiesta nos pertenece al formar parte de nuestra estructura social y cultural; es de rigor entonces proteger y reivindicar al espectáculo taurino en tiempos en que se busca borrar el pasado para intentar dibujar una sociedad fatua, carente de raíces, significados y contenidos.

El gran negocio antitaurino/ Paco Aguado

Envueltas de buenos sentimientos, las agresivas campañas antitaurinas suelen contar con una más que sospechosa financiación. Las investigaciones publicadas en el diario sueco Aftonbladet y en el portal español mundotoro.com han sacado recientemente a la luz las implicaciones de las multinacionales de productos para mascotas con movimientos animalistas de todo el mundo.

Se trata, pues, de que estos activistas ayuden a crear un estado de gran sensibilidad hacia los animales para fomentar la compra no solo de mascotas, sino además de toda una extensa gama de productos para su cuidado, su alimentación y su mantenimiento, incluyendo asistencia psicológica, pomposos entierros y hasta costosísimas clonaciones.

Estas empresas transnacionales consiguen generar un total de $25 billones anuales, cuando la asociación Acción Contra el Hambre calcula que solo una ínfima parte de esa cantidad bastaría para acabar con la desnutrición de 20 millones de niños en distintos países asolados por la falta de alimentos.

El negocio de las mascotas ha incrementado su volumen en 120% en la última década, tiempo en el que, significativamente, fueron modificado o redactado más de un centenar de leyes de defensa de los animales. La coincidencia obedecería a la gran capacidad de infiltración de estas empresas en los distintos gobiernos y a la utilización de los movimientos animalistas para su beneficio a través de meditadas estrategias de comunicación.

En ese sentido, parece evidente que, cuanto más llamativas sean las campañas de estas asociaciones, cuanto más "mediático" sea el objetivo contra el que enfocan sus ataques -las corridas de toros o la caza del zorro-, más y mejor consiguen los efectos de sensiblería que sostienen tan descomunal negocio.

El mayor activista antitaurino del momento, el "biotecnólogo" argentino Leonardo Anselmi, relacionado también con el negocio de la filosofía veganista, no solo que ha conseguido infiltrarse en los laberintos de la política para conseguir la prohibición de la fiesta en Cataluña, sino que ha recorrido también durante el último año todos los países taurinos de América, incluido el Ecuador.

Sobrado de medios y con acceso a los más decisorios despachos de la administración y del periodismo, el "pibe" ha tenido suficiente tiempo y dinero -aparentemente, el de la suiza Fundación Franz Weber- para provocar este creciente movimiento en contra los toros que podría ocultar intenciones menos altruistas que las que nos quieren hacer ver.

sábado, 3 de diciembre de 2011

La juventud es la garantía del futuro

http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/la-juventud-es-la-garantia-del-futuro-518611.html

Los españoles que acudimos a las corridas quiteñas, desde profesionales del toreo a periodistas y aficionados, observamos con sana envidia la gran cantidad de jóvenes que acuden día a día a los tendidos de la Monumental de Iñaquito.

Se pueden calcular en miles los adolescentes y veinteañeros que acuden atraídos por la emoción de este espectáculo y el magnetismo de los toreros, a los que tienen considerados como verdaderos ídolos, al nivel de famosos cantantes o deportistas.

Por mucho que las ordenanzas que intentan abortar la pasión de los ecuatorianos por los toros se empeñen en limitar su asistencia, o incluso prohibir, contra la patria potestad de los padres, que puedan entrar a las plazas los menores de 12 años, la desbordante afición de estos jóvenes es la mejor garantía de futuro del espectáculo en el Ecuador. Su mayor riqueza.

Bastaba con ver ayer cómo, al final de la corrida, un aluvión de chicos y chicas saltaba al ruedo para sacar a hombros al paisano Juan Francisco Hinojosa y para acercarse al tan idolatrado Sebastián Castella, que tuvo que salir de la plaza protegido del acoso de sus seguidoras, al estilo de las más famosa estrellas del rock and roll.

No se puede luchar contra circunstancias y convicciones tan evidentes como esta pasión con que la juventud quiteña acude a la plaza. Porque ni estos jóvenes ni sus padres sienten que ir a los toros, a disfrutar de la lidia y de las faenas de esos personajes ejemplares que son los toreros, sea para nada contraproducente en su educación ni suponga un mal ejemplo a seguir. Al contrario.

Esos jóvenes, esos miles de chicos y chicas que estuvieron ayer en la plaza salían del recinto cargados de entusiasmo y optimismo, plenos de vitalidad y de moral después de emocionarse con la bravura del sexto toro y con la determinación de otro joven, y tan cercano a ellos, que ha decidido afrontar el sacrificado sacerdocio que es el toreo profesional.

No, desde luego que no: los toros no generan violencia, como arguyen sus detractores, que se atreven incluso a establecer delirantes e insultantes similitudes de los aficionados con los maltratadores de mujeres. Más bien, como sucede con todas las Bellas Artes, y el toreo lo es aunque haya a quien le cueste reconocerlo, la tauromaquia ayuda a cultivar la sensibilidad y los buenos sentimientos de quienes lo contemplan con espíritu abierto.

En mis más de 40 años acudiendo a plazas de todo el mundo, no he visto aún que nadie salga de una plaza dispuesto a apuñalar al partidario de otro torero o a quemar y derribar los contenedores de basuras si el festejo no ha sido lucido, como a veces sucede con el fútbol. Y no por ello se convocan referéndums para intentar prohibir la Copa Libertadores ni las ligas nacionales.

La educación, el talante democrático y la apertura de mente del público que acude a los toros son hoy por hoy un ejemplo de convivencia en este mundo agitado y violento. Un buen modelo a observar si se quiere emprender, por ejemplo, una revolución cívica en el país.

Triunfó el hombre, triunfó el torero

En una fría noche quiteña del mes de marzo, se distingue la ágil y esbelta silueta de un hombre que desciende de su vehículo con decisión para ganar la acera y aproximarse a uno de esos altos muros que, a causa de la inseguridad, son indispensables en la mayoría de los sectores de la ciudad; con rapidez, agita la lata de pintura en aerosol y escribe con grandes caracteres la frase: "Libertad, vota no". El anónimo grafitero repite aquel amanecer de lunes el ejercicio que, en las últimas semanas, ha sido una tarea casi obligada, el proselitismo taurino; unas veces desde la clandestinidad, muchas más frente a los micrófonos de radio, las cámaras de televisión o en plazas, calles y avenidas, participando en decenas de actos que dieron forma y contenido a la campaña por la defensa de la fiesta de los toros que se llevó a cabo en nuestro país como respuesta a la consulta popular promovida por el Gobierno.

Aquella figura incansable supo ganarse el afecto y la admiración del grupo de taurinos que, domingo a domingo, buscaba que las mejores paredes de Quito griten su reclamo de libertad y respeto; el encubierto activista defendió con pasión la fiesta de los toros como quien defiende su vida.

Durante varios meses, día a día y noche a noche, el personaje de esta historia combinó su preparación profesional con las intensas actividades de protección del espectáculo taurino; el caso es que los entrenamientos físicos y el manejo de capote y muleta se alternaron con la búsqueda de los votos necesarios para atajar la prohibición. Su esfuerzo, sumado al de muchos otros, permitió que la fiesta de los toros obtenga 3,5 millones de votos que aseguraron el espectáculo en 95 localidades del Ecuador.

El hombre sintió en el alma el estrecho resultado registrado en Quito, que impuso la supresión de la muerte del toro en el ruedo; lejos de afligirse, redobló sus entrenamientos con la idea de tratar de recuperar en el ruedo lo que la política le arrebató.

En las diarias jornadas de toreo de salón y visitas al campo, adquiere fuerza y se ancla en su mente un pensamiento que se convierte en su nuevo norte: el coso de Iñaquito debe ser reivindicado encendiendo la flama de la bravura del toro en la arena y con el imponente voz de miles de inconformes aficionados.

Las calles, por ahora, ya no son el escenario de su cruzada; en las paredes, su caligrafía fue reemplazada por su nombre anunciado en los carteles; su lid se traslada temporalmente al dorado ruedo de la Monumental Quito; su voz y los botes de pintura son sustituidos por su capote y su muleta. El reto, demostrar, exhibiendo su ropa de trabajo, es decir, vestido de luces, ante un serio toro jabonero, todo el valor, la entrega y la pasión con la que un torero defiende y expresa su profesión.

Es que la notable actuación que ayer cumplió el diestro Juan Francisco Hinojosa, el personaje de nuestra historia, fue una gesta inolvidable; quienes la atestiguamos llegamos a sobrecogernos por el inmenso valor que reclama poner en riesgo la vida luchando por lo que se cree y ama; ayer, en Quito, triunfó Hinojosa, triunfó el hombre, triunfó el torero.

martes, 29 de noviembre de 2011

Por qué Morante

Diario Hoy

El periodista y escritor español Paco Aguado presentó anoche en Quito el libro Por qué Morante, un brillante texto en el que se develan las claves de uno de los más grandes toreros de nuestro tiempo, el sevillano Morante de la Puebla. La obra fue publicada por Unasumo Editores, una nueva editorial que apuesta por el poder del libro en el panorama cultural.

A lo largo de más de 200 páginas, bellamente ilustradas con fotografías de distintos autores, Paco Aguado entra en profundidad tanto en la personalidad del diestro sevillano como en las motivaciones de su genial expresión artística. Desde sus primeros pasos en un determinante entorno a la honda trascendencia cultural del concepto taurino de Morante, el autor desarrolla en varios capítulos los porqués de tan deslumbrante puesta en escena.

Siguiendo el hilo conductor del torero sevillano de ambas orillas del Guadalquivir, se repasan los antecedentes que desembocan en el gran bagaje expresivo del genial torero de La Puebla del Río y se describen con elocuente claridad todos los resortes técnicos y artísticos de su tauromaquia. De igual modo, el autor entra en los aspectos más profundos de la compleja figura de este torero distinto, a todos los que, bajo su soberbio concepto, oculta un tremendo valor y una gran fortaleza mental.

Como asegura el cineasta Agustín Díaz Yánez, autor del prólogo, Por qué Morante "es un libro de gran inteligencia, que rompe moldes con la literatura taurina al uso, que nos adentra en la dimensión humana y artística de un torero que ya está marcando un época dentro y fuera de la plaza, y que está escrito con elegancia y sabiduría. Un libro que honra a quien lo escribe y que hace mejor a quien lo lee. Un libro que, hablando de un torero más que excepcional, nos habla también de la vida, del arte y del destino".

La personalidad del artista, las claves de su temple y un valor no reconocido por miradas apresuradas son examinados en este acercamiento literario y apasionado.

Por qué Morante, un libro para curiosos, iniciados y amantes del arte.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Sólo puede morir el hombre

Paco Aguado
Diario Hoy, 28 de noviembre de 2011

Sobre la segunda de Feria

Si el sábado triunfó la fiesta, ayer fue la tragedia la que sobrevoló Iñaquito, obedeciendo a esa permanente y caprichosa dualidad de la suerte sobre la arena. Porque allí mismo, con la cruda naturalidad de siempre, volvió a ponerse de manifiesto la esencia eterna de la tauromaquia. Esa tremenda voltereta que el primer toro le propinó a David Mora recordó a ignorantes e hipócritas que los toreros ponen en juego su vida cada tarde para sacar a la luz su arte y su sentimiento.

Pero, recuperado el ánimo tras un percance que, afortunadamente, no tuvo mayores consecuencias, el diestro español volvió a meterse en la cuna de las astas y desde allí, desde ese punto de máximo riesgo y a veces de no retorno, miró al tendido y alzó la voz para proclamar, orgulloso y desafiante, una máxima verdad frente los que quieren convertir en farsa el rito de la autenticidad: "¡El toro puede matar, nosotros no!".

Esa es la gran paradoja del absurdo tinglado orquestado contra la Fiesta en Quito, el hecho descompensado y cínico de que en el ruedo, ante la vista del público, el único que pueda perder la vida sea el hombre, no el animal. Contradicción y desigualdad de la que han dado en llamar "vía criolla", solución alternativa, improvisada y, esperemos, pasajera que no soluciona nada porque a nadie contenta, ni a taurinos ni a antitaurinos.

Lo chocante del caso es que a estos barros se ha llegado por los lodos de esa corriente del animalismo más fundamentalista y fanático que ha dejado de lado una moralidad más básica y fundamental para la convivencia como es la del humanismo. Para estos "ayatolás" no hay compasión para con el torero porque el único sufrimiento que importa, si es que existe como tal, es el del animal. Hay que esconder y disimular la muerte del toro, pero no la posibilidad de la muerte de quien se le enfrenta, tan mal acostumbrados como estamos a presenciar por televisión, sin sentir el más mínimo escalofrío, los estragos de las guerras, los cadáveres de asesinados, los niños famélicos del tercer mundo...

Preocupantes síntomas estos de una sociedad enferma que sólo se conmueve cuando ve cojear a un perrito o el sacrificio de una res o de un ave destinadas al consumo básico. Cómo han cambiado los tiempos desde que aquellos primeros intentos de prohibición de la Fiesta, hace ya muchos siglos –y aquí seguimos-, se basaban en la preocupación por el hombre, por los heridos y muertos en las corridas, alarmados los Papas abolicionistas de que se pusiera en juego el que consideraban don divino de la vida. Cómo han cambiado los tiempos para que hayamos llegado a perder el norte de esta manera tan absoluta y absurda.

domingo, 27 de noviembre de 2011

El orgullo de sentirse taurino/ Paco Aguado

Sobre la primera de Feria

Paco Aguado
http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/el-orgullo-de-sentirse-taurinos-517244.html

En mitad del lamento por la mutilación sin sentido del rito, a pesar de la afrenta de tener que celebrar las primeras corridas de su historia sin muerte del toro en el ruedo, la peculiar Feria de Jesús del Gran Poder del 2011 se abrió ayer con algunas buenas noticias.

Una de ellas ya la comenta el compañero De Labra en la página anexa: el indulto de un toro de Huagrahuasi, que no cayó apuntillado siniestra e injustamente en la oscuridad de un chiquero, como sus otros cinco hermanos, sino que, por su bravura, se ganó el privilegio de haber vuelto al campo para que transmitiera su condición a los astados que sostendrán la fiesta del futuro en el Ecuador.

Pero, con ser importante la noticia del indulto, también lo fue, en otra dimensión del análisis -la sociológica o, si quieren, la política-, que la Monumental de Iñaquito llenó sus tendidos con más de 14 mil espectadores. Es difícil que, salvo el fútbol y en encuentros muy señalados, haya otro evento en la ciudad de Quito que congregue una multitud similar.

Porque el de los toros, como se demuestra cada año, en cada feria, en cada corrida, no es un espectáculo de minorías en la capital del Ecuador. Las corridas son, por historia, por costumbre y por convicción, más allá del gusto o de las leyes de sus gobernantes, uno de los actos centrales de las fiestas quiteñas. Y por mucho que se quiera ocultar, por mucho que entre algunos aficionados se palpe un latente temor a posibles represalias por manifestarse a favor de las corridas o en ciertas empresas por auspiciarlas y promocionarlas, la realidad seguirá siendo más tozuda que los caprichos.

El lleno de ayer en los tendidos de Iñaquito ha sido, para empezar, la mejor respuesta a quienes quieren imponer sus gustos y su moral a la totalidad de la ciudadanía, a los que quieren coartar la libertad y los derechos de quienes no piensan igual.

Ante tantos ataques indiscriminados, ante tantos insultos, ante la persecución y las coaccciones, los aficionados deben manifestar, ahora más que nunca, su orgullo de ser taurinos, de saber disfrutar del mismo espectáculo que apasionó a Picasso, a García Lorca, a Orson Welles, a Dalí, a Hemingway, a Goya, a Miguel Hernández..., y que hace que sigamos viendo por los tendidos a Fernando Botero, a Oswaldo Viteri, a Joaquín Sabina, a Miquel Barceló, a Andrés Calamaro, a Miguel Bosé....

Sí, es ese mismo espectáculo que acaba de ser declarado patrimonio cultural de la República de Francia, la culta Francia, cuna de los derechos humanos y de la Ilustración. El mismo que el saliente Gobierno socialista de España traspasó este año al Ministerio de Cultura. El mismo rito que, como viene siendo costumbre hace más de una década, hace que se premie a los toreros, como el caso más reciente de Joselito, con la Medalla de Oro de las Bellas Artes.

No, nunca debemos avergonzarnos de ser aficionados a los toros, a un espectáculo con siglos de historia y cultura a sus espaldas, a una fiesta que ya no es española sino de los pueblos que la siguen celebrando.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Presentación del libro Por qué Morante

EL ALBERO PEÑA TAURINA tiene el placer de invitarle a la presentación del libro POR QUÉ MORANTE del que es autor el periodista y escritor español Paco Aguado.

Lunes 28 de noviembre de 2011. A las 19h30. Restaurante Astrid y Gastón. Av. Coruña N32-302 y González Suarez. Quito

jueves, 13 de octubre de 2011

De toro a vaca loca

Pablo Cuvi
Diario Hoy, 15 de febrero de 2003

Desengañaos, lector malpensado. No hablaré aquí de ningún personaje de alto coturno que haya salido intempestivamente del clóset. Ni abordaré el travestismo político que tanta tinta corre en la prensa criolla. Porque si quisiera hablar de algún podereso que no se torna vaca loca escogería a capos internacionales como Edgar J. Hoover, director del FBI en los añor terribles de la Guerra Fría, quien era el gran inquisidor durante el día y por las noches se vestía de mujer para sus odalías (¡ah, los grandes inquisidores!). O enfilaría la mirada hacia el triste príncipe Carlos que, dicen, yacía con el mayordomo. Luego de la glamorosa y desatendida Diana, "con esa otra novia tan fea, ¿qué más se podía esperar?", dice una amiga. Además, para eso han quedado las familias reales, para dar espectáculo a la plebe con sus princesas mediáticas y sus chismes de recámara. No como en los timepos del grande y calvo Julio César, cuando los poderosos salían de conquista, espada en mano. Yo no solo conquistaban territorios para el imperio, pues de Julio César se afirmó que era "el toro de todas las vacas, y la vaca de todos los toros", ¡Ave María!, o Ave César, para ser más exactos...

No, nada de lenguaje ambiguo. Aquí llamaré al pan pan y al toro toro, ya que se trata de una res de cuatro patas que a las 8h00 está corriendo por el potrero y a las 16h00 ha sido vaciado de todo, puro cuero, convertido en remedo de sí mismo para la procesión.

Sucede que el sábado anterior acudí a la fiesta de los toros del Señor de Girón, señor también de los emigrantes, quienes vuelven cada año y en agradecimiento asumen el priostazgo de un ritual sangriento, pero cargado de símbolos e historia, una historia que se remeonta a los sacrificios de la antigua civilización mediterranea, pero que también empata con las ofrendas humanas de los aztecas.

No da este espacio para detallar todo lo que ahí se pone en juego en términos de relaciones comunitarias, identidad, tradición, comercio con la divinidad y con la Pachamama, fiesta donde toda la comunidad participa en el ritual de degolalr al toro y beber su sangre tibia y luego comer, cocidas ya, sus carnes y entresijos. Si a primera vista parece un asunto medio salvaje, no hay que olvidar que la misa católica es la representación diaria de otro sacrificio donde el sacerdote bebe la sangre del Cordero y los fieles comen Su cuerpo. Acá se honra al Señor de Girón, y los actos rematan en otra misa, de modo que hay un doble sacrificio que fortalece el sentido de pertenencia a una comunidad y una cultura.

Lo inesperado de esta fiesta es el ver cómo un toro se convierte tan velozmente en símbolo de sí mismo; si en la mañana embestía por sus propios medios, al anochecer su cuero aún fresco es ya una vaca loca transportada por dos hombres que ahora fingen los movimientos que antes fueron naturales. Terrible parábola de la fugacidad de la vida humana, pero también de la presistencia de los mitos y la sangre.

viernes, 30 de septiembre de 2011

DESCUBRIENDO EL ARTE/ Antonio Caballero


Antonio Caballero
6Toros6, No. 889

Es estos días publicó un periódico colombiano una fotografía de anti taurinos en acción en la que…. No. Primero voy a hacer unas breves consideraciones sobre el antitaurinismo.

El rasgo característico de los anti taurinos es su ceguera al arte. No me refiero al arte del toreo: de eso hablaré después. Sino al arte en general. Su ceguera, su sordera, como quieran llamarla: su incapacidad para comprender lo que están viendo, lo que están oyendo, lo que están pasando. Tienen ojos, y no ven, como dice la Escritura. (Pero tampoco leen lo escrito; no quieren saber).

Sin embargo, a su propio pesar, están aprendiendo. Y paradójicamente es su propio antitaurinismo el que les sirve de guía. Así hemos visto como últimamente se les han venido abriendo las meninges a los misterios de la poesía y de la música. Rudimentariamente, es verdad, al menos por ahora. Su contacto con la poesía se reduce a la repetición obsesiva de unos pocos pareados disparejos de prosa rimada en consonante, del estilo de

“¡Los toros no son cultura!
¡Los toros son tortura!”,

entonados sobre un ritmo monótono acentuado en la penúltima sílaba (… ¡uúúúra!...uúúúra!), que les sirve, suponen ellos, de acompañamiento musical. A veces dan unos brinquitos: es su aproximación a la danza. Los antitaurinos son muy primitivos. Lo cual, me apresuro a aclarar, no es un defecto: es un estadio temprano y todavía tosco de desarrollo espiritual, que puede evolucionar con el paso del tiempo. Faltan, claro, siglos, tal vez milenios, para que sus elementales versitos pareados se conviertan en hexámetros griegos o en octavas reales castellanas, para que descubran la rima asonante o el verso libre. Pero ahí van progresando. Y a sus primarios cantos corales les falta todavía pasar por la etapa del orfeón para llegar a la ópera, y sus brinquitos simiescos no llegan todavía ni a nivel de la polka. Pero por algo se empieza. Y con esto vuelvo a la fotografía de prensa que mencioné al principio.

Muestra una instalación, hecha de cuerpos humanos semidesnudos, tirados sobre el pavimento de una plaza en Cali, ciudad taurina. Es una manifestación contra las corridas conformada por unas cuantas docenas de militantes anti taurinos. Unos están pintarrajeados de rojo, otros de negro: a los anti taurinos les encanta semidesnudarse y embadurnarse de colores para llamar la atención: en ellos alumbra ya también un embrión de arte dramático. Entros todos representan la imagen de un toro con el morrillo ensangrentado (los de rojo) y negro el resto de pitones a rabo.
A estos antitaurinos se les nota que no han visto en su vida un toro bravo. El que pintan con sus cuerpos en el piso es una ofensa a la especie más bella del reino animal. Es un toro imposible, a la agalgado, sin barriga, y acochinado: redondeado de lomos como un cochino cebado. Carece de papada, como una gacela, y en cambio lleva al cuello los cuerpos colgantes de dos antitaurinos que semejan una especie de esquila de buey. Tiene muy poca cara, y el pitón izquierdo está partido por la cepa. Y mientras las patas traseras terminan en cascos achatados y redondos de equino, tampoco las manos tienen verdaderas pezuñas de bovino, sino pinzas como las de un cangrejo. Se ve una gran confusión por el lado de los cuartos traseros: patas, rabo, algo que puede ser un pene recurvado y largo. Pero testículos no hay. Y una de las cosas más notorias de un toro bravo son los testículos, pesados y bamboleantes como badajos de campana. En resumen: es un toro mal hecho.

Lo cual no es de sorprender. Es un toro imaginario, imaginado por antitaurinos de acuerdo con descripciones fragmentarias y fantasiosas de terceros. Como el famoso elefante indio descrito por unos ciegos únicamente mediante el tacto: el uno le palpó un colmillo, el otro le columpió la trompa, el otro le tiró el rabo, y los cuatro murieron aplastados por las patas que estaba empezando a reconocer el cuarto. O como el dromedario, del cual se dice que es un caballo diseñado por un comité. Los anitaurinos critican de oídas, porque no van a los toros, No saben cómo son.
Pero que no se fíen mucho de su propia ignorancia, como los cuatro ciegos del elefante.

Porque se empieza queriendo pintar al toro, y se termina tratando de torearlo.
Pero es largo el camino entre lo uno y lo otro, desde el balbuceo pictórico hasta el arte del toreo. Los antitaurinos van ya por la cueva de Altamira-aunque sin la perfección soberana de trazo que tienen aquellos bisontes rojos y negros. Les faltan treinta mil años para llegar a una media verónica de Morante de la Puebla.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Desde el barrio: Quito no pide consejos

Por: Paco Aguado | Opinión
Martes, 20 de Septiembre del 2011 - Madrid, España

La reacción primera, la más visceral, el arrebato más cargado de orgullo es el de no ir. No ir a Quito. Que no vayan los toreros, que no vaya la gente a los tendidos, que no vayamos los periodistas a testimoniar mansamente la afrenta del gobierno de Correa para con la fiesta de los toros en la capital del Ecuador.

Son muchas, y notables, las voces airadas que se han alzado en España llamando a la rebelión, al boicot. Voces indignadas, incluso ácidas, de gente que conoce, o no, lo que fue y es Iñaquito en feria, en esos días señalados, deslumbrantes de luz y alegría, de amabilidad y farra, cuando la ciudad entera vibra por y para las corridas de toros.

Son todas voces de visitantes ocasionales, de turistas y viajeros que, todos con mucho afecto y agradecidos al excelente trato recibido, paradójicamente se cargan de razones para dejar solos a los taurinos de la mitad del mundo cuando más nos necesitan.

Pero el problema de los toros sin muerte en Quito tiene más lecturas que el arrebato a distancia oceánica. Y da que pensar que ninguna de esas voces airadas haya salido desde el epicentro del problema, donde las tajantes opiniones de los foráneos, supuestamente bienintencionadas, han caído como un decepcionante jarro de agua fría. A tenor de lo que los afectados han escrito después en la red, parece que los ecuatorianos esperaban más de nosotros que un pataleo desde el otro lado de la barrera.

En realidad, quieren apoyo y no consejos de rancia dignidad. Porque, conociendo como conocen la desastrosa manera en que, sin ir más lejos, hemos gestionado aquí asuntos tan similares como el de la prohibición de los toros en Cataluña, nuestras opiniones ya no les sirven de referente.

Su crisis, su problema, aun siendo de todos, por ahora es sólo suyo, porque lo sufren en sus corazones. Y son ellos, los quiteños, los aficionados y los taurinos ecuatorianos, quienes mejor lo conocen, quienes lo están viviendo y sufriendo en el largo desierto de los días sin toros, de esas otras cincuenta y una semanas sin visitantes ni prosopopeya. Porque, al arrastre del último toro de cada feria, son ellos los que se quedan, los que mantienen viva una llama que ahora les quieren apagar.

Sin que nadie les escuche entre el ruido de sables, nos están pidiendo ayuda no para rebelarse sino para resistir. Saben en América, por sufrida experiencia, que los gobiernos pasan, como el cóndor, y que el pueblo se queda. Que las leyes cambian y fluctúan a capricho de los gobernantes ocasionales, pero la esencia y las costumbres permanecen. Y que hay que aguantar hasta que lleguen tiempos mejores. Con paciencia pero sin resignación.

Una feria del Gran Poder sin corridas de toros, o con los tendidos vacíos, sería un precedente nefasto, una victoria casi definitiva del antitaurinismo, que habría cumplido así con su ansiado y principal objetivo. Y es evidente que prefieren perder una batalla, sin que un año muera el toro, a que el toreo muera para siempre.

Porque por encima del negocio puntual de la empresa, por encima de la venta de una camada de toros y por encima de las figuras del presente –esas que, por otra parte y a buen dinero, no ponen reparos a envainar el acero ante utreros afeitados y sin picar en Portugal— están el pasado y el futuro taurino de todo un pueblo. El futuro de tantos toreros, ganaderos y aficionados que a estas alturas de la lucha son más conscientes de lo que pueden perder y padecer que los que solo vamos allí a ganar y disfrutar.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Comentario...

Comentario publicado en el post anterior por algún usuario de este blog, pero que se reproduce por su relevancia dentro del debate actual.


En los últimos días se ha generado una fuerte polémica, respecto a la realización de la Feria de Quito del presente año, así como en cuanto a la posible participación de varias figuras españolas en la misma. Lastimosamente, el debate se ha concentrado en tratar de justificar si se es más o menos taurino, por acudir a la Feria de este año, en vez de analizar el problema de fondo, y sobre todo, de desentrañar qué acciones realmente se deberían efectuar por todos los taurinos en aras a recuperar la integridad total de las corridas de toros en Quito, por lo que he creído conveniente esbozar las siguientes puntualizaciones: Lo sucedido en Quito, no es más que el resultado de una animadversión política pasajera del Ejecutivo de turno, secundada por la incapacidad del Municipio de Quito (en especial de su Comité Taurino) de saber defender una tradición cultural que en la capital del Ecuador tiene más de 400 años de historia ininterrumpida. Pero como toda decisión política ilegítima amigos, su duración en el tiempo no será eterna, pues con el paso del tiempo ya llegarán otras autoridades, cuyo respeto por la libertad y el derecho nos permitan revertir el actual escenario. Respecto al purismo taurino exacerbado, manifestado en varios artículos publicados en los distintos blogs, portales web, revistas especializadas; y, por el cual, el aceptar que se de la Feria de Quito de este año sin muerte, significaría en su errado concepto "vivir de rodillas" aceptando la imposición política ilegítima "sin vaselina", creo que sería importante que quienes sustentan dicha tendencia, nos expliquen y justifiquen de qué forma o manera, su tesis contraria, es decir, que no se de la Feria este año, ni que vengan a Quito ninguna figura, podría ayudarnos a los Quiteños en la práctica, para que la afición recupere la corrida de toros en toda su integridad. Más allá del purismo, no he leído hasta el día de hoy una sola justificación que me aclare como dicha postura sería la más adecuada a seguir en los delicados momentos que estamos atravesando. Más allá de simplemente sugerir que en Quito no acatemos la imposición política por una cuestión de “dignidad”, la realidad del futuro escenario bajo dicha premisa se traduciría en que los Quiteños simplemente nos quedaríamos sin feria y sin toros, hasta quien sabe cuándo. Si en Quito no se da la feria este año bajo una reacción de supuesta "dignidad", lo más probable es que los antitaurinos y el propio gobierno contrario a la fiesta, canten su más gloriosa victoria en contra de los toros en el mundo, vendiendo a Quito como la nueva capital de la evolución, del respeto a la naturaleza, del amor a los animales, del progreso de las fiestas fundacionales sin violencia, etc. (si yo fuera antitaurino así lo haría). Es decir, el no dar la feria probablemente sería el mejor escaparate para que los contrarios al espectáculo taurino se jacten de que en Quito, sin toros en diciembre, no solo que no pasaría nada, sino que además, se vanaglorien de un supuesto progreso moral de la ciudad, lo que dificultaría aún mucho más, el recuperar la integridad de la corrida a futuro cuando la realidad política cambie a nuestro favor. En Cuenca, una pequeña ciudad del Ecuador, hace un par de años atrás se suprimió justamente la muerte del toro en la ordenanza que regulaba los espectáculos taurinos, y los taurinos decidimos no asistir nunca más a una corrida en dicha ciudad. Saben desde entonces cuantas corridas de toros se han celebrado? CERO!!!!. Pero lo más triste aún, saben quién ha luchado para recuperar las corridas integras en Cuenca desde entonces? Nadie. Saben que ha pasado en Cuenca desde que no se da la Feria taurina? NADA!!. La táctica de la "dignidad" del puritanismo taurino, en la práctica no ha servido para nada, peor aún, para que Cuenca recupere el espectáculo en toda su integridad. Lastimosamente, en Quito, es muy probable que suceda exactamente lo mismo.

No olvidemos que ante la batalla más importante que hemos tenido que enfrentar los taurinos Quiteños con la ilegal consulta popular, el rato de los ratos, cuando las papas quemaban, los que salimos a defender la Fiesta nos podíamos contar con los dedos de las manos. Díganme si miento acaso? Si en la batalla más grande jamás librada fuimos 20, cuantos seremos los que luchemos por recuperar la muerte del toro cuando las corridas desaparezcan por una cuestión de dignidad y purismo taurino?. Si se acaban las corridas en Quito señores por hacernos los dignos, se acabará con la tradición, se acabará con la necesidad de mantener la fiesta de los toros viva, se acabará con el germen que mantiene vivo este espectáculo, y créanme ustedes, ni el Juli, ni Morante, ni Manzanares, ni Aznar, ni Bocanegra, ni el Círculo de Amigos de la Dinastía Bienvenida serán precisamente los que vengan a pelear por la afición Quiteña, para que podamos recuperar la corrida de toros en toda su integridad, o acaso estuvieron a nuestro lado en la última pelea?. De hecho les recuerdo, cuando se hizo el festival de la libertad para defender a los toros en Quito antes de la Consulta Popular, los que "sí" vinieron a torear desinteresadamente, fueron precisamente el Fandi y Castella, matadores a quienes hoy se quiere crucificar por haber aceptado venir a Quito este año. Nos hubiera encantado tener en ese festival a las figuras que hoy se rasgan las vestiduras bajo el pretexto del puritanismo taurino. Donde estaban las “dignas” figuras que ahora se oponen a venir a Quito cuando realmente las necesitábamos?, y que sin embargo, no olvidemos, no tuvieron reparo alguno en firmar con Don Bull en su momento, más allá de que hayan llegado o no a torear en las Vegas posteriormente, o no tienen tampoco reparo en torear por unos euros en Portugal, sin ni siquiera suerte de picar?

Debemos preguntarnos así mismo, que espacio tendría la afición Quiteña para protestar públicamente, para reclamar a su Alcalde, a su Presidente y a todas sus autoridades por el burdo atropello de sus derechos, si no en la propia plaza de toros como su escenario fundamental. Personalmente considero que no se es más o menos taurino por asistir a la feria de este año. Muchísimos jóvenes que sin compensación o interés particular alguno se pasaron día y noche en el Tribunal Electoral contando voto por voto, defendiendo la fiesta brava, han demostrado que su verdadera afición y amor por los toros, va muchísimo más allá de cualquier coloquio, o premio de cóctel. Creo de igual forma, que este año más que nunca debe darse la feria, y entre más figuras vengan mejor, pues la Feria de Quito del 2011 debe ser el caldo de cultivo de la inconformidad, de la protesta, del rechazo, de la futura revolución social que reclame la reivindicación de nuestros derechos, que durante 9 días seguidos, 150.000 aficionados les recordemos a grito limpio y al oído a nuestras autoridades, lo que realmente se merecen oír por su incapacidad y desvergüenza. Las figuras que vengan además, deben servir para que los taurinos organicemos una serie de actos reivindicativos, bien estudiados y preparados, para que su voz de protesta y rechazo se haga igualmente llegar al poder de la forma más contundente posible. Respetando los valiosos criterios que se han vertido en los últimos días, creo que la cuestión de venir o no venir a Quito este año, no es una cuestión de respetar o no a la profesión por parte de los toreros o los empresarios, si no es una cuestión más bien que debe ser pensada por todo el conglomerado taurino mundial, a efectos de diseñar una estrategia conjunta y de largo aliento, que permita por un lado mantener viva la afición Quiteña, por otro luchar por la recuperación de la muerte del toro como parte de la integridad del espectáculo; y, lo que es más importante aún, ir consolidando un blindaje jurídico internacional, que permita a la afición de todos los países taurinos gozar de esta cultura que tanto nos apasiona, sin estar siempre salvando a última hora esta clase de contratiempos. Amigos taurinos, en el caso de Quito no dejemos que el árbol nos nuble la visión de todo el bosque. Dejemos que se la estrategia y la inteligencia las que guíen nuestros actos futuros, más allá del dolor inmenso que todos sentimos al haberse mutilado la fiesta por una simple decisión política a todas luces tonta e ilegítima. Termino señalando, que me hubiese encantado ver a los miembros del Circulo de la Dinastía Bienvenida, así como a muchos de los toreros y periodistas que han condenado la realización de la Feria de Quito de este año, hace unos meses atrás, marchando en las calles de Quito, pintando grafitis a la madrugada en defensa de la fiesta, poniendo camisetas taurinas a todas la estatuas de la ciudad, defendiendo la corrida de toros en todos los medios de comunicación a capa y espada, con plata y persona, encadenándose junto a los toreros Quiteños en la Plaza Grande, etc., pues esa sí, hubiese sido una muestra de verdadera afición y respeto por la tauromaquia.

Carta abierta de Álvaro Samper

Quito, mediados de septiembre del 2011

CARTA ABIERTA, A QUIEN CORRESPONDA:

Hoy, con todo cuanto está sucediendo en mi país, no sé qué sentir. Una fuerza política descomunal ha incitado a la prohibición de la muerte del toro bravo en la plaza de mi ciudad. Uno de los actos más nobles y verdaderos que hay en la última época se ve mutilado por presión de unos pocos que nos gobiernan.

Las emociones y pensamientos se ven entremezcladas con tanto que pasa por mi cabeza y corazón. ¿Dónde queda la pureza de la Fiesta? ¿Cómo lo va a vivir el público? ¿Dónde queda la borla de Matador de Toros que he recibido? ¿Qué va a pasar los siguientes años? ¿El dar la Feria es un triunfo, o una pantomima de la corrida de toros como dicen algunos?

Es normal que cada uno trate de tirar agua hacia su propio molino. Es una característica del ser humano. Es por eso que me pongo en los zapatos de los críticos taurinos europeos, de las figuras del toreo, de los empresarios de mi tierra, del público, y veo que cada uno de estos actores tiene su punto de razón en las medidas que han tomado.

Para algunos periodistas taurinos dar una feria de la importancia de Quito sin el colofón final de la estocada es como dar una corrida “circense”. Comparto la idea señores periodistas, pero no del todo. Ustedes tienen la obligación de defender la integridad de la Fiesta porque sí tienen voz y se les escucha. Los toreros tenemos que hablar con capote, muleta y espada, cuando toreamos… Y a veces no se nos atiende como deberían.

Las figuras del toreo lo son por algo especial. Y dicen los antiguos que lo que tienen en común las figuras de siempre es que ninguno ha sido tonto. Este grupo de toreros se ha ganado su puesto a capa, espada y a sangre. Es por esto que tienen que defenderlo de la misma manera. Entiendo la posición de aquellos que deciden defender la pureza de la Fiesta, pero agradezco sinceramente a los que han optado por echar un capote a Quito aceptando venir.

Los empresarios se ven entre la espada y la pared. Tienen varios frentes en contra suya y en parte injustos. El primer poder del Estado se ha mostrado abiertamente en contra de la tauromaquia. La presión del actual presidente hoy en día en Ecuador no solo incomoda, sino que produce miedo. A los ecuatorianos nos da miedo decir alguna cosa en contra del primer mandatario. Se sabe que te fichan y que te puede afectar de una u otra manera. En este sentido la empresa de Quito ha tomado el liderazgo de la defensa de la Fiesta en la capital.

Siempre el que está en el ojo del huracán va a ser admirado y criticado al mismo tiempo. Aficionados de siempre han devuelto sus abonos y han decidido no ir este año o ninguno a Quito mientras no se mate al toro en la arena. El aficionado tiene la total libertad de decidir si ir o no. Y en el peor de los casos viajará a las ciudades andinas que hayan votado mayoritariamente por el NO en la consulta popular de mayo. Habrá otros aficionados que sí van a ir. Y muy seguramente sentirán un vacío el momento de ver a cada toro devuelto a los corrales. Y es muy probable que (especialmente este año) haya gente nueva que no iba porque les producía pena la muerte del toro.

La Fiesta no podría existir sin el elemento básico, el toro. Pero hay otro elemento fundamental que es el hombre que expone su físico delante de las astas de un toro para realizar su sueño. Señores, para ser torero en Ecuador hay que tener una dosis descabellada de afición y dedicación. En España pateas una piedra y salen cinco toreros. Acá en la mitad del mundo tenemos que soñar con llegar a su tierra para dejarnos la piel en el intento. Y tenemos que lidiar con la suerte, con el injusto mundo de la otorgación de visas, con encontrar un padrino, con que te inviten al campo, con acertar a que alguien te enseñe el oficio, con lograr que te pongan las empresas, seguido por un etcétera grandísimo.

A los toreros ecuatorianos nos han callado la voz, y desde hace mucho tiempo se nos ha tratado con faltas de respeto y consideración. En la mitad del mundo hay excelentes profesionales taurinos en todos los ámbitos. Existen machos picadores, graciosos banderilleros, matadores valientes y artistas, románticos mozos de espadas, talentosos sastres de toreros, y locos aficionados prácticos.

Es momento que el mundo taurino se ponga en los zapatos de los aficionados, toreros, empresarios, ganaderos, y todos quienes vivimos del toro en el Ecuador. La corriente anti-taurina es una fuerza global que se está haciendo cada día más cotidiana. La realidad de quienes vivimos del toro y para él, es muy diferente a la europea. Si se suprimen los toros en alguna provincia o localidad en Europa, tienen la posibilidad de ir al pueblo de al lado para ver una corrida con grandes carteles. Acá todos tenemos que esperar un año para ver a las primeras figuras del toreo actuar. De enero a noviembre soñamos en faenas venideras y pasadas. Discutimos sobre la anterior Feria, y especulamos sobre la que vendrá. Soñamos despiertos con que llegue ese primer clarinazo para vivir intensamente nueve días irrepetibles.

Los profesionales vivimos del toro en el Ecuador, pero como exponía en párrafos anteriores, hay que estar casi loco para ser torero en este país. Nosotros soñamos en pegarle un natural a un toro en alguna de sus plazas de primera categoría. La Fiesta de los Toros para nosotros es una razón de despertarnos día a día. Mientras ustedes allá al otro lado del charco tienen la enorme suerte de vivir día a día este tan pasional legado. Hay agresores que argumentan que los toreros ecuatorianos tenemos otras fuentes de trabajo, y que somos toreros por “hobby’. Pues no, aparte de que muchos sí vivimos exclusivamente de nuestra poca actividad taurina, no concebimos un Ecuador sin un toro bravo y todos sentimos esta pasión correr por nuestras venas. Es nuestra razón de ser.

Termino por agradecer el interés que han puesto en Quito todos los estamentos de la Fiesta alrededor del mundo. Agradezco enormemente a los profesionales que se han puesto en nuestros zapatos y se van a quemar las pestañas por defender nuestros intereses. Agradezco a los aficionados que tienen programado ir a los toros en Quito, porque sin ellos nuestra pasión no tendría eco. Agradezco a todos los toreros ecuatorianos, porque somos un vivo reflejo del amor por el toro. Agradezco a los ganaderos por criar el monumento a la belleza, el toro.

Alvaro Samper Campuzano.

Matador de Toros

Los toros y la disyuntiva

Revista Vanguardia
http://www.revistavanguardia.com

Esteban Ortiz

Como es de conocimiento público, en la consulta popular realizada en mayo pasado se planteó una pregunta relacionada con la prohibición de celebrar espectáculos que tengan por finalidad la muerte del animal. Esta pregunta sesgada, supuestamente tenía como fin último suprimir la muerte del toro en los espectáculos taurinos. Curiosamente, tuvo un resultado adverso para el gobierno en todos los cantones taurinos del país donde ganó abrumadoramente el no, a excepción de Quito y Cayambe.

Si hacemos un análisis más detallado del contenido de la pregunta, podríamos argumentar que el fin de las corridas no es la muerte del animal, como sostienen con toda razón los galleros para defender su actividad. El fin de las corridas de toros está relacionado con la técnica, el arte, la estética, la ética y la emoción. Por eso, ni las peleas de gallos ni las corridas de toros son un espectáculo que tienen como fin la muerte del animal. Nadie en sus cabales va a una plaza de toros a ver una matanza. ¡Para eso está el camal! Es así que el fin último de las corridas de toros está relacionado con un espectáculo cultural que provoca emoción cuando un hombre se enfrenta a una bestia y produce estética a través de sus movimientos.

El fin de la puesta en escena radica en crear ese colorido espectáculo que los aficionados van a ver. Inclusive, el toro tiene la posibilidad de vivir si ha sido sumamente bravo. Justamente, el indulto del toro nos demuestra que el fin del espectáculo no radica en la muerte del animal.

Sin embargo, la forma como se ha interpretado esta pregunta tiene un claro sesgo político que va más allá de cualquier razonamiento. Existen inconstitucionalidades básicas que son pisoteadas. Además, hay decisiones judiciales internacionales que niegan la posibilidad de que a través de consultas populares se decida sobre ciertos derechos constitucionales inherentes a la persona. Es decir, en una consulta no se puede decidir (menos preguntar), por ejemplo, sobre las creencias religiosas de todos, definir democráticamente la sexualidad de la población o imponer ciertos hábitos culturales que son propios de minorías.

En vista de las circunstancias que estamos atravesando, cuando una expresión artística y cultural se cuela en el debate político por incomprensibles intereses gubernamentales, es necesario advertir que la moral individual y el pensamiento único sólo nos llevan a la incomprensión y al odio. En un país multicultural cuya riqueza está en la diversidad de las minorías, no es correcto que se quiera imponer ciertos gustos, sean o no de mayoría, dividiendo en este caso puntual a una ciudad maravillosa.

Los Concejales capitalinos y el Alcalde Barrera, resolvieron mantenerse al margen de una decisión que afecta directamente a la ciudad y sus habitantes. Evidentemente, prefirieron mantener una posición tibia frente al tema y su discurso fue de “tolerancia” frente a los resultados. Eso generó que el Presidente de Plaza y su equipo renuncien a su cargo. Si la posición del Alcalde y los Concejales hubiera sido tolerante, jamás se hubiera permitido meter la mano en una actividad cultural ancestral arraigada en Quito, aunque minoritaria al fin y al cabo. Tolerancia también significa proteger una actividad cultural que practica una minoría y salir en defensa de tantos quiteños que votaron por el respeto y la libertad de elegir presenciar un espectáculo público.

En vista de los resultados, el Municipio ha decidido hacer reformas a la denominada “Ordenanza Taurina” para poder acoplar la interpretación política que se le da a la consulta con la nueva realidad local. Sin duda, hasta la información que nos ha llegado al momento de escribir estas letras, los cambios planteados afectan exclusivamente a la regulación sobre la muerte del animal, eliminándola y manteniendo el resto del espectáculo intacto. Sin embargo, se quedaron sin Autoridades de Plaza y habrá que ver cuál es la posición del Municipio frente a la inminencia de la Feria.

De todos modos, este tipo de decisiones nos permiten reencontrarnos con una nueva fiesta de los toros, buena o mala habrá que ver, que deberá hacernos recapacitar sobre el futuro de la misma. De momento, la Feria de Quito se celebra este año en diciembre con el apoyo de figuras del toreo que entienden el significado de esta lucha. Si ellos apoyan el hombro, nosotros debemos hacer lo mismo como quiteños, para poder seguir defendiendo un espectáculo de masas apasionante.

martes, 13 de septiembre de 2011

Quito y nuestra defensa de los toros/ Juan Sebastián Roldán

Quito, 12 de septiembre de 2011

Estimados Juan Lamarca, Javier Hurtado y Carlos Ruiz Villasuso:

Como Ustedes conocerán, trabajé para el Gobierno del Presidente Correa con un cargo ministerial hasta enero de este año.

En diciembre del anterior, el mismo Presidente anunció la posibilidad de incluir en la consulta popular, que luego se llevaría adelante en mayo del año en curso, una pregunta relacionada a la fiesta de los toros en Ecuador.

Desde entonces, y hasta enero, no solo por la pregunta de los toros, sino por la absurda consulta popular planteada – atentatoria a los fundamentos democráticos de nuestro país, a las libertades de nuestros ciudadanos y a la independencia de los poderes del Estado- intenté desmontar esta idea absurda desde dentro del Régimen. Ante la imposibilidad de que internamente se sensibilicen ante tamaño daño para el País, con el movimiento político al que pertenezco, Ruptura de los 25, decidimos salir del acuerdo político que teníamos con el Movimiento País- el partido político de Rafael Correa.

Desde enero hasta mayo, buscamos los aficionados ecuatorianos todas las maneras de persuadir a los ecuatorianos y particularmente a los quiteños a votar negativamente a la iniciativa oficial. Y cuando digo todas las maneras me refiero a intervenciones en medios de comunicación, publicidad pagada, marchas taurinas en contra de la pregunta, activaciones de todo tipo con aficionados, encadenamientos de los toreros de luces, además de festejos taurinos para unir al mundo del toro en contra de este embate político antitaurino.

En todas estas actividades hubo rostros del mundo del toro que por una vez se encontraron fuera de los ruedos o inmediaciones de una plaza de toros con la única causa de que no nos quiten nuestra razón de vivir.

Desde los toreros, que tuvieron un rol protagónico, desempolvando sus trajes de luces para sacarlos a las calles y demostrar desde su valor y pundonor por el daño que les y nos harían; pasando por los ganaderos, que se sumaron a cada actividad dejando su campo para tomarse la ciudad, en noches clandestinas de tomar las paredes por lienzos en los que lloraron su dolor; o los aficionados que sin intereses de ningún tipo se agruparon en torno a las redes sociales para recordarnos que son ellos nuestra razón de vivir, cuando emulando a los actores protagónicos de nuestra fiesta, se dejaron sus horas y días sin ánimo de ovación.

En mayo ganamos todas las plazas que buscamos, menos la más importante, Quito. Lo que inicialmente estaba visto como una barrida abrumadora en nuestra contra – imaginen ustedes como a una minoría cultural le pusieron a pelear con una mayoría ajena a nuestra realidad con todo el apoyo de la publicidad oficial y la popularidad del Presidente de la República; imaginen ustedes una consulta popular en su España natal y ni piensen en su resultado- terminó en una pírrica y triste derrota. En Quito nos ganaron 54% el SI a 46% el no.

No creo que puedan imaginarse el dolor que esto ha significado para todos los actores de la fiesta de los toros en Ecuador. Y casi me atrevo a afirmar que no lo podrían hacer, porque después de que Ustedes sentaron el primer precedente en España con la abolición de las corridas de toros en Barcelona – con ni siquiera la mitad de la pelea que nosotros dimos- países como el nuestro solo siguen una ola antitaurina muy fuerte.

Nosotros no peleamos por nuestra afición. Por aficiones iremos al fútbol, acaso al teatro o veremos películas con estrambóticos efectos especiales.

Nosotros nos hemos dejado la piel, por nuestra razón de vivir. Nosotros abandonamos nuestra realidad pensando en nuestros hijos y en los hijos que de ellos vendrán. Les aseguro que si Ustedes, que conocen bien esta fiesta en las horas alegres del Quito soleado y la plaza llena, no reconocerían a los taurinos que hoy cabizbajos intentamos re significar nuestras vidas.

Y lo vamos haciendo, estimados amigos. Vamos haciendo camino en discusiones internas necesarias que nos permiten reencontrarnos con nuestra nueva fiesta de los toros. Esa nueva fiesta de los toros en Quito, ya no podrá contar con la muerte como el colofón final de la obra de arte que nosotros y Ustedes tanto hemos amado.

Esas discusiones hoy giran en torno a la ordenanza taurina que regirá Quito. Una de las propuestas es la que Ustedes hacen referencia, en la que se elimina gran parte de lo que conocemos hoy tradicionalmente y la otra propone solamente eliminar lo concerniente a la muerte. Al final, la tesis que ganó en el Consejo Metropolitano es la de eliminar el tema de la muerte dejando intacto todo lo anterior. El Fallo del Comité Taurino del Municipio de Quito se dio ayer lunes 12 de septiembre.

Me permití escribir con algún detalle toda nuestra historia, porque por lo que reviso en los portales de Internet, en los blogs y en algunos escritos taurinos, me imagino que la visión que Ustedes, desde tan lejos tienen, está marcada por el miedo que esto se riegue al mundo. A nosotros, lo que se dio en Barcelona ya nos hirió, muy profundamente, y aquí seguimos dando la pelea. Intentando emular al animal que tanto respetamos.

Les escribo porque tanto como desde España debe parecer un absurdo una consulta popular, una discusión de ordenanza taurina o una fiesta de los toros sin muerte del animal en la plaza, para nosotros que somos los que sufrimos los embates de estos nuevos tiempos –nuevamente iniciados en su Barcelona de España- nos resulta asombroso y por supuesto nítidamente absurdo, que nuestros aliados naturales, nuestros amigos de tantos años, nos peguen otro puyazo a toro pasado.

Lo que leemos de Ustedes pasó de la sorpresa al absurdo.

Nosotros contamos con la fiesta de los toros en el mundo para reinventarnos –aún cuando defendimos como nadie, que no se reinvente nada- para lograr que a nuestros hijos,además de los placeres de los teatros, los estadios de fútbol y todos los ingredientes que esta vida descafeinada “newage” nos plantea, tengan en esta fiesta una alternativa maravillosa de un espectáculo profundo. Y para necesitamosel apoyo de miles de aficionados como Ustedes.

Nosotros no sabemos vivir sin toros. Nacimos con ellos y queremos morir viendo cada diciembre nuestra plaza llena. Para ello, que el mundo del toro se vuelque con nosotros es indispensable. Para ello que vengan las figuras del toreo es esencial. Y ellos, los que se juegan la vida nos dicen que sí – según entiendo, la enorme mayoría nos ha dicho que sí-, vienen a mojarse y mancharse con nosotros los quiteños que tantos alegrones les hemos dado. Ellos, los toreros, nuevamente se lanzan al ruedo a jugarse la vida, solo que esta vez el embate parecería no ser solo del toro.

Hoy, esas figuras del toreo que han decidido venir, son más figuras que nunca. Hoy demuestran que no cuentan con la palmada en la espalda para decidir jugarse por este Quito que se ha hecho de a poco un espacio en el mundo taurino. Y si Quito lo ha hecho es por la fuerza que le han impregnado los aficionados ecuatorianos, los toreros ecuatorianos, los ganaderos ecuatorianos, los empresarios ecuatorianos y nuestros hermanos españoles.

Debo comentarles que hay aficionados muy buenos, que por opción personal, después de este tan duro golpe, han decidido no volver a la Plaza de Toros. Nosotros, quienes hemos optado por empujar el carro y reinventarnos en esta nueva fiesta, los respetamos profundamente. Comprendemos su dolor y esperamos reencontrarnos en esta nuestra y su Plaza pronto. Pero que yo conozca, ninguno de ellos ha hecho una campaña pública para que nuestra Feria “Jesús del Gran Poder” se vea afectada.

Ojalá, en los lugares que ellos dejan vacíos, se sienten miles de nuevos aficionados que se ven a diario en los alrededores de la fiesta de los toros en el Ecuador. Ojalá en los que nosotros dejaremos, lleguen otros, y en el lugar de ellos otros. Hasta que mis hijos y nietos peleen para conseguir un lugar en esta Fiesta que nos engrandece.

Hace un par de años, cuando ya defendíamos la Fiesta de los Toros en otro de los embates antitaurinos, recuerdo las palabras de un Matador de Toros ecuatoriano que cuando explicaba a las autoridades del momento su relación con la Fiesta de los Toros les decía que él no vivía del mundo de los toros, que era al contrario, el mundo de los toros era su razón de vivir.

Yo, a Ustedes, los conocí en este lindo Quito de mi vida. En la misma plaza de toros que hoy intentamos evitar que se vacíe.

Estoy seguro, de que tanto como yo siento mis palabras al escribirles por “quiteñas” esta carta, Ustedes las sabrán entender en el contexto de nuestra realidad actual y en el trasfondo de ayuda real, en forma de toque sutil, que ella intenta plantear.

Con un sincero abrazo desde esta mitad del mundo que los espera cada diciembre,



Juan Sebastián Roldán



P.D: Por este medio les solicito con el propósito de que sus lectores conozcan la realidad que hemos vivido los ecuatorianos, brindarle a esta carta el mismo espacio que han tenido sus escritos criticando las distintas propuestas de renovación que hemos debido hacer a nuestra querida fiesta, para que en diciembre tengamos una nueva Feria “Jesús del Gran Poder”.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Carta remitida por Carlos Solines al Alcalde

Quito, 30 de Agosto de 2011


Señor Doctor
Augusto Barrera
Alcalde del Distrito Metropolitano de Quito y,
Señores Miembros del Comité Taurino
Presente

De nuestras consideraciones:

Ha llegado a nuestro conocimiento el proyecto de Ordenanza Taurina que reemplazaría a la vigente Ordenanza # 106, publicada en el Registro Oficial 231 del 12 de Diciembre del 2.003, y sus reformas posteriores.

Sobre este proyecto, a nombre de la Federación de Peñas Taurinas del Ecuador, me permito hacer las siguientes consideraciones:

1. El señor Presidente de la República, sin competencia para hacerlo, llamó a Consulta Popular para que los ciudadanos se pronuncien, dentro de cada una de sus jurisdicciones cantonales, si están o no de acuerdo con que se supriman los espectáculos públicos en los que se tenga como finalidad la muerte de los animales.

La consulta dio como resultado que muchos de los cantones del Ecuador se pronuncien mayoritariamente por el NO y otros, entre los que se encuentra el cantón Quito, por el SI.

2. En el país se halla vigente la “Ley de Espectáculos Taurinos y Ejercicio Profesional de Toreros Nacionales” publicada en el R.O. 664 de 5 de septiembre de 1.978, la que en su considerando establece: que es necesario dar una adecuada legislación a los espectáculos taurinos que se dan en la República; que la profesión de los toreros debe estar protegida por una ley que garantice sus derechos profesionales y que además coordine la acción de las municipalidades en el control de los espectáculos taurinos y en la aplicación de las Ordenanzas Taurinas Municipales.

Esta norma que protege a las corridas de toros como una actividad lícita, en su artículo 1 dispone que las autoridades municipales, de Policía y todas las que tengan que ver con el espectáculo taurino, así como empresarios y la Unión de Toreros del Ecuador, estén obligados a cumplir y hacer cumplir las disposiciones de la Ley.

Por las dos consideraciones anteriores, el Municipio de Quito no tiene facultad ni capacidad para dictar esta ordenanza por las siguientes razones jurídicas:

a) En derecho público solo se puede hacer lo que está permitido.- Art. 2 de la Ley de Espectáculos Taurinos dice que todos ellos serán regulados por las Comisiones Taurinas de los Concejos Municipales respectivos a través de las Ordenanzas Taurinas, las cuales deberán sujetares a las disposiciones de esta Ley.

b) El Municipio no puede delegar sus atribuciones y deberes que le da la Ley a un tercero. Con el proyecto se pretende delegar la responsabilidad de la organización y control de las corridas de toros y de la designación de autoridades de Plaza, a los promotores de los espectáculos.

c) El Municipio a través de una ordenanza no puede derogar ni modificar la Ley.- Las leyes solo se las puede reformar o derogar mediante otra ley de igual o superior jerarquía y a través del órgano competente, el Poder Legislativo. Los reglamentos, los decretos o las ordenanzas no tienen esa categoría.

No obstante lo señalado, el Municipio de Quito violó la Ley cuando reformó la Ordenanza 106, cambiando el nombre de la Comisión Taurina y su composición por el de Comité Taurino.

d) La Consulta Popular no faculta, a ningún Municipio, dejar sin efecto la Ley de Espectáculos Taurino.- La consulta solo sirvió para conocer el pronunciamiento de la ciudadanía, a favor o en contra, de la pregunta 8 referente a la muerte de los animales.

El Parlamento Nacional, recogiendo la voluntad popular, expresada en la consulta, es el único organismo competente para desarrollar la legislación que corresponda.

e) La Ley que se halla vigente, regula los espectáculos taurinos a la usanza española, que se realicen dentro del territorio ecuatoriano.- Ella trata, entre otros temas, de las categorías y los requisitos que deben cumplir las Plazas de Toros; la crianza y control del ganado de lidia; categoríza a los profesionales del toreo y establece los mecanismos de protección, tanto para los mencionados profesionales, cuanto para el público asistente a estos festejos.

Mientras esta Ley no sea legalmente reformada o sustituida, no se puede impedir la celebración de corridas de toros con la muerte del animal en ningún cantón del Ecuador. El hacerlo sería un atropello a la Ley y a los derechos de los aficionados.

Refiriéndonos específicamente al proyecto de Ordenanza Taurina propuesto por el actual Comité Taurino, debemos señalar con indignación que, de la manera más arbitraria, in jurídica y atropellando todo procedimiento, se pretende dejar sin efecto todas las conquistas que a lo largo de más de 50 años hemos conseguido los aficionados, a través de las ordenanzas taurinas. Conquistas que han estado orientadas a velar por el orden y la pureza del espectáculo, por la defensa de los derechos de los espectadores y la integridad de los toros.

El proyecto de ordenanza que resigna la facultad que tiene el Municipio y la Comisión Taurina de representar y defender a los aficionados y precautelar la integridad de los espectáculos taurinos, paradójicamente, en su considerando, al igual que en varios de sus artículos, reconoce a los espectáculos taurinos como una tradición cultural de los quiteños, como una actividad ancestral de nuestro pueblo y eje fundamental de las festividades patronales.

Declara además, que estos espectáculos se llevarán a efecto de conformidad con la Constitución, con la Ley y con las Ordenanzas Municipales y sin embargo pretende crear un espectáculo taurino diferente al que se ha venido realizando en Quito durante muchos años, con la protección y participación directa del Municipio...

Al respecto debo recordar al señor Alcalde y a los miembros del mal llamado Comité Taurino, que la Constitución defiende los espectáculos que se hallen permitidos por las leyes y los derechos de los ciudadanos a asistir a ellos.

La Ley de Espectáculos Taurinos, permite la celebración de corridas de toros a la usanza española, esto es, con los tres tercios: de varas, banderillas y muerte.

Por las consideraciones expuestas y a nombre de los aficionados taurinos, me permito solicitar al señor Alcalde y al Consejo Metropolitano de Quito, suspender el trámite de esta ilegal, in jurídica y anti técnica Ordenanza y permitir la celebración de las corridas de toros con sujeción a la Ley y a la Ordenanza vigente en el cantón Quito. De insistirse en este malhadado proyecto, en lugar de mejorar el espectáculo taurino esta ordenanza daría el puntillazo de muerte a la fiesta de los toros, que por más de 400 años ha sido una tradición cultural de los quiteños. Los aficionados recurriremos a todas las instancias legales para defenderla.

Atentamente.

Por: FEDERACION DE PEÑAS TAURINAS DEL ECUADOR.





Carlos Solines Coronel
Presidente

lunes, 5 de septiembre de 2011

Reformas taurinas

Gonzalo Ruiz Álvarez
El Comercio
http://www.elcomercio.com/gonzalo_ruiz/Reformas-taurinas_0_546545508.html

Los resultados de la consulta donde se mezclaron estratagemas para concentrar el poder y controlar la justicia, incluyeron la sui géneris pregunta para suprimir la muerte de animales en espectáculos públicos.

La medida claramente dirigida a afectar a las corridas de toros, una tradición arraigada de una fiesta ciertamente cruenta pero con orígenes culturales indiscutibles en 500 años de mestizaje, no logró, sin embargo, modificar la integridad del espectáculo. Ocurre que en más de 90 cantones ganó el No y en ellos se puede organizar corridas y estoquear reses como hasta hoy. El problema se centra en Quito, Distrito Metropolitano y en los cantones de Sangolquí y Cayambe, los tres únicos lugares con corridas de toros donde el Sí se impuso. Seguirá el espectáculo en su integridad en Ambato, Riobamba, Latacunga, Tanicuchí, Salcedo, Valencia, en la Amazonía y demás sitios donde se ha venido celebrando.

El Concejo Municipal de Quito ha discutido en primer debate un borrador de proyecto que es descabellado. Talvez por falta de conocimiento profundo del tema y seguramente con buena voluntad los aspectos que se intenta incluir en una reforma a la ordenanza no solo omiten los temas relativos a la muerte del animal en público, único aspecto a reformar en lo medular, si nos atenemos a la máxima de que en derecho público solamente se puede hacer aquello que está explícitamente escrito. Además contempla despropósitos de una desregulación desmedida de la fiesta condenando al espectáculo a convertirse en una parodia ridícula si no hay una meditación equilibrada y sensible. Se pretende entregar al promotor de espectáculos en Quito la potestad de formar las ternas para designar al Presidente de Plaza. Una réplica del juez y parte que tanto se ha criticado en otros ámbitos.

Es como si el día de mañana DonKing, el promotor de boxeo, pone al árbitro del combate, elige a dedo los 3 jueces y entrega el cetro de campeón mundial a quien él determine.

Otro tema preocupante es la omisión a las cualidades que el ganado bravo debe reunir para ser lidiado en un espectáculo tales como el peso, la edad, trapío y defensas intactas y la procedencia que no se deben cambiar. Es la manera de salvar parte de la tradición donde la muerte del toro no es la finalidad sino la culminación de la lidia tras crear arte.

No se entiende que en tiempos de intervención del Estado y los poderes públicos el Municipio quiera ir a contracorriente por una liberalización total. Lo justo es el equilibrio entre la regulación rígida y la liberalidad absurda.

Los concejales deben defender al público y defender a quien va a los toros, velar por la calidad del espectáculo y preservar los valores culturales. Ojalá prime la sensatez. Esto, mientras concluya la opereta de confite y discurso de la revolución ciudadana y las aguas vuelvan a su cauce.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Cambios preocupantes a Ordenza Taurina

http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/cambios-preocupantes-a-ordenanza-taurina-497993.html

viernes, 2 de septiembre de 2011

Carta abierta al Alcalde de Quito sobre el absurdo proyecto de Ordenanza Taurina

Quito, 1 de septiembre de 2011

Señor
Augusto Barrera
Alcalde
DM QUITO
Ciudad.-

Señor Alcalde:

Aunque no es necesario por la aplicación tácita de las normas de acuerdo a nuestra legislación, el Municipio de Quito se prepara para adecuar su normativa a los resultados de la consulta popular. Si bien, en el peor escenario únicamente se debería eliminar las referencias a la muerte del toro en cumplimiento con una interpretación del mandato popular, el Comité Taurino, presidido por Alonso Moreno, ha presentado una propuesta de reforma que contempla una serie de modificaciones que demuestran un desconocimiento total y absoluto de lo que representa el arte taurino, además de una serie de absurdos peligrosos que harían que la fiesta en el país se convierta en un espectáculo anárquico, sin controles y dejando al ciudadano quiteño en completa indefensión.

Algunas perlas indican que bajo el proyecto presentado, el promotor puede efectuar una feria de Quito con los peores carteles disponibles, sin que el aficionado tenga posibilidad alguna de reclamar. Existe el despropósito de eliminar algo tan elemental como los servicios médicos de una plaza de toros o cosas tan complejas como que el equipo de autoridad de plaza sea designado directamente por el promotor. Es como si en un partido de fútbol, el equipo local designa al árbitro. Es también inconcebible que sea el promotor el que determine la concesión de premios, pues importará poco lo que haga un determinado torero, si el promotor tiene claro a quién quiere premiar. Se elimina la posibilidad de revisar las astas sospechosas así como todo el capítulo referente a sustituciones de cartel.

Quizá lo más grave de todo es que se elimina en el proyecto todo el capítulo referente a la integridad del espectáculo; y, en especial, lo referente a la edad, peso y trapío de las reses. Ni siquiera se exige un número mínimo de ejemplares y de sobreros. Este proyecto es absolutamente preocupante ya que se eliminan los controles que estaban a cargo del Municipio que tenían como fin proteger al aficionado y al espectáculo.

El peor de los casos, señor Alcalde, deberían haber dos tipos de reformas: por un lado, únicamente modificar o eliminar el capítulo sobre el “Último Tercio de la Lidia”, del Código Municipal para el Distrito Metropolitano de Quito (Libro 3), cuyos artículos transcribo a continuación. Y agregar a la Ordenanza la regulación sobre circunstancias ajenas a la lidia, como cuando una res se lesiona y se inutiliza durante la lidia:

“Art. IV.301.- AUTORIZACION DEL PRESIDENTE DE PLAZA.- El espada, antes de comenzar la faena de muleta a su primera res, deberá solicitar, montera en mano, la autorización del Presidente de Plaza. Asimismo, deberá saludarle una vez que haya dado muerte a la última res que le corresponda en turno.

Art. IV.302.- PROHIBICIONES.- Se prohíbe a los lidiadores o a cualquier persona ajena a la lidia ahondar el estoque que la res tenga colocado, apuntillarla antes de que doble, o herirla de cualquier otro modo para acelerar su muerte. El espada de turno no podrá entrar nuevamente a matar en tanto no se extraiga de la res el estoque clavado.

Los lidiadores que incumplieren las prescripciones de este artículo serán sancionados como autores de una falta grave.

Art. IV.303.- DESCABELLO.- El espada podrá descabellar a la res únicamente después de haber entrado a matar. Para descabellar no hace falta que se extraiga el estoque de la res.

Art. IV.304.- PROHIBICION DE GIRAR AL TORO EN REDONDO.- Se prohíbe que los peones de la cuadrilla o el lidiador, hagan girar al toro en redondo, logrando que de vueltas en 360 grados cuando el estoque esté colocado en la res. Quien infrinja esta disposición será sancionado como autor de una falta leve.

Art. IV.305.- DE LOS AVISOS.- Tres minutos después del primer intento de matar, pero no más de diez minutos desde que se inició el último tercio, si la res no ha muerto, la Autoridad de Plaza dispondrá el primer aviso, dos minutos después, el segundo aviso, y dos minutos más tarde, el tercer y último aviso; en ese momento el espada y demás lidiadores se retirarán a la barrera para que la res sea devuelta a los corrales o apuntillada.

A su criterio el Presidente de Plaza podrá prolongar el tiempo de la lidia antes del primer aviso.

Art. IV.306.- DE LOS PREMIOS Y TROFEOS.- Los premios y trofeos para los espadas consistirán en saludo desde el tercio, vuelta al ruedo, concesión de una o dos orejas; y salida a hombros por la puerta grande. Se podrá, en casos excepcionales, como trofeo el rabo de la res, luego de que se hayan concedido las dos orejas.

Los premios y trofeos serán concedidos de la siguiente forma: los saludos y la vuelta al ruedo los realizará el espada, cuando el público mayoritariamente lo reclame con sus aplausos. La concesión de la primera oreja corresponderá al Presidente, a petición mayoritaria del público; la segunda oreja y el rabo de la res será de la exclusiva competencia del Presidente de Plaza, quien tendrá en cuenta las condiciones de la res, la buena dirección de la lidia en todos sus tercios, las suertes tanto en su ejecución como en su eficacia y colocación, realizadas con el capote como con la faena de muleta y fundamentalmente la estocada.

La salida a hombros por la puerta grande sólo se permitirá cuando, el espada haya obtenido el trofeo de dos orejas como mínimo, en el conjunto de su actuación y durante la lidia de las reses que le hayan correspondido en suerte”.

Para el segundo supuesto, se deberían incorporar normas como las que propongo:

“Si la res se inutilizare o tuviere algún impedimento físico, el matador de turno o en su defecto, un puntillero, podrá dar muerte al animal en el ruedo. Esta circunstancia excepcional deberá ser autorizada por el Presidente de Plaza, quien comprobará que este sea el último recurso disponible”

Las normas de la Ordenanza responden a una necesidad técnica, que por desconocimiento no se pueden suprimir. Responden a un desarrollo histórico contemplado en ordenamientos jurídicos de los distintos países taurinos, con normas similares a las nuestras. No se puede dejar en manos del “promotor” la suerte de un espectáculo que, por su naturaleza, requiere controles. Es como si se dejara en manos de los ratones la llave de la despensa donde se guarda el queso. Por eso se necesita una regulación expresa.

La consulta popular lo único que supuestamente modificó es la parte relacionada con la muerte del animal en público, no toda su escencia. Cambiar la Ordenanza significaría un error que implicaría un descalabro para la misma.

Este proyecto tampoco ha sido socializado, por lo que existe una preocupación muy grande entre los aficionados sobre el resultado del mismo y la falta de disución al respecto.

Le pido tomar en cuenta que el mundo taurino no es comparable con ningún espectáculo y requiere de un control por parte de la autoridad con el fin de evitar la picaresca que ha existido y que se regula mediante esta Ordenanza, en beneficio de todos los quiteños que acuden a una plaza de toros.

Atentamente,
El Albero Peña Taurina





Esteban Ortiz Mena
Presidente

miércoles, 31 de agosto de 2011

Grotesco llamado a la ANARQUIA TAURINA

Burladero Ecuador

Opinion.- Una fiesta mutilada y ahora manipulada

A nuestras manos ha llegado un documento, que contiene las reformas a la Ordenanza Taurina Municipal, o mejor dicho un proyecto de Nueva Ordenanza, sustitutiva de la anterior que, si no lo estuviéramos viendo, no creeríamos que a alguien se le pudo ocurrir algo peor o un desatino de semejante naturaleza. Claro está dudamos que sea redactado este proyecto por algún edil, creemos más bien hecho por una parte interesada en la anarquía y en la pesca a río revuelto, pero ni eso justifica el que ya haya sido considerada en el Concejo Metropolitano de Quito, en primera instancia.

Se deja sin efecto todo lo legislado y perfeccionado por muchísimo tiempo, por la Comisión Taurina Municipal, integrada en distintos períodos por verdaderos aficionados, o por lo menos por representantes con criterio y sobretodo con un sentido de defensa de la fiesta y salvaguardando el derecho del aficionado, que es quien bajo el nuevo criterio, queda absolutamente desprotegido. Todos los principios y la tradición que rigen la fiesta, han sido vulnerados, o lo serán de prosperar este descabellado proyecto, fruto de intereses muy particulares y lejanos al bien de la Fiesta.

Por analizar someramente algunos aspectos, comentaremos al azar puntos inconcebibles, como por ejemplo:

Se habla de que el Municipio inspeccionará las Plazas de Toros, y no se menciona requisito alguno que las mismas deban cumplir, claro que se den los espectáculos sin prever circunstancia alguna, que evidentemente demanda inversión y cuidados.

Pueden creer aficionados, que se señala en el texto, que el Presidente de Plaza será nombrado de una terna presentada por el Promotor o sea por la Empresa organizadora del espectáculo, consagrándose oficialmente, aquí sí la calidad de Juez y Parte . Por `poner un símil muy valedero para el efecto, que tal si para un partido de futbol, se estipularía que el arbitro será nombrado por los representantes de uno de los equipos participantes. La Autoridad de Plaza está concebida para precautelar la integridad del espectáculo , en beneficio del propio aficionado, por lo tanto debe ser autónoma e independiente de los sectores en él involucrados. Por favor señores en que concepto tienen a los aficionados. La misma pregunta la traslado a quien redactó el malhadado documento

Como puede siquiera pensarse peor aún plasmarse en un texto, que el promotor sea quien conceda los premios y trofeos. Se va a beneficiar deliberadamente a determinado torero que interese a los Promotores y a determinada ganadería que se quiera lidiar, sin considerar su trayectoria y ejecutorias.

Sin el rigor que se debe tener, en beneficio del público que es quien financia y genera importantes utilidades, por lo menos antes se hacia referencia a que en los carteles esté un determinado número de toreros posicionados entre los 12 primeros del escalafón Español, ahora no en el proyecto, queda librado a voluntad de El Promotor o Empresario poner cualquier cartel y el sustituir como a bien tenga si se produjera una ausencia....que tal, pueden imaginarse siquiera amigos lectores.

Se eliminan registros municipales como por ejemplo el de Ganaderías y de Machos, o sea puede lidiarse cualquier ejemplar sin importar las características esenciales que deben poseer. Que burla, para que sembramos durante tanto tiempo y germinaron raíces de seriedad y respeto por la Fiesta.

De aquí en más no habrá control del callejón pues el nuevo proyecto nada dice al respecto. Debió ponerse más explícitamente las intención final, es decir que permanezcan o sean invitados a él simplemente quienes el Promotor desee, por lo tanto pues ya ni el Equipo Medico tiene asegurada su presencia peor la prensa especializada y más Profesionales, que con justa razón deben estar.

Y por ultimo, sólo por seguir ejemplificando, si se organiza un espectáculo sin los correspondientes permisos, la única sanción que recaerá sobre el Promotor es una multa de $ 5280 dólares...........sin comentario, que podemos decir?

UNA FIESTA DIGNIFICADA POR MUCHO TIEMPO, CON SACRIFICIO Y AFICIÓN, AHORA SE LA REGLAMENTA PARA LA ANARQUÍA.

Sería bueno que todos los aficionados puedan informarse de este proyecto y elevar su voz de protesta, ya se nos mutiló la fiesta, ahora manos interesadas quieren anarquizarla

lunes, 29 de agosto de 2011

Las barbaridades del nuevo proyecto de Ordenanza Taurina


Algunas barbaridades del nuevo proyecto de Ordenanza para el cantón Quito:

1. Primero, debemos preguntar al Comité taurino por qué si en el peor escenario, se debía simplemente eliminar la muerte del toro en cumplimiento de la consulta popular, se ha creado ahora toda una nueva ordenanza, que modifica aspectos de fondo de la actual, que no fueron objeto de la consulta popular.
2. Se elimina el reconocimiento a los espectáculos taurinos como tradiciones inalienables de los Quiteños, siendo deber del Municipio fomentarlos y difundirlos como acervo cultural y elementos, irrenunciables de la identidad histórica de Quito.
3. Se elimina el registro de ganaderías de lidia. Se elimina el registro de profesionales taurinos.
4. Se elimina el registro de nacimiento de machos, que es el único mecanismo existente para verificar que en Quito se lidien reses de cuatro años y además de las ganaderías registradas.
5. Se elimina las categorías de las plazas de toros y los requisitos que deben tener éstas para ser consideradas de forma diferente.
6. Se eliminan los requisitos que deben contener las plazas.
7. Se elimina todo el acápite de los servicios médicos que debe tener una plaza de toros.
8. Se elimina todos los requisitos previstos para que el Municipio conceda los permisos, especialmente aquellos relacionados con los contratos con los toreros y las ganaderías, así como la mínima exigencia de cierta calidad en los carteles en relación al escalafón español. Bajo el proyecto presentado, el promotor puede efectuar una feria de Quito con los peores carteles disponibles, sin que el aficionado tenga posibilidad alguna de reclamar.
9. Es simplemente inaudito que el equipo de autoridad de plaza sea designado directamente por el promotor del espectáculo, pues con eso pierde precisamente cualquier clase de autoridad frente al propio promotor. De esta manera, jamás un presidente se atreverá a contradecir un solo pedido o requerimiento que le formule el promotor, aún cuando el mismo vaya en contra de los intereses del espectador. La autoridad de plaza está concebida para precautelar la integridad del espectáculo en beneficio del propio aficionado, por lo tanto debe ser completamente autónoma e independiente de los sectores involucrados en el espectáculo taurino (empresa, ganaderos, toreros, etc.). Además el proyecto elimina todos las obligaciones a cumplir por parte de los miembros del equipo, lo que es un contra sentido, pues para que se designa un inspector de plaza por ejemplo, si no se indica que demonios debe hacer dicho inspector.
10. Es también inconcebible que sea el promotor el que determine la concesión de premios y trofeos, pues importará poco lo que haga un determinado torero, si el promotor tiene claro a quién quiere premiar, pase lo que pase.
11. Se elimina los reconocimientos en el campo de los toros a lidiarse.
12. Se elimina la posibilidad de revisar las astas sospechosas.
13. Se elimina todo lo referente al manejo del callejón, que en la práctica del espectáculo es de vital importancia.
14. Se elimina todo el capitulo referente a las sustituciones de cartel. Bajo el proyecto actual, el promotor puede reemplazar a El JULI con el bombero torero, si al promotor así le da la gana.
15. Quizá lo más grave de todo, se elimina en el proyecto todo el capítulo referente a la integridad del espectáculo; y, en especial, lo referente a la edad, peso y trapío de las reses de acuerdo a la clase festejos en los que deben lidiarse.
16. Se elimina lo referente al arribo de las reses a la plaza, lo que también es vital, pues si la corrida llega horas antes de iniciarse el festejo y se debe reemplazar un toro por cualquier motivo, será simplemente imposible hacerlo. Ni siquiera se exige un número mínimo de ejemplares y de sobreros.
17. Se elimina todo lo referente a la reglamentación de la lidia (Se elimina como debe practicarse el tercio de picar y banderillear por ejemplo).
18. Nada se dice respecto a cómo se premiarán las faenas, o sobre los eventuales premios a los toros por su bravura, pues se elimina el indulto, y se elimina la vuelta al ruedo al toro.
19. No se regula nada respecto a la lidia del rejoneo.
20. Desaparece el tema de las alternativas y confirmaciones.
21. El régimen sancionador del Municipio es ínfimo, pues en el peor escenario de incumplimiento la máxima sanción es de 20 salarios básicos (USD 5.280,oo)

Cómo puedes observar, el proyecto presentado a debate es absolutamente preocupante, pues el prestigio adquirido por la fiesta en el Ecuador, quedará simple y llanamente en manos del promotor de cada espectáculo, quién bajo esta ordenanza tendrá prácticamente vía libre para hacer y deshacer como simplemente le venga en gana. (JMM)

Irresponsabilidad municipal...

REPRODUCIMOS LA CARTA ENVIADA AL ALCALDE DE QUITO POR PARTE DEL EX PRESIDENTE DE PLAZA, QUE SE EXPLICA POR SÍ SÓLA Y QUE DEMUESTRA LA IRRESPONSABILIDAD CON LA QUE EL CABILDO QUITEÑO TOMA LOS TEMAS TAURINOS.




Quito, 25 de agosto de 2011


Doctor
Augusto Barrera G.
Alcalde
Ilustre Municipio del Distrito Metropolitano de Quito
Presente.-


Señor
Alonso Moreno
Presidente
Comité Taurino
Ilustre Municipio del Distrito Metropolitano de Quito
Presente.-


REF: Renuncia colectiva del Equipo de Autoridad de Plaza



Señor Alcalde:

Como es de su conocimiento, en el mes de octubre del año 2009, Santiago Terán Peñaherrera y José María Morán Iturralde, tuvimos el honor de haber sido designados por usted, por el período de dos años, para desempeñar las funciones de Presidente de Plaza y Presidente de Plaza Alterno respectivamente, del Distrito Metropolitano de Quito.

Unos días más tarde, la Comisión Especial Taurina, presidida entonces por el señor Patricio Ubidia, en base a las ternas presentadas por el Presidente de Plaza, procedió a nombrar a los demás miembros del Equipo de Autoridad de Plaza, también por el período de dos años.

Desde el primer instante en que tuvimos el privilegio de ser sus representantes en todos los asuntos relacionados con la actividad taurina en el Distrito, hemos venido ejerciendo nuestras funciones hasta la presente fecha, en estricto apego a lo dispuesto en la Ordenanza Municipal 106 que rige a los Espectáculos Taurinos en la capital, orientando nuestras actuaciones de manera especial a la defensa de los derechos de los miles de aficionados Quiteños que consideran a la tauromaquia como parte de su vida y cultura fundamental.

La ciudad de Quito tiene una riquísima y maravillosa tradición taurina ininterrumpida de más de 438 años, pues los primeros registros históricos documentales del Cabildo, demuestran que en nuestra ciudad capital ya por el año 1573, se celebraban corridas de toros como parte de la vida cultural.

Por este motivo, el propio Código Municipal para el Distrito Metropolitano de Quito, en su Libro IV, publicado en el Registro Oficial No. 226, del 31 de diciembre del año 1997, en su Artículo IV. 196 recogió la importancia que tiene la fiesta brava para la capital, disponiendo literalmente que: “Se reconoce a los espectáculos taurinos a la usanza española, como tradiciones inalienables de los quiteños, siendo deber del Municipio fomentarlos y difundirlos como acervo cultural y elementos irrenunciables de la identidad histórica de Quito”.
El carácter eminentemente popular adquirido por la fiesta brava a lo largo de los últimos siglos en nuestra capital, sumado a la importancia internacional que fue adquiriendo la realización de la Feria Jesús del Gran Poder desde el año 1960, hicieron que en su momento el Ilustre Municipio de Quito, tomara así mismo conciencia sobre la necesidad de normar el desarrollo de este extraordinario espectáculo de masas, en beneficio de la colectividad.

El prestigio alcanzado por la Feria Jesús del Gran Poder a la que se ha llegado a calificar como la mejor de América, no es únicamente consecuencia del trabajo, afición, cariño y apego a las tradiciones culturales de autoridades, empresarios, ganaderos, toreros, prensa especializada y público aficionado en general, pues en gran medida esto ha sido posible gracias a haber contado con un robusto marco normativo, amplio, rígido, exigente que ha estado expresado a través de las sucesivas Ordenanzas Taurinas emitidas por el Ilustre Municipio de Quito, orientadas a precautelar la integridad y pureza del espectáculo, en beneficio del público aficionado y en defensa de sus derechos. Por eso el Municipio reguló entre otros aspectos, desde cómo debe efectuarse la confección de los carteles de la Feria de Quito, hasta los requisitos mínimos que debe cumplir una res para poder ser lidiada dentro de una corrida de toros. De esta forma, el espectador que adquiere una entrada a una corrida de toros, tiene la total certeza de que su Municipio ha revisado previamente, que el espectáculo al que asistirá, será en todos los aspectos posibles, de primera calidad.

Sin embargo, toda esta importancia cultural, histórica, social e incluso económica que tiene la fiesta brava en la ciudad de Quito, se ha visto simplemente trastocada por la realización de una consulta popular, en la que inconstitucionalmente se preguntó de forma totalmente discriminatoria, si los Quiteños estábamos de acuerdo con eliminar los espectáculos taurinos que tengan como finalidad la muerte del animal.

Independientemente del hecho de que nunca una corrida de toros tiene como finalidad la muerte del animal, pues si así fuera, la gente pagaría por entrar a ver el faenamiento de reses en el camal, en vez de asistir a la plaza de toros (y daría exactamente lo mismo que venga “El Juli” en diciembre o simplemente cualquier carnicero), este proceso electoral implicó en la práctica, un ataque directo al carácter pluricultural, diverso, libre y tolerante que caracteriza nuestra ciudad, sin que lastimosamente el Ilustre Municipio de Quito y de manera particular, su Comisión Especial Taurina, hayan adoptado acción alguna para impedirlo, conforme era su verdadero deber histórico y en correspondencia a lo deseado por los más de 500 mil Quiteños que votaron NO en la pregunta 8 de la Consulta Popular.

Pese a dicha triste omisión, el Equipo de Autoridad de Plaza, conformado por quienes suscribimos, en un esfuerzo adicional por tratar de proteger en lo posible la integridad de las corridas de toros y los intereses del público aficionado, formalmente presentó con fecha 08 de agosto del 2011 al Presidente de la Comisión Especial Taurina, un proyecto de reforma a la Ordenanza 106, que dando cumplimiento irrestricto al resultado de la Consulta Popular, mantenía no obstante al mismo tiempo, los cánones, principios básicos y elementales que deben regir la realización de un espectáculo taurino. En dicha reunión se nos había ofrecido conformar mesas de trabajo para analizar las diversas propuestas de reforma.

Sin embargo y para sorpresa nuestra, sin que hayan tenido previamente lugar las ofrecidas mesas de trabajo, el día jueves 18 de agosto del 2011, en la sesión de Concejo Municipal, se presentó por parte del Concejal Alonso Moreno a primer debate, el proyecto de nueva Ordenanza taurina, elaborado por la Comisión Especial Taurina.

Con total desconsuelo, hemos podido constatar que en dicho proyecto de Ordenanza no solo que no se incluyó aporte alguno de las reformas presentadas previamente por el Equipo de Autoridad de Plaza, así como tampoco incorporó las observaciones y sugerencias del resto de sectores involucrados con la fiesta que fueran formuladas en la reunión de la Comisión Especial Taurina celebrada el 08 de agosto, sino que además; y, lo que es más grave y preocupante aún, dicho proyecto elimina prácticamente todas las regulaciones que contiene la Ordenanza 106 actual, que han revido de sustento para precautelar los legítimos derechos de los aficionados y que han permitido con su vigencia el que la Feria de Quito llegue a ser considerada internacionalmente como la más importante de América

Por estas y otras consideraciones que no vienen al caso profundizar en la presente comunicación, tenemos a bien presentar nuestra colectiva renuncia con el carácter de irrevocable, a las delicadas funciones como miembros del Equipo de Autoridad de Plaza, no sin antes agradecerle por la confianza depositada en nosotros y seguros así mismo, de haber cumplido a cabalidad con el encargo que nos fue encomendado.

Terminamos la presente comunicación, haciendo una cordial invitación a la Alcaldía de Quito, a efectos de que la misma recupere la verdadera importancia que siempre ha merecido la Fiesta Brava en la ciudad, como parte del patrimonio cultural inalienable de los Quiteños, herencia de nuestra estrecha relación histórica con España y del propio mestizaje que tanto nos caracteriza. No por nada, el propio himno de nuestra ciudad capital en su parte pertinente señala:

“Oh, ciudad española en el Ande,
Oh, ciudad que el Incario soñó,
Porque te hizo Atahualpa eres grande,
y también porque España te amó”



Atentamente,




Santiago Terán Peñaherrera José María Morán Iturralde
Presidente de Plaza Presidente de Plaza Alterno





REF: Renuncia colectiva del equipo de Autoridad de Plaza




César Aulestia Villacís Clímaco Egas Arroyo
Asesor Taurino Asesor Veterinario




Roberto Cordovez Herdoiza Rodrigo Patiño Terán
Asesor Taurino Jefe de Callejón




Pedro Escudero Albornoz Esteban Morales Silva
Inspector de Plaza Inspector de Plaza Alterno




Luis Aníbal Narváez Mario Cárdenas Espinoza
Asesor Veterinario Alterno Jefe de Callejón Alterno




Patricio Prócel Gómez Juan Carlos Acosta
Auxiliar Veterinario Auxiliar Veterinario