tag:blogger.com,1999:blog-31575129203485866662024-03-12T20:37:39.289-05:00desde el albero...EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.comBlogger293125tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-84707197003936810342012-03-09T20:49:00.002-05:002012-03-09T20:54:48.063-05:00SER FIGURA Y DEMOSTRARLO<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://2.bp.blogspot.com/-IJFKCOzgzV0/T1q0Vp6vCcI/AAAAAAAAAno/C1FIyAUPqco/s1600/catedra-JT_ok.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 311px; height: 400px;" src="http://2.bp.blogspot.com/-IJFKCOzgzV0/T1q0Vp6vCcI/AAAAAAAAAno/C1FIyAUPqco/s400/catedra-JT_ok.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5718080961022724546" /></a><br /><br /><br />Por Benjamín Bentura Remacha<br /><br />Zaragoza,01/02/2012<br />En mi vejez y sigo siendo un insensato. En mi pueblo, que no es en el que nací pero sí el que he elegido como adoptada cuna, me invitaron a la inauguración de una peña taurina a la que querían poner el nombre de José Tomás. Por mi ya larga experiencia, les aconsejé a los peñistas que lo de poner a estas entidades nombres de toreros era limitarles su vida porque casi ninguna supervive al esplendor de su titular si se exceptúan unas cuantas como la del “Club Guerrita”, “Los de José y Juan” o el “Club Cocherito” que, por diversas circunstancias, han permanecido en actividad brillante y provechosa, sobre todo la de Bilbao ya centenaria.<br /><br />-Yo creo que sería mejor que a la peña le pusierais el nombre de la calle donde está el bar de su domicilio social, El Toril.<br /><br />- De acuerdo: Peña El Toril.<br /><br />Y allí que acudí para hablar de la calle, del pueblo, de su tradición ganadera y de aquella corrida extraordinaria de 1809, en la que una columna de soldados franceses que acudían al lugar para cobrar tributos y realizar incautaciones de alimentos para las tropas de Zaragoza, se encontró encerrada dentro de sus muros y frente a los toros que se soltaron desde los distintos corrales y desde ese toril que lanzaba los toros a la plaza del pueblo. Los que escapaban de la cornada recibían el plomo de las armas de los hombres que ocupaban balcones, ventanas y tejados. Y, después de mi entusiasmo historicista, intervinieron mi compañera taurina Isabel Sauco y el matador de toros Alberto Álvarez para ampliar los temas a asuntos más polémicos. A alguien, seguramente partidario del torero de Galapagar, me preguntó si yo consideraba a José Tomás como figura del toreo.<br /><br />Sí considero a Tomás como figura del toreo, pero no ejerce como tal. Hubo un año, 1946, en el que Manuel Rodríguez “Manolete” no toreó en España nada más que una corrida de toros. Pero fue en Madrid, en la corrida de la Beneficencia y con Gitanillo de Triana, Antonio Bienvenida y Luis Miguel Dominguín. José Tomás ha completado una temporada con nueve corridas de toros en dos plazas amables de primera y el resto de segunda, con ganado de dos divisas y con compañeros de indudable valía aunque poco relieve. Eso no es ejercer como tal figura del toreo.<br /><br />Hubo sus discrepancias y Alberto Álvarez me argumentó que no había toreado más el de Galapagar porque venía de una cornada mortal y porque no podía alternar con primeras figuras porque no había dinero para pagarles a los otros diestros. Primero, la cornada, gracias a Dios, no fue mortal y los dineros hay que compartirlos con el resto de los componentes del cartel. Comprendo que el hacerse acompañar por los más débiles es muy caritativo y provechoso para él, pero la fiesta de los toros es un espectáculo y la gente quiere ver en acción a los mejores frente a frente. Y en Sevilla, Madrid, Pamplona, Bilbao o Zaragoza. En resumen: José Tomás es figura del toreo pero no ejerce. Lo que si tiene es un gabinete de promoción de lo más eficaz. En estos días, los que enredamos en los caminos del internet misterioso nos hemos encontrado con la divulgación de una faena de Tomás considerada como de la máxima perfección. No creo que resista la comparación con alguna de Morante de la Puebla en esta última temporada, incluida la labor con el capote. Primero, fue una faena completamente derechista, ligados los muletazos al pico del engaño a favor de la entrega del cornúpeto, algunos enganchados y con desarme final. Estatuarios y remates y ni una sola serie de naturales. Buen acompañamiento musical y el remate del indulto para el toro. Está bien lo de indultar a los toros bravos aunque nos priven de contemplar lo que desde tiempos inmemoriales se califica de suerte suprema. Y, por mi parte, que se indulten los toros bravos donde aparezcan, sea en plazas de primera, de segunda o de tercera. ¿O es que en estas últimas no pueden lidiarse toros bravos? Ya dirá el ganadero si sirve para las tareas de la procreación. No hay que ponerle puertas al campo ni reglamentos a la bravura. ¡Fuera los reglamentos! Repito: me fastidian los reglamentos. Ya lo decía el conde de Romanones: “Haced las leyes y yo haré los reglamentos”.<br /><br />Hoy mismo aparece en los medios de difusión que los toros estarán en la Dirección de Bellas Artes y Bienes Culturales y de Archivos y Bibliotecas. Buena noticia si ello sirve para considerar a la Fiesta Española como lo que es: un bien cultural consustancial con nuestra condición de españoles. De todos los españoles, incluidos los catalanes que en estos días de prohibición de las corridas de toros abogan por la protección de los bous del fuego y de las calles. Se quedan en las cavernas. Es como si en otras regiones de España se permitieran los recortadores, los saltadores, los roscaderos y los toros ensogados y se prohibieran también las corridas de toros que resultan de la evolución de esos festejos populares y la transformación de los torneos caballerescos en los festejos de a pie. Como si se obligase a viajar en diligencia en lugar del AVE o el avión. Sea usted moderno, sea usted del Pepe. El Pepe era el hermano de Ángel Teruel cuando lo apoderaba Nacional, aquel matador de toros, Octavio Martínez, que, ya retirado, se dedicó a la tarea de lanzar nuevas figuras. Sea usted, pues, moderno, sea partidario de la FIESTA ESPAÑOLA. Y espero que el ministro don José Ignacio Wert, pese a su apellido poco torero, nos ponga en el lugar que nos merecemos: en el Olimpo del Toro Mitológico.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-53018064696182884402012-01-30T21:53:00.000-05:002012-01-30T21:54:18.757-05:00EL ORIGEN DE LA ANTITAUROMAQUIA MODERNAGermán Parrado Vera<br />Escritor y poeta colombiano.<br />Bogotá 28/01/2012<br /><br />El origen de la antitauromaquia moderna fue la Alemania Nazi. Como sea, hay hechos, los que se desprenden del fanatismo animal de Hitler, como La Ley General de Protección Animal –primera en la historia mundial- de la Alemania Nazi, la veda de usufructo de especies usadas en la caza deportiva, la de comercio, o el hecho sustantivo, poco menos que simpático, ocurrido la primera vez que un nazi estuvo en una corrida de toros: el vómito de Himmler en la corrida de Madrid, cuando Franco invitó a la delegación alemana, alternativa de Sócrates Marcial, y cuando el alemán inventor de la inmoralidad moderna se retorcía de espasmos por físico o práctico asco a la tauromaquia, mientras a su espalda, pasando por Francia, el oriente europeo se perlaba en campos de exterminio de humanos. Otro hecho, indudablemente menos gástrico y comentado por Arendt: el fusilamiento de dos soldados de la guardia pretoriana (por poco escribo petroriana) del Führer, culpables del imperdonable delito consistente en patear a uno de los amados perros pastor alemán del Führer, quien profesaba un amor ilimitado por las bestias, era vegetariano, odiaba las corridas de toros. Himmler y su asco singular manifiestan en Madrid, frente a Franco y las fuerzas vivas de España reunidas en pleno en la Plaza de las Ventas, que es necesario acabar con la porquería taurina. De allí se desprende el movimiento animalista como un cuerpo organizado, con jerarquías morales discutibles, un cuerpo subsidiado, profundamente conocedor del poder de la propaganda, recalcitrante, intolerante, totalitario, que no ceja, ni observa. <br /><br />Hasta aquí es necesario signar algo: no es un criterio de diferenciación, pues los amantes de los animales no son nazis, pero los primeros animalistas del siglo pasado sí fueron los nazis, comoquiera que entendemos por animalismo aquella mitificación enfermiza de los animales, que sigue ulteriormente hacia el petaterrorismo, la hostigante propaganda, la manipulación verbal para generar el efecto, la manipulación visual para generar sentimentalismos, la preponderancia de la propaganda por encima de la ideología. El animalismo no es una ideología, pues sus premisas son irrealizables. El comunismo, que choca eternamente con la utopía, por lo menos contiene factores que lo hacen practicable, mas no realizable. El animalismo no contiene ni lo practicable ni lo realizable, es imposible, pues aún creen los amantes de las bestias que el león en la naturaleza no volverá a comer a la gacela, mediante un proceso de conductismo que Pavlov empezó, por ejemplo.<br /><br />Así las cosas, el nazismo puso en la agenda, incluso antes que la India, una humanización del animal, idea que corresponde con la animalización de judíos y eslavos hecha por los mismos nazis en procesos de muerte, antecedente de la idea animalista de endiosar a los animales y animalizar al hombre. A fin de ello, las estrategias tenían que partir de la consecución de recursos, y seguir con la propaganda animalista como una actividad más: incluso hoy los animalistas colombianos son subsidiados por ONG que a su vez son subsidiadas por el reino de Holanda, y el de Suecia en menor medida. El animalismo, el antitaurinismo, son profesiones laborales, como la arquitectura, la prostitución o la ingeniería. Convertido en profesión, el animalismo alemán se metió en la entraña de Hitler y, al ser que Alemania era un cuerpo que fluía del Führer, el estado nazi dictó la consabida Ley General de Protección Animal; se inicia a su vez el desmonte gradual de la caballería, de las carretas en vía pública, y la propaganda actúa con la eficacia teutona de siempre para vender al enemigo como un bárbaro que devora animales crudos. Como sea, los antitaurinos existían de manera germinal hasta que pudieron converger en torno a los avances de Alemania a propósito de la protección animal. Se demostraba que el modelo alemán no sólo era viable, sino que la lucha por los animales debería tener tal modelo. Así mismo, tras la derrota alemana y la larga sombra del franquismo, fermentaron las corridas de toros como un símbolo que era y es necesario destruir. Conforme la apertura social en España de los años 70´s tuvo su sitio, las primeras protestas antitaurinas surgen con una premeditación que no conferían a las mismas un carácter de espontaneidad, fervor popular o descontento: desde el inicio, son máquinas perfectas, cuando no demoledoras, que llevaron años de preparación pero siempre inspiradas en el hecho indiscutible de la intolerancia verbal y visual como propaganda. Quizá pueda signar otro hecho: el animalismo siempre ha sido misántropo, pues parte de una pauperización de las condiciones de vida y muerte del animal, condiciones las cuales acusan al ser humano como culpable de ellas; malditamente culpable. No es gratuito que misántropos históricos, como Schopenhauer, Fernando Vallejo, Charles Manson o el mismo Adolf Hitler, sean a su vez y en igual proporción amantes de los animales. <br /><br />Volviendo a la historia, los antitaurinos modernos, hecho el animalismo una profesión, pudieron dedicar día y noche a una lucha en cada ámbito social hasta machacar con sus exageraciones con tal insistencia, que las premisas del animalismo y la antitauromaquia hoy son capas u horizontes aceptados y juzgados como normales: la persona normal es antitaurina, por definición. Todo esto no pudo ser sino gracias a la continua financiación de un movimiento que precisa día y noche en el trabajo de la propaganda: no sorprende saber que en el año de 1941, el primer aporte a la Sociedad de Amigos de los Animales (SAA) en Madrid, fue una suma considerable donada por un ciudadano alemán: Heinrich Himmler. De allí se desprenden los movimientos antitaurinos actuales. <br /><br />Es necesario explicar el mecanismo que, como ya he dicho, fue calcado del modelo nazi: la propaganda se impone sobre la ideología, cuando las premisas o ideas del movimiento no tienden a mostrar una verdad, sino una exageración, ya que el alimento de la propaganda son partes iguales de amarillismo y fantasía. Los nazis vendieron desde 1928 la idea consistente en que los judíos devoraban niños en la noche de pascua. Ya en 1937 era una idea aceptada. Los antitaurinos venden por años la idea consistente en que la tauromaquia es tortura, aún cuando el sentido común apunta a que un torturado no puede matar a su torturador en trance de ser torturado, pues la tortura es la conducta de vejar a alguien indefenso, y el toro no lo está. Hoy día, que la Tauromaquia sea tortura es una idea socialmente aceptada. En ambos casos, la propaganda hace de la costumbre o la reiteración obsesiva de una idea, por más exagerada que sea, una verdad con el tiempo, pues el espectador de la propaganda la aprende como una verdad real, una parte del mundo, un molde que es cierto, a fuerza de estar día a día allí. Un axioma.<br /><br />Computando, son casi 40 años de insistencia sobre las mismas ideas exageradas por parte de los antitaurinos: que la tauromaquia es tortura, que el taurino va a ver sangre y desea la sangre, que el aficionado taurino es sádico (Himmler lo dijo en Madrid, por puesto, con la suficiencia moral que tendría para hacerlo), que el toro sufre un martirio indecible, que un aficionado taurino es asesino por el simple hecho de sentarse a mirar una lidia, etc. La propaganda además usa el apoyo visual, pues no sería de otra manera en una época que piensa por imágenes, como la nuestra: los toros bañados en sangre, los toros con extraños rostros que les conferían ternura y lastima, los toros desolados y desdichados, los toros jamás vistos en los ruedos, hicieron su aparición mediante montajes gráficos que, machacados al ritmo obsesivo de la propaganda, son socialmente aceptados como verdad.<br /><br />Un caso que ejemplifica el uso de la propaganda y su consecuencia es el siguiente: una de las más famosas imágenes antitaurinas es aquella en donde un toro sale acosado por la luz y un auténtico baño de sangre (casi vómico) en sus lomos, orejas y pitones. Lo curioso es que la foto original, donde ni hay baño de sol ni baño de sangre (incluso cambia el color de la sangre), puede conseguirse en foros antitaurinos de los años 2001 ó 2002; pero a partir del 2003, de cuando data la foto retocada anteriormente descrita, ésta es aceptada como la verdadera: de compararse ambas imágenes, de inmediato se percata el espectador de la veracidad de la primera, y del vulgar montaje de la segunda, donde un chambón trabajo de photoshop es visible, y es tapado rateramente con unas letras: VICTIMAS DE LA CRUELDAD. La adición de sangre en la foto retocada es tal, que viéndola nadie duda del sufrimiento del animal. Hemorragia y anemia. Sin embargo, se tiene la original, sin el baño de sangre y los colores justos: cuál sería mi desdicha que, mostrando ambas fotos a una amiga, y demostrando que la más reciente estaba retocada, ella aceptaba como verdadera precisamente a la retocada, a la del baño de sangre, pues su idea de la tauromaquia, por errada que aún sea, se acerca más a la idea del toro masacrado que a la idea real, esto es, del toro sangrando en lo mínimo y combatiente. En este y en todos los casos, la propaganda fue efectiva.<br /><br />Para infortunio, las víctimas de la propaganda incluso pueden ser personas respetables y pensantes. Propongo un ejemplo:<br /><br />“Tal vez esos foristas son los que gozan viendo sangre derramada, la de sus conciudadanos o la de los toros, pues a ellos lo que realmente los atrae es la sangre, sangre que disfrutan como vampiros del grotesco y triste espectáculo de ver caer un toro cobardemente inducido a la muerte bajo la mirada cómplice de quienes asisten al espectáculo para que los miren como a unas reinas en una pasarela…” Felipe Zuleta en la columna titulada Los vampiros de la muerte, aparecida el 19 de Enero del 2012 en el diario EL ESPECTADOR.<br /><br />La última parrafada, ausente de comas y denotando una exaltación, sugiere que el columnista está alterado en el momento mismo que escribe, estremecido por la violencia característica de los antitaurinos, que penetra su discurso. Se lee ofuscado. Con todo y que el texto formal y conceptualmente es pobre, está atravesado por los prejuicios heredados de la propaganda antitaurina, y lo digo para signar que la propaganda incluso se impone por encima del buen juicio o el buen escribir, en últimas la seriedad de un columnista respetado, como el citado. Prima más la imbécil idea que vende al taurino como un ser ávido de sangre, idea imaginada pues la lectura de una lidia, esto es, si es buena o mala, no depende en la más mínima medida de la presencia o ausencia de sangre: en la primera de abono en La Santamaría del 2012, salió un toro castaño oscuro de capa, el cual prácticamente no sangró durante la lidia. Nadie reclamó sangre, ni se puso de mal genio, pues al taurino la sangre le es irrelevante, y se le entiende como algo inevitable durante la lidia, mas no deseable o necesario, y nadie puede decir que en los tendidos se clame por sangre (¿dónde hay videos de taurinos reclamando sangre?). Al no medirse la calidad de una lidia por la cantidad de sangre, y al ser el taurino quien admira la calidad de una lidia, la sangre ni va ni viene en esto. Colegir que el taurino es un vampiro no es una idea seria, no si se es un columnista dominical del diario más importante de un país: en este caso, la propaganda y el fanatismo inconsciente vencieron el buen juicio y la buena manera del escritor, que incluso se debate conceptualmente entre vender al taurino como un espectador de sangre o un espectador de otros taurinos (“para que los miren como reinas en una pasarela”)<br /><br />Como sea, la sociedad está programada por el movimiento antitaurino moderno para corroerse gradualmente hacia la utopia animalista, pues la abolición de la tauromaquia es el inicio de una carrera desenfrenada hacia el veganismo y la abolición de la modernidad. La tauromaquia, al igual que el judaísmo en la época nazi, está en la tela de juicio por maneras que han desvirtuado su contenido, lo cual resulta menos que injusto y torpe, casi lineal viniendo la injusticia de mayorías manipuladas (por nazis o por animalistas) que aplastan a minorías desvirtuadas y prejuzgadas bajo montajes (judíos o taurinos; al ser las premisas de las ideas y los métodos idénticos, no es exagerada la comparación: son el mismo fenómeno, con una idéntica línea histórica de perseguidores y víctimas). El debate real en contra de la tauromaquia debe ser por lo que ella es, no por los prejuicios que la propaganda antitaurina ha logrado implantar en estos cuarenta años en la sociedad, prejuicios que se manifiestan en hechos consistentes en lo aquí expuesto: en la no aceptación de la realidad, como en el caso del montaje de la foto, o en la cortedad de un reputado columnista que acusa de vampirismo al taurino sin ninguna prueba (lo dicho por Zuleta será verdad el día que aporte una prueba documental o clínica que demuestre nuestra supuesta afición por la sangre, la tortura o la vejación, cuando la realidad es que el rito taurino es la admiración de las condiciones de bravura, fuerza, capacidad de luchar y embestir del toro, no de su debilidad y sangrado). Queda dicho que la propaganda tiende a ser, en lugar de un discurso construido, una destrucción de los discursos; otro ejemplo: cuando el debate traspasa el ámbito taurino, al no poder criticar los aspectos que en realidad no son criticables, la propaganda vende relaciones con la pederastia, el circo romano, la ablación o la esclavitud, prueba consistente sobre la cantidad de estupidez que genera la propaganda y el peligro de ésta, pues incluso rompe la lógica, al relacionar fenómenos inconexos de forma, modo y lugar, como la tauromaquia emparentada con la pederastia, por ejemplo. Así las cosas, la propaganda no puede ser sino una afección nociva.<br /><br />En cualquier caso, la propaganda impuesta a ultranza evoluciona irremediablemente hacia la apatía; la sociedad tendrá que pensar si quiere la dictadura animal, denominada Zoofascismo, que prohibirá el consumo de carne o leche (en el programa radial Hora 20 la animalista invitada confesó que la abolición del rito taurino es el primer paso para llegar a “un debate que la sociedad tiene que hacerse, y está ya preparada para eso, sobre si es necesario comer carne”) el uso del cuero y la lana, el desprecio a los equitadores o a los toreros, y similares; ad portas de un Estado de Opinión y una Dictadura de las Mayorías, nosotros la minorías estamos en una espera inútil y sosa, pues el fanatismo recalcitrante de la antitauromaquia moderna ha logrado lo impensable y lo increíble: que la más mínima noción de democracia civilizada esté rota, al decidir las mayorías los derechos de las minorías, siendo que las minorías lo somos precisamente al no ser iguales a las mayorías.<br /><br />La propaganda sustituye al pensamiento; no puede ser un hecho negable; como un trasunto de la situación que vivimos, atravesados por corrientes de odio y desinformación provenientes del antitaurinismo, llegan las palabras del nazi que inventó la estrategia propagandística lanzada desde aviones (y vegetariano por demás), El mariscal Göring: “Cuando oigo la palabra cultura, saco el revólver”. <br /><br />Por desgracia, es más fácil indignarse que pensar.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-12060487523600568192012-01-27T15:36:00.002-05:002012-01-27T15:40:12.638-05:00Aleccionando antitaurinosTomado de la cuenta de Facebook "A que consigo 1.000.000 de personas que si les gustan las corridas de toros".<br /><br />1) La tauromaquia no es un sadismo, a menos que se pretenda entender por<br />sadismo lo dicho en un diccionario de bolsillo: el sadismo, clínicamente<br />definido por la OMS como una “desviación mental conducente a la consecución<br />de un placer SEXUAL a partir del sufrimiento de una victima” no puede ser<br />así compatible con la tauromaquia, ya que los taurinos NO tenemos orgasmos<br />al ver lidiar. En últimas, no se mide una faena como buena o mala<br />dependiendo la cantidad de sangre (si hay más sangre o menos sangre), dato<br />irrelevante en la lectura de la calidad de una lidia, ni mucho menos se<br />obtiene placer viendo sufrir, pues al toro no se le ve en trance de<br />sufrimiento: su rostro, sus gestos y su conducta son todo lo contrario: un<br />animal fiero que combate, no que sufre.<br /><br />2) La tauromaquia no es tortura, ya que el toro no está indefenso: las 100<br />muertes de toreros de por sí desmienten que el toro sea inofensivo, o que<br />esté reducido: en casos REALES de tortura, como la Inquisición o los<br />vejámenes a los presos de Guantanamo, JAMÁS las victimas de la tortura<br />pudieron matar a su victimario mientras eran torturadas: el toro ha matado<br />a más de cien toreros, y herido a la totalidad de los toreros restantes. La<br />tortura consiste en lo contrario: malherir físicamente a quien no puede<br />defenderse, al estar inerme, atado, disminuido, y prolongar metódicamente<br />ese sufrimiento: los castigos de la lidia se hacen para conducir a la<br />muerte del toro, no para extender un sufrimiento inane, y la valía de los<br />logros plásticos con un capote y una muleta cobran significado ante el<br />peligro real del animal, la muerte. Torturar al toro redundaría en que el<br />toro se quedara echado en el piso, consumido en su dolor, incapaz de<br />luchar, con lo cual la lidia sería imposible.<br /><br />3) La tauromaquia no nació en el circo romano: la evidencia histórica<br />demuestra que milenios antes del nacimiento mismo de Roma ya había<br />tauromaquia, nacida en la cultura helénica y la isla de Creta. El<br />relativismo anticristiano ha empezado incluso a dudar que el Coliseo Romano<br />fuera lugar para el maltrato de cristianos mediante la lucha con tigres o<br />toros: la persecución a cristianos tuvo lugar 37 años antes del INICIO DE<br />CONSTRUCCIÓN DEL COLISEO, y cuando éste se terminó su uso fue el de<br />carreras hípicas; doce años después se le empezó a usar para peleas de<br />gladiadores, llamados así por la espada (gladio) corta y de madera que<br />usaban. NO TOROS.<br /><br />4) En Catalunya no se logró un “avance moral” al prohibir la tauromaquia;<br />de hecho, se prohibió el rito taurino hispánico, pero se protegió otras<br />maneras de lucha con el toro, como el toro embolado, practicado al sur del<br />valle del río Ebro, en donde un toro es incendiado mientras corre por las<br />calles. Entonces, toros sí hay aún en Catalunya, sólo que la separatista<br />cortedad y la trapacería animalista, consideran más moral incendiar a un<br />toro que ponerlo a luchar en el ruedo.<br /><br />5)La Tauromaquia no está en vía de extinción: de hecho, gracias al traspiés<br />catalán, diversos países (como Francia) y comunidades autónomas han<br />blindado a la fiesta mediante declaratorias de patrimonio, que de ser<br />violadas, aboliendo la fiesta, pondría de inmediato al país antitaurino<br />afuera de la ONU, al violar leyes y preceptos de la UNESCO sobre el<br />patrimonio cultural.<br /><br />6) El animalismo es nefasto al ser una suerte de fundamentalismo y<br />fanatismo: a los animales se les debe respetar, y se les debe tratar con<br />realismo, no con utopías o fantasías de protección total y bienestar<br />garantizado, que son poco menos que imposibles. En la vida real, las<br />sociedades no pueden ni garantizar el bienestar de los niños, mucho menos<br />el del resto de los animales. La Tauromaquia, gracias a sus recursos<br />económicos, es la única capaz de garantizarle una excelente calidad de vida<br />a la totalidad de reses bravas, sean liadas o no, y sin tauromaquia los<br />recursos serían insuficientes para que tal calidad se mantenga durante los<br />cinco años que vive en promedio y en manera natural el toro, ya no decir su<br />numerosa familia. No hay toros bravos en Islas Canarias o en Argentina,<br />sitios que en el pasado prohibieron la fiesta brava, ya que, al no poder<br />garantizar la calidad de vida de las reses, al quebrar las ganaderías que<br />dependían de las corridas, las reses fueron todas sacrificadas. ¿Qué es más<br />moral, realista y práctico: el 6% de reses bravas muertas en el ruedo, o el<br />100% de las reses bravas muertas en el matadero?EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-35373887336310194052012-01-25T13:36:00.000-05:002012-01-25T13:37:19.041-05:00¡Ay, los toritos! / Antonio CaballeroPor Antonio Caballero<br /><br />Revista Semana<br /><br />Hace tres semanas unos cuantos aficionados a los toros publicamos un manifiesto sobre la tolerancia, que sigue firmando gente. Y saltó el nuevo alcalde de Bogotá Gustavo Petro a hincarle el diente al asunto, declarando con prosopopeya que él está a favor de la vida, y no de la muerte. Estrictamente hablando, el tema no le compete: pero es apetitoso para alimentar prensa (ya lo habrán visto ustedes). <br /><br />Y si no se los hubiera apropiado de antemano con brazo de hierro la demagoga senadora Gilma Jiménez, ya tendríamos a Petro sacándoles también jugo de la yugular a nuestras niñas y nuestros niños. Y a ver qué hace con nuestros pobres e indefensos caballitos, víctimas inocentes de los malvados zorreros que solo viven para torturarlos.<br /><br />Pero hablemos en serio.<br /><br />Cien veces han querido prohibir las fiestas de toros. Desde que existen. Lo han pretendido todos los poderes: los papas de Roma, los reyes de España, los presidentes de diversas repúblicas, los alcaldes, los jueces, los parlamentos, la prensa bienpensante. Con argumentos variados: el peligro para la vida humana; el rechazo a la imposición de una costumbre foránea; el dolor causado a los animales. <br /><br />Todos ellos son pretextos espurios. La vida humana está en riesgo siempre: habría que prohibir todos los oficios, desde el de torero hasta el de papa (y también el de alcalde). Todo en la historia ha sido en su origen imposición extranjera: las religiones, las fiestas, las prohibiciones. Todos los animales que tienen contacto con los hombres (que son todos los animales) padecen dolor por culpa de ellos. Y todos mueren. Pero de todos ellos los que mejor vida llevan son los toros de lidia. Cuatro años de holganza y protegida libertad en el campo, y media hora final de lucha a muerte. Y la muerte inevitable, pero digna: en la pelea. No en la ejecución infame y sin defensa a la que son sometidos los cerdos o los pollos, los atunes o las ratas, o los gusanos de seda. <br /><br />Hasta aquí, las razones para enfrentar las razones que alegan los antitaurinos (que no tienen razones, porque por lo general no saben de qué hablan: nunca han ido a los toros y lo que dicen es de oídas, o de prejuicios de sordos). Las razones en contra de los que están en contra. Pero las que de verdad importan son las razones a favor. A favor de los toros, y a favor de las fiestas de toros.<br /><br />A favor de los toros bravos: los más hermosos animales de la creación. De la creación ayudada por el ingenio humano. Pues el toro de lidia no es un animal natural, como pueden serlo el jaguar o el tiburón, sino el producto de la selección y de la crianza, como el caballo de carreras o el perro guardián. El toro bravo es bello en la paz del campo; y lo es en la batalla: en el mismo campo con sus congéneres, o con los hombres en la plaza. Y lo es también en la muerte. Esa que se llama 'muerte de bravo' de un toro bravo en el ruedo, ya matado por la espada pero todavía en pie y negándose a aceptar la agonía por terquedad o por orgullo, o -para no abusar del antropomorfismo lírico connatural al tema taurino- por ganas de seguir peleando. La 'muerte de bravo' de un toro bravo en la plaza, ante el público que lo ovaciona, es la única muerte de un animal que es bella.<br /><br />Y a favor de las fiestas de toros. Las hay primitivas y salvajes: las corralejas de la Costa colombiana, los correbous de Cataluña. Son estremecedoras, dionisíacas y terribles. Pero las razones de mi defensa quieren ir ante todo a favor de la corrida de toros ordenada, para usar la frase del ritual, 'como mandan los cánones'. A favor de esa combinación sutil de civilización y de barbarie que es la corrida de toros, resultado del arte de la crianza, del arte del combate y del arte del juego con la muerte, que a la solemnidad del rito une la profundidad del sacrificio. Porque una corrida de toros no es una carnicería, sino una fiesta. <br /><br />Volviendo a los que quieren prohibir esa fiesta: lo suyo es, simplemente, que quieren prohibir. Su placer consiste en impedir el placer de los demás. Para decirlo con una antigua frase de la sabiduría moral: tienen pesar del bien ajeno. <br /><br />Y ese pesar del bien ajeno es lo que más éxito tiene en política, como lo está mostrando el nuevo alcalde de Bogotá.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-17723685342452810242012-01-25T13:34:00.001-05:002012-01-25T13:36:23.902-05:00LOS TOROS EN ECUADOR: UN ANÁLISIS DE LA COYUNTURA ACTUAL Y POSIBLES SOLUCIONES(Ponencia presentada en el Coloquio Internacional de Tauromaquia de Tlaxcala-México)<br /><br />Por Esteban Ortiz Mena<br /><br /><br />Lo que ocurrió en Ecuador empezó en Cataluña. Con la diferencia de que nosotros lo supimos defender…<br /><br />Con la llegada del gobierno socialista de Rafael Correa al poder, hubo un giro en el sistema. La llamada “revolución ciudadana” tenía (y tiene) como objetivo imponer un cambio completo en la estructura de la sociedad con el fin de implantar una sociedad distinta, en la que los valores del socialismo sean los que primen. Este tipo de visiones propias de los regímenes autoritarios, sumado a que “lo progre” va de la mano con las visiones de desarrollo ecológico y antitaurinismo, entre otras consignas, han calado en el régimen actual dando como resultado un ataque sistemático que ha intentado abolir esta práctica de nuestras costumbres en varias ocasiones.<br /><br />Para tener una idea muy general de lo que ocurre en el país, existe un detrimento generalizado de libertades y derechos. Un ejemplo cotidiano es el sinnúmero de prohibiciones que nos acechan: la de la venta de licor los fines de semana; restricción de horas de consumo de licor; cierre de casinos, porque atentan contra la moral pública; censuras televisivas; y, en general reformas legales que restringen las libertades civiles y consolidan un proyecto que muchos han denominado como “autoritario”. <br /><br />Así es como se desató un ataque sistemático desde el Estado, con todo el aparato a su favor, en contra de los toros. <br /><br />Sin embargo, esta estrategia estatal se encontró con un estamento taurino unido, dispuesto a luchar sin tregua. Hemos logrado unir, a través de Somos Ecuador, a todos los estamentos taurinos en el país que han participado articuladamente para poder defender estos ideales.<br /><br />Nuestras estrategias han sido armadas de una manera coherente entre lo taurino, como eje fundamental, lo político, lo legal y lo comunicacional. Hemos atacado en todos los frentes. Con presupuestos bajísimos, pero con mucha creatividad, hemos logrado posicionar una bandera de lucha, con resultados nada despreciables. <br /><br />Dentro de este proceso sistemático de ataques gobiernistas antitaurinos, podemos identificar tres momentos:<br /><br />1. La Asamblea Constituyente de Montecristi y la posibilidad de la abolición total<br />2. La Defensoría del Pueblo y la restricción de entrada a menores de edad<br />3. La consulta popular<br /><br />La Asamblea Constituyente de Montecristi y la posibilidad de la abolición total<br /><br />Fue en la Asamblea Constituyente del año 2008 donde tuvimos nuestro primer enfrentamiento real. Las propuestas abolicionistas calaron hondo en la mayoría de Asambleístas de esa época (el gobierno tenía mayoría parlamentaria) y recogieron las propuestas de los animalistas como parte de las reformas que querían introducir a la Constitución. Con esta visión “progre”, la novelería de reconocer derechos a la naturaleza iba de la mano de suprimir (de cuajo), todo tipo de espectáculos donde se maltrate a los animales: peleas de gallos, toros, circos, etc. <br /><br />Gracias a un despliegue masivo, y figuras importantes que nos apoyaron desde el Gobierno de ese entonces, logramos que no se incluya en el proyecto de Constitución una propuesta que quería suprimir constitucionalmente los toros. Así como lo oyen.<br /><br />No sólo que logramos parar esta propuesta constitucional, sino que logramos incluir en los derechos culturales el reconocimiento a las tradiciones y los derechos que de estos derivan.<br /><br />CONARTEL, la Defensoría del Pueblo y la restricción de entrada a menores de edad<br /><br />Por otro lado, al ver que los festejos taurinos no fueron afectados por disposiciones constitucionales, empezó un ataque sistemático a través de otros órganos del Estado. En efecto, el CONARTEL es el ente encargado de regular a los medios de comunicación, llegando a tener facultades de censura de programación y fijación de horarios de programación. <br /><br />Justamente, emitió resoluciones en los que prohibía que se emitan programas de televisión que contengan imágenes con contenido taurino dentro del horario de protección a menores. En el caso de las radios, la restricción consistía en el uso del lenguaje, con el fin de prohibir cualquier alusión a maltrato, sangre y sus derivados. Era una sinvergüencería. Esto generó que varias radios suspendan la transmisión de las corridas desde la Plaza de Toros Quito y muchas otras se alejaron por temor a una represalia política. <br /><br />Por otro lado, la Defensoría del Pueblo emitió un dictamen impidiendo que los menores de 12 años puedan entrar a las corridas de toros. Esta decisión tiene carácter nacional. <br /><br />La consulta popular<br /><br />Así las cosas, la intención seguía siendo abolir las corridas de toros. <br /><br />La pregunta No. 8 de la consulta popular auspiciada por el gobierno, propuesta por el mismo Presidente de la República, tenía como objetivo primordial, en un primer momento, suprimir las corridas de toros. Correa, en una de sus alocuciones dijo eso de manera expresa. <br /><br />Eso desató una guerra sin precedentes para el mundo del toro en el país. Como se apreciará con claridad en las imágenes, nuestra lucha fue de titanes. Sin embargo, esa pelea era contra un monstruo. Y nuestra bandera fue la libertad.<br /><br />Luego de mucho batallar, en las etapas pre electorales, logramos cambiar el sentido de la pregunta con el fin de que el texto no prohíba de cajón los espectáculos taurinos, sino que genere la posibilidad de que se pueda discutir la permanencia de este tipo de espectáculos sin mayor afectación. Fueron reuniones al más alto nivel gubernamental, además de un sinnúmero de actividades y marchas que lograron poner en discusión las consecuencias de esta decisión.<br /><br />Con todo este esfuerzo previo, que incluyó la presentación de nuestros argumentos hasta a la Corte Constitucional, la consulta, que incluía 9 preguntas adicionales, se lanzó con la siguiente pregunta: “Está usted de acuerdo que en el cantón de su jurisdicción se prohíban espectáculos que tengan por finalidad la muerte del animal”.<br /><br />La pregunta de la consulta iba arropada de otras preguntas sugestivas que intentaban engañar al electorado. Además, durante la campaña, contábamos con un factor en contra que era la popularidad del Presidente. Las reglas electorales fueron creadas por los mismos del gobierno, estableciendo parámetros rígidos para la propaganda, por lo que los espacios publicitarios estaban previamente cooptados. Además, se estableció que los actores políticos tengan prestablecidas las asignaciones económicas para campaña, negando la posibilidad de recaudar fondos para hacer proselitismo político. A los taurinos, para entender la dimensión de lo que ocurría, asignaron cinco mil dólares para toda la campaña. Sin duda, las reglas del juego no eran justas. <br /><br />Con todo esto en nuestra contra, la pregunta No. 8 fue la única pregunta en la que el Gobierno perdió. Esta pregunta ganó (para los intereses taurinos) en todos los cantones donde se celebran corridas de toros en el país, menos en tres: Quito, Cayambe y Rumiñahui. <br /><br />Es decir, en términos electorales totales, más de 3´4 millones de personas votaron a favor de los toros a nivel nacional. En España están haciendo esfuerzos inmensos para recaudar firmas para la ILP. En cambio, en Ecuador, los toros recibieron el apoyo de estos votantes que se pronunciaron así a favor de los espectáculos y en contra de la prohibición. <br /><br />Nunca se había discutido tanto de toros en el país. Nunca esta actividad había sido objeto de tanta cobertura mediática. Eso generó conciencia colectiva y, sobre todo, posicionó a los toros como parte del imaginario de la gente y como algo cercano a la cultura. <br /><br />En Quito, por un estrecho margen y con una votación completamente polarizada ganó el Si (en los sectores comerciales y residenciales del norte de Quito el voto fue NO; mientras que en los sectores populares ubicados en el sur, el voto fue SI), creando un problema aún mayor para el Municipio. <br /><br />El margen era muy estrecho y la pregunta nunca fue redactada con claridad. El fin del espectáculo nunca es la muerte del animal. Sin embargo, el Municipio (gobiernista), llevó a cabo una modificación a la Ordenanza Taurina en la que prohíbe únicamente la muerte, dejando al espectáculo en sí, como lo concebimos actualmente.<br /><br />Sin embargo, es una decisión política que se puede revertir. No se puede prohibir a ningún ciudadano una práctica cultural mediante una consulta popular. Eso lo consagra cualquier principio básico de derechos humanos. <br /><br />Por eso nuestra pelea continúa. Y nuestro secreto es estar unidos: empresarios, toreros, aficionados, periodistas, ganaderos y todos los que estamos involucrados en este medio. Si no remamos para el mismo lado, quizás ya hubiéramos naufragado. Y ese es el ejemplo para el resto del conglomerado taurino.<br /><br />Los resultados están a la vista. Mantenemos un espectáculo íntegro en la mayoría del territorio ecuatoriano y en Quito el espectáculo se ha adaptado a lo que políticamente era lo correcto. <br /><br />Sin duda la declaratoria de Patrimonio Inmaterial es una alternativa. Sin embargo, es una decisión del Estado. En el caso ecuatoriano, el Gobierno de turno ha emprendido una campaña sistemática en contra de los toros, por eso vemos que esa alternativa no va a ser una solución inmediata en el Ecuador. Por eso, tiene que ser consolidada en otros países y a nivel de instancias internacionales. Pero hasta que esto ocurra, hay que mantenerse unidos y cambiar esa pasividad propia del taurino, por un activismo salvaje que haga sentir lo que somos. Si no lo vemos de esa manera, esto no durará más de 10 años.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-87141800475265090772011-12-22T08:49:00.000-05:002011-12-22T09:08:28.128-05:00POLARIZACIÓN Y TOLERANCIApor Felipe Burbano de Lara (Sociologo, catedrático de Flacso)<br /><br />Resulta ambiguo reivindicar un principio de tolerancia, como propone el alcalde Augusto Barrera, cuando el ambiente cultural y político de la ciudad se ha polarizado, como se vio en las últimas fiestas. El alcalde sostiene que fue la consulta de mayo la que dejó a Quito polarizada particularmente en torno al tema de los toros. Frente a esa polarización, plantea la tolerancia. Me parece algo tardía la reivindicación de ese principio por parte del alcalde. Esa misma postura debió haber levantada para criticar la inclusión de un tema como el de los toros en una consulta con fines políticos. Resultaba absurdo que temas culturales, donde las sociedades y sus grupos construyen sus mundos de vida a través de tradiciones, rituales, prácticas simbólicas, sobre los cuales nadie puede esgrimir la última palabra, quedaran sujetos a un juego político de mayorías y minorías. La idea misma de incluir la pregunta sobre los toros encerraba un ejercicio de intolerancia frente al cual Barrera no dijo nada en su momento. <br /><br />Sospecho, además, que la polarización la agravó el propio Concejo Municipal cuando tomó una resolución que no asumió con valentía las propias implicaciones políticas del triunfo del si en la pregunta de los toros. El Concejo produjo una ordenanza que mutiló la fiesta taurina con una muerte tramposa del toro en los chiqueros, luego de ser expuesto al mismo proceso de castigo y maltrato que los antitaurinos creyeron se eliminaría en su cantón con el triunfo del sí. Se vivió una feria taurina y unas fiestas de Quito muy golpeadas por una grosera intromisión de la política en un campo de discusión y debate que compete exclusivamente a la sociedad civil. Las tradiciones culturales no pueden liquidarse por decreto sino por transformaciones que nacen de la propia dinámica del cambio cultural. Si la fiesta taurina debe morir en algún momento, será cuando toda la dramatización y ritualización que construye alrededor del toro como símbolo de los desafíos humanos, pierdan capacidad para significar el sentido de la vida de un grupo social. En Quito, esa afición seguía siendo profunda, fuerte, con una larga tradición, de allí que haya quedado polarizada después de la consulta. Esos sentidos culturales han sido golpeados políticamente por una revolución que tiende a entrometerse en todo. La polarización que vivimos hoy en el campo cultural fue provocada por esa obsesión revolucionaria de meter las narices en cuanto terreno encuentra, como parte de un uso arbitrario de su enorme poder. Frente a esa intromisión, Barrera no dijo nada, guardó un silencio que lo compromete. <br /><br />Solo cuando el tema se le vino encima, entonces sacó a relucir el argumento de la tolerancia. <br /><br />Pero en contra del alcalde pesan más factores derivados de su militancia con la mal llamada revolución ciudadana. Pide tolerancia cuando forma parte activa de un proceso que se caracteriza por su arraigada intolerancia, por su absolutismo político. Quito se ha polarizado también porque Barrera es un corazón ardiente de la revolución, a la que debe tanto a pesar de haber entrado en ella tardíamente. Ese corazón ardiente tiene mucha responsabilidad en la mutilación política de una tradición cultural valorada por los quiteños y en la actual polarización de la ciudad. <br /> <br />Fuente: Diario Hoy. 13 de Diciembre de 2011EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-1632377573075576622011-12-08T12:54:00.000-05:002011-12-08T12:55:31.514-05:00Libertad con dignidad e integridadhttp://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/libertad-con-d d-e-integridad-519240.html<br /><br />Tres objetivos, tres virtudes, tres valores y un solo lema, casi revolucionario: libertad, dignidad e integridad. Así se resuman los deseos de aficionados y profesionales del toreo para la Fiesta en la ciudad de Quito, después de haber dado un ejemplo de civismo durante los nueve días de una feria de Jesús del Gran Poder marcada por la sinrazón política y el absurdo de una corrida despojada de la muerte del toro en la arena.<br /><br />Libertad piden los aficionados. Libertad para disfrutar de su pasión, de un espectáculo que, desde hace décadas, centra las fiestas de la ciudad a finales del mes de noviembre. Libertad para poder asistir a los tendidos de Iñaquito sin miedo, sin restricciones, sin insultos, sin ser estigmatizados por grupos de fanáticos que tratan de imponer su moral y su criterio al resto de los ciudadanos. Libertad también para poder educar a sus hijos en esa escuela de vida que son los festejos taurinos.<br /><br />Dignidad para el toro, para un animal arrogante e incomparable que no pide compasión, porque no la necesita, sino respeto a su condición de bravo y de luchador infatigable. No hay que apenarse del toro sino temerle. Y procurarle una lidia limpia y sin ventajas, y una muerte digna, de igual a igual, con opciones de victoria. Tras una vida de privilegio, el toro merece una muerte con grandeza y gloria, a la luz del sol, sobre la arena, y no en la tétrica oscuridad de un chiquero, a escondidas de la mirada de los cínicos.<br /><br />E integridad para la propia Fiesta, un espectáculo incomparable, deslumbrante, tal vez cruento pero nunca cruel, en el que, de principio a fin, desde el paseíllo hasta la muerte del toro, se ritualiza con esplendor el espíritu de una cultura milenaria amenazada por la globalización y por turbios intereses económicos.<br /><br />Exijamos una corrida íntegra y sin mutilaciones, como fue y debe ser siempre, en la que no sea solo el hombre, como en esta paradójica pirueta que las autoridades le han hecho dar este año a las corridas quiteñas, quien pueda caer a la vista del público.<br /><br />Libertad, dignidad e integridad. Trilogía de derechos de un colectivo unido en un solo grito frente al autoritarismo y la hipocresía.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-27104367793824917312011-12-07T10:48:00.000-05:002011-12-07T10:49:32.602-05:00Los de afuera vinimos a aprenderhttp://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/los-de-afuera- mos-a-aprender-519342.html<br /><br />Acabó ya esta Feria Jesús del Gran Poder, un abono histórico y polémico por las circunstancias que la han rodeado, pero también esclarecedor, pues ha servido para que se pongan en evidencia muy interesantes conclusiones.<br /><br />La primera, la básica, es que una corrida sin la muerte del toro en el ruedo es un sucedáneo, una perversión blanda e hipócrita del auténtico sentido de la lidia. La que dieron en llamar "vía criolla" ha dejado en el espectador una triste sensación de vacío cada tarde, cuando la hora de la verdad, que es la de la estocada, se convertía en un minuto de farsa.<br /><br />Y más aún cuando el absurdo se prolongaba en esa vuelta del toro, sin la dignidad ni la grandeza debidas, camino del puntillazo final en la oscuridad de los chiqueros, oculto a la mirada de los hipócritas que creyeron que su ambiguo discurso político había encontrado por ahí una vía airosa para disimular su falta de valor para defender las libertades de los ciudadanos.<br /><br />Pero se equivocaron. Esa pantomima del final de cada faena solo ha conseguido alentar y reforzar aún más el sentimiento taurino de los quiteños, de una afición y de un colectivo profesional que, tarde a tarde, ha dado una monumental lección de civismo y de democracia, acatando las medidas represoras pero exigiendo en un solo grito la libertad que se les niega. Haciéndose oír con fuerza entre el ruido mediático, las coacciones y las mentiras.<br /><br />Los que vinimos desde fuera a presenciar las corridas quiteñas creímos en principio que lo hacíamos para apoyar a nuestros hermanos ecuatorianos de pasión. Pero, ahora que se cerraron las puertas de Iñaquito, somos conscientes de que realmente hemos venido a Quito a aprender: a saber cómo han de hacerse las cosas, cómo deben coordinarse las estrategias, cómo ha de protestarse en defensa de este espectáculo único, de este rito milenario que son las corridas de toros.<br /><br />Enhorabuena, quiteños. Nos habéis dado una lección y nos habéis marcado el camino a seguir. Nos vemos el año que viene, esperando que de una vez por todas vuestra lucha haya conseguido imponer el sentido común y haya devuelto su esencia a las corridas de toros de la línea equinoccial. Fue un placer y un orgullo estar con vosotros.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-70261476306316248042011-12-07T08:45:00.001-05:002011-12-07T08:45:40.147-05:00Trofeo El Albero 2011El trofeo El Albero a la torería en Feria de Quito 2011 recayó en manos del maestro Enrique Ponce y de la ganadería de Huagrahuasi en vista de las virtudes demostradas durante esta Feria de Quito, que ratifican el compromiso con la afición y su profesión.<br /> <br />Una mención especial se llevó la afición de Quito, por la valentía y la lucha incansable dentro de las actuales circunstancias.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-53086498072137844732011-12-05T10:44:00.000-05:002011-12-05T10:45:14.402-05:00Una sociedad fatuaPublicado el 05/Diciembre/2011<br />Sucedió en Iñaquito<br /><br />Por: Santiago Aguilar<br />Especial para HOY<br /><br />Los detractores del espectáculo taurino exhiben como uno de los ejes de discurso la supuesta falta de identidad nacional de la fiesta de los toros, señalando que esta manifestación artística fue impuesta por los españoles a su llegada al nuevo mundo y en el caso puntual de Quito, hace 477 años. Agregan que, al tratarse de una fiesta extranjera, debe desecharse. El alegato se completa con la idea de que quienes practican el toreo o cultivan esta afición son individuos de raza blanca, distintos, muy distintos a los mestizos y longos que conforman la mayoría etnográfica de nuestro país.<br /><br />Argumentos endebles y simples que solo encuentran base en el proyecto político de quienes lideran las corrientes antitaurinas, en un preocupante propósito de división social, en un absurdo rechazo a nuestra verdadera identidad nacional y, lo que es lamentable, el desconocimiento de nuestras raíces históricas y antropológicas.<br /><br />La fiesta de los toros en el Ecuador encuentra su origen con la llegada del toro bravo, en especial el de origen navarro, que arribó -en aquel entonces- a la Gobernación de Quito procedente del Virreinato de Nueva España transportado por las rutas marítimas utilizadas para abastecer de ganado al Virreinato del Perú; se cree que el puerto de desembarque fue El Callao, y desde allí lo condujeron al norte por las estribaciones de la cordillera de los Andes. Datos históricos confirman que la llegada de gran número de reses a Quito respondía a las necesidades de alimentación de la población en aumento. De hecho, en 1537 se realizaron las primeras marcas para el ganado, tarea indispensable por el crecimiento de los hatos ganaderos.<br /><br />Las actividades productivas de los religiosos y su afición a los toros derivaron en el vertical crecimiento del número de cabezas de ganado en sus tierras. Un registro de 1633 fija en 7 000 las reses existentes en la hacienda Pedregal.<br /><br />A la par del crecimiento del número de reses en Quito, se multiplicaron las corridas de toros; prácticamente en todas las plazas públicas se efectuaron "juegos de toros" en los que la participación de los quiteños creció a medida de la expansión de la afición, pronto los habitantes de la reciente urbe se identificaron con la práctica, al tiempo que de la expansión de las funciones taurinas, los españoles fueron relegados y los mestizos e indígenas las hicieron suyas y se convirtieron en sus principales promotores y cultores.<br /><br />Hoy más de cuatro siglos después, mirando el notable comportamiento de los toros de las ganaderías nacionales, la impresionante asistencia de público a lo largo de la feria y la destacada actuación de los toreros ecuatorianos; debemos reconocer que esta fiesta nos pertenece al formar parte de nuestra estructura social y cultural; es de rigor entonces proteger y reivindicar al espectáculo taurino en tiempos en que se busca borrar el pasado para intentar dibujar una sociedad fatua, carente de raíces, significados y contenidos.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-35271851276771531832011-12-05T10:41:00.001-05:002011-12-05T10:41:43.015-05:00El gran negocio antitaurino/ Paco AguadoEnvueltas de buenos sentimientos, las agresivas campañas antitaurinas suelen contar con una más que sospechosa financiación. Las investigaciones publicadas en el diario sueco Aftonbladet y en el portal español mundotoro.com han sacado recientemente a la luz las implicaciones de las multinacionales de productos para mascotas con movimientos animalistas de todo el mundo.<br /><br />Se trata, pues, de que estos activistas ayuden a crear un estado de gran sensibilidad hacia los animales para fomentar la compra no solo de mascotas, sino además de toda una extensa gama de productos para su cuidado, su alimentación y su mantenimiento, incluyendo asistencia psicológica, pomposos entierros y hasta costosísimas clonaciones.<br /><br />Estas empresas transnacionales consiguen generar un total de $25 billones anuales, cuando la asociación Acción Contra el Hambre calcula que solo una ínfima parte de esa cantidad bastaría para acabar con la desnutrición de 20 millones de niños en distintos países asolados por la falta de alimentos.<br /><br />El negocio de las mascotas ha incrementado su volumen en 120% en la última década, tiempo en el que, significativamente, fueron modificado o redactado más de un centenar de leyes de defensa de los animales. La coincidencia obedecería a la gran capacidad de infiltración de estas empresas en los distintos gobiernos y a la utilización de los movimientos animalistas para su beneficio a través de meditadas estrategias de comunicación.<br /><br />En ese sentido, parece evidente que, cuanto más llamativas sean las campañas de estas asociaciones, cuanto más "mediático" sea el objetivo contra el que enfocan sus ataques -las corridas de toros o la caza del zorro-, más y mejor consiguen los efectos de sensiblería que sostienen tan descomunal negocio.<br /><br />El mayor activista antitaurino del momento, el "biotecnólogo" argentino Leonardo Anselmi, relacionado también con el negocio de la filosofía veganista, no solo que ha conseguido infiltrarse en los laberintos de la política para conseguir la prohibición de la fiesta en Cataluña, sino que ha recorrido también durante el último año todos los países taurinos de América, incluido el Ecuador.<br /><br />Sobrado de medios y con acceso a los más decisorios despachos de la administración y del periodismo, el "pibe" ha tenido suficiente tiempo y dinero -aparentemente, el de la suiza Fundación Franz Weber- para provocar este creciente movimiento en contra los toros que podría ocultar intenciones menos altruistas que las que nos quieren hacer ver.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-89396799389522315502011-12-03T11:33:00.000-05:002011-12-03T11:34:28.989-05:00La juventud es la garantía del futurohttp://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/la-juventud-es-la-garantia-del-futuro-518611.html<br /><br />Los españoles que acudimos a las corridas quiteñas, desde profesionales del toreo a periodistas y aficionados, observamos con sana envidia la gran cantidad de jóvenes que acuden día a día a los tendidos de la Monumental de Iñaquito.<br /><br />Se pueden calcular en miles los adolescentes y veinteañeros que acuden atraídos por la emoción de este espectáculo y el magnetismo de los toreros, a los que tienen considerados como verdaderos ídolos, al nivel de famosos cantantes o deportistas.<br /><br />Por mucho que las ordenanzas que intentan abortar la pasión de los ecuatorianos por los toros se empeñen en limitar su asistencia, o incluso prohibir, contra la patria potestad de los padres, que puedan entrar a las plazas los menores de 12 años, la desbordante afición de estos jóvenes es la mejor garantía de futuro del espectáculo en el Ecuador. Su mayor riqueza.<br /><br />Bastaba con ver ayer cómo, al final de la corrida, un aluvión de chicos y chicas saltaba al ruedo para sacar a hombros al paisano Juan Francisco Hinojosa y para acercarse al tan idolatrado Sebastián Castella, que tuvo que salir de la plaza protegido del acoso de sus seguidoras, al estilo de las más famosa estrellas del rock and roll.<br /><br />No se puede luchar contra circunstancias y convicciones tan evidentes como esta pasión con que la juventud quiteña acude a la plaza. Porque ni estos jóvenes ni sus padres sienten que ir a los toros, a disfrutar de la lidia y de las faenas de esos personajes ejemplares que son los toreros, sea para nada contraproducente en su educación ni suponga un mal ejemplo a seguir. Al contrario.<br /><br />Esos jóvenes, esos miles de chicos y chicas que estuvieron ayer en la plaza salían del recinto cargados de entusiasmo y optimismo, plenos de vitalidad y de moral después de emocionarse con la bravura del sexto toro y con la determinación de otro joven, y tan cercano a ellos, que ha decidido afrontar el sacrificado sacerdocio que es el toreo profesional.<br /><br />No, desde luego que no: los toros no generan violencia, como arguyen sus detractores, que se atreven incluso a establecer delirantes e insultantes similitudes de los aficionados con los maltratadores de mujeres. Más bien, como sucede con todas las Bellas Artes, y el toreo lo es aunque haya a quien le cueste reconocerlo, la tauromaquia ayuda a cultivar la sensibilidad y los buenos sentimientos de quienes lo contemplan con espíritu abierto.<br /><br />En mis más de 40 años acudiendo a plazas de todo el mundo, no he visto aún que nadie salga de una plaza dispuesto a apuñalar al partidario de otro torero o a quemar y derribar los contenedores de basuras si el festejo no ha sido lucido, como a veces sucede con el fútbol. Y no por ello se convocan referéndums para intentar prohibir la Copa Libertadores ni las ligas nacionales.<br /><br />La educación, el talante democrático y la apertura de mente del público que acude a los toros son hoy por hoy un ejemplo de convivencia en este mundo agitado y violento. Un buen modelo a observar si se quiere emprender, por ejemplo, una revolución cívica en el país.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-12666677378690817632011-12-03T11:31:00.001-05:002011-12-03T11:31:28.301-05:00Triunfó el hombre, triunfó el toreroEn una fría noche quiteña del mes de marzo, se distingue la ágil y esbelta silueta de un hombre que desciende de su vehículo con decisión para ganar la acera y aproximarse a uno de esos altos muros que, a causa de la inseguridad, son indispensables en la mayoría de los sectores de la ciudad; con rapidez, agita la lata de pintura en aerosol y escribe con grandes caracteres la frase: "Libertad, vota no". El anónimo grafitero repite aquel amanecer de lunes el ejercicio que, en las últimas semanas, ha sido una tarea casi obligada, el proselitismo taurino; unas veces desde la clandestinidad, muchas más frente a los micrófonos de radio, las cámaras de televisión o en plazas, calles y avenidas, participando en decenas de actos que dieron forma y contenido a la campaña por la defensa de la fiesta de los toros que se llevó a cabo en nuestro país como respuesta a la consulta popular promovida por el Gobierno.<br /><br />Aquella figura incansable supo ganarse el afecto y la admiración del grupo de taurinos que, domingo a domingo, buscaba que las mejores paredes de Quito griten su reclamo de libertad y respeto; el encubierto activista defendió con pasión la fiesta de los toros como quien defiende su vida.<br /><br />Durante varios meses, día a día y noche a noche, el personaje de esta historia combinó su preparación profesional con las intensas actividades de protección del espectáculo taurino; el caso es que los entrenamientos físicos y el manejo de capote y muleta se alternaron con la búsqueda de los votos necesarios para atajar la prohibición. Su esfuerzo, sumado al de muchos otros, permitió que la fiesta de los toros obtenga 3,5 millones de votos que aseguraron el espectáculo en 95 localidades del Ecuador.<br /><br />El hombre sintió en el alma el estrecho resultado registrado en Quito, que impuso la supresión de la muerte del toro en el ruedo; lejos de afligirse, redobló sus entrenamientos con la idea de tratar de recuperar en el ruedo lo que la política le arrebató.<br /><br />En las diarias jornadas de toreo de salón y visitas al campo, adquiere fuerza y se ancla en su mente un pensamiento que se convierte en su nuevo norte: el coso de Iñaquito debe ser reivindicado encendiendo la flama de la bravura del toro en la arena y con el imponente voz de miles de inconformes aficionados.<br /><br />Las calles, por ahora, ya no son el escenario de su cruzada; en las paredes, su caligrafía fue reemplazada por su nombre anunciado en los carteles; su lid se traslada temporalmente al dorado ruedo de la Monumental Quito; su voz y los botes de pintura son sustituidos por su capote y su muleta. El reto, demostrar, exhibiendo su ropa de trabajo, es decir, vestido de luces, ante un serio toro jabonero, todo el valor, la entrega y la pasión con la que un torero defiende y expresa su profesión.<br /><br />Es que la notable actuación que ayer cumplió el diestro Juan Francisco Hinojosa, el personaje de nuestra historia, fue una gesta inolvidable; quienes la atestiguamos llegamos a sobrecogernos por el inmenso valor que reclama poner en riesgo la vida luchando por lo que se cree y ama; ayer, en Quito, triunfó Hinojosa, triunfó el hombre, triunfó el torero.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-70908018178305953482011-11-29T21:11:00.001-05:002011-11-29T21:11:24.856-05:00Por qué MoranteDiario Hoy<br /><br />El periodista y escritor español Paco Aguado presentó anoche en Quito el libro Por qué Morante, un brillante texto en el que se develan las claves de uno de los más grandes toreros de nuestro tiempo, el sevillano Morante de la Puebla. La obra fue publicada por Unasumo Editores, una nueva editorial que apuesta por el poder del libro en el panorama cultural.<br /><br />A lo largo de más de 200 páginas, bellamente ilustradas con fotografías de distintos autores, Paco Aguado entra en profundidad tanto en la personalidad del diestro sevillano como en las motivaciones de su genial expresión artística. Desde sus primeros pasos en un determinante entorno a la honda trascendencia cultural del concepto taurino de Morante, el autor desarrolla en varios capítulos los porqués de tan deslumbrante puesta en escena.<br /><br />Siguiendo el hilo conductor del torero sevillano de ambas orillas del Guadalquivir, se repasan los antecedentes que desembocan en el gran bagaje expresivo del genial torero de La Puebla del Río y se describen con elocuente claridad todos los resortes técnicos y artísticos de su tauromaquia. De igual modo, el autor entra en los aspectos más profundos de la compleja figura de este torero distinto, a todos los que, bajo su soberbio concepto, oculta un tremendo valor y una gran fortaleza mental.<br /><br />Como asegura el cineasta Agustín Díaz Yánez, autor del prólogo, Por qué Morante "es un libro de gran inteligencia, que rompe moldes con la literatura taurina al uso, que nos adentra en la dimensión humana y artística de un torero que ya está marcando un época dentro y fuera de la plaza, y que está escrito con elegancia y sabiduría. Un libro que honra a quien lo escribe y que hace mejor a quien lo lee. Un libro que, hablando de un torero más que excepcional, nos habla también de la vida, del arte y del destino".<br /><br />La personalidad del artista, las claves de su temple y un valor no reconocido por miradas apresuradas son examinados en este acercamiento literario y apasionado.<br /><br />Por qué Morante, un libro para curiosos, iniciados y amantes del arte.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-86633301714002524842011-11-28T09:59:00.002-05:002011-11-28T11:59:45.913-05:00Sólo puede morir el hombrePaco Aguado<br />Diario Hoy, 28 de noviembre de 2011<br /><br />Sobre la segunda de Feria<br /><br />Si el sábado triunfó la fiesta, ayer fue la tragedia la que sobrevoló Iñaquito, obedeciendo a esa permanente y caprichosa dualidad de la suerte sobre la arena. Porque allí mismo, con la cruda naturalidad de siempre, volvió a ponerse de manifiesto la esencia eterna de la tauromaquia. Esa tremenda voltereta que el primer toro le propinó a David Mora recordó a ignorantes e hipócritas que los toreros ponen en juego su vida cada tarde para sacar a la luz su arte y su sentimiento.<br /><br />Pero, recuperado el ánimo tras un percance que, afortunadamente, no tuvo mayores consecuencias, el diestro español volvió a meterse en la cuna de las astas y desde allí, desde ese punto de máximo riesgo y a veces de no retorno, miró al tendido y alzó la voz para proclamar, orgulloso y desafiante, una máxima verdad frente los que quieren convertir en farsa el rito de la autenticidad: "¡El toro puede matar, nosotros no!".<br /><br />Esa es la gran paradoja del absurdo tinglado orquestado contra la Fiesta en Quito, el hecho descompensado y cínico de que en el ruedo, ante la vista del público, el único que pueda perder la vida sea el hombre, no el animal. Contradicción y desigualdad de la que han dado en llamar "vía criolla", solución alternativa, improvisada y, esperemos, pasajera que no soluciona nada porque a nadie contenta, ni a taurinos ni a antitaurinos.<br /><br />Lo chocante del caso es que a estos barros se ha llegado por los lodos de esa corriente del animalismo más fundamentalista y fanático que ha dejado de lado una moralidad más básica y fundamental para la convivencia como es la del humanismo. Para estos "ayatolás" no hay compasión para con el torero porque el único sufrimiento que importa, si es que existe como tal, es el del animal. Hay que esconder y disimular la muerte del toro, pero no la posibilidad de la muerte de quien se le enfrenta, tan mal acostumbrados como estamos a presenciar por televisión, sin sentir el más mínimo escalofrío, los estragos de las guerras, los cadáveres de asesinados, los niños famélicos del tercer mundo...<br /><br />Preocupantes síntomas estos de una sociedad enferma que sólo se conmueve cuando ve cojear a un perrito o el sacrificio de una res o de un ave destinadas al consumo básico. Cómo han cambiado los tiempos desde que aquellos primeros intentos de prohibición de la Fiesta, hace ya muchos siglos –y aquí seguimos-, se basaban en la preocupación por el hombre, por los heridos y muertos en las corridas, alarmados los Papas abolicionistas de que se pusiera en juego el que consideraban don divino de la vida. Cómo han cambiado los tiempos para que hayamos llegado a perder el norte de esta manera tan absoluta y absurda.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-55180030392255153432011-11-27T10:51:00.000-05:002011-11-27T10:52:11.293-05:00El orgullo de sentirse taurino/ Paco AguadoSobre la primera de Feria<br /><br />Paco Aguado<br />http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/el-orgullo-de-sentirse-taurinos-517244.html<br /><br />En mitad del lamento por la mutilación sin sentido del rito, a pesar de la afrenta de tener que celebrar las primeras corridas de su historia sin muerte del toro en el ruedo, la peculiar Feria de Jesús del Gran Poder del 2011 se abrió ayer con algunas buenas noticias.<br /><br />Una de ellas ya la comenta el compañero De Labra en la página anexa: el indulto de un toro de Huagrahuasi, que no cayó apuntillado siniestra e injustamente en la oscuridad de un chiquero, como sus otros cinco hermanos, sino que, por su bravura, se ganó el privilegio de haber vuelto al campo para que transmitiera su condición a los astados que sostendrán la fiesta del futuro en el Ecuador.<br /><br />Pero, con ser importante la noticia del indulto, también lo fue, en otra dimensión del análisis -la sociológica o, si quieren, la política-, que la Monumental de Iñaquito llenó sus tendidos con más de 14 mil espectadores. Es difícil que, salvo el fútbol y en encuentros muy señalados, haya otro evento en la ciudad de Quito que congregue una multitud similar.<br /><br />Porque el de los toros, como se demuestra cada año, en cada feria, en cada corrida, no es un espectáculo de minorías en la capital del Ecuador. Las corridas son, por historia, por costumbre y por convicción, más allá del gusto o de las leyes de sus gobernantes, uno de los actos centrales de las fiestas quiteñas. Y por mucho que se quiera ocultar, por mucho que entre algunos aficionados se palpe un latente temor a posibles represalias por manifestarse a favor de las corridas o en ciertas empresas por auspiciarlas y promocionarlas, la realidad seguirá siendo más tozuda que los caprichos.<br /><br />El lleno de ayer en los tendidos de Iñaquito ha sido, para empezar, la mejor respuesta a quienes quieren imponer sus gustos y su moral a la totalidad de la ciudadanía, a los que quieren coartar la libertad y los derechos de quienes no piensan igual.<br /><br />Ante tantos ataques indiscriminados, ante tantos insultos, ante la persecución y las coaccciones, los aficionados deben manifestar, ahora más que nunca, su orgullo de ser taurinos, de saber disfrutar del mismo espectáculo que apasionó a Picasso, a García Lorca, a Orson Welles, a Dalí, a Hemingway, a Goya, a Miguel Hernández..., y que hace que sigamos viendo por los tendidos a Fernando Botero, a Oswaldo Viteri, a Joaquín Sabina, a Miquel Barceló, a Andrés Calamaro, a Miguel Bosé....<br /><br />Sí, es ese mismo espectáculo que acaba de ser declarado patrimonio cultural de la República de Francia, la culta Francia, cuna de los derechos humanos y de la Ilustración. El mismo que el saliente Gobierno socialista de España traspasó este año al Ministerio de Cultura. El mismo rito que, como viene siendo costumbre hace más de una década, hace que se premie a los toreros, como el caso más reciente de Joselito, con la Medalla de Oro de las Bellas Artes.<br /><br />No, nunca debemos avergonzarnos de ser aficionados a los toros, a un espectáculo con siglos de historia y cultura a sus espaldas, a una fiesta que ya no es española sino de los pueblos que la siguen celebrando.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-65919349690688674702011-11-17T16:20:00.002-05:002011-11-27T21:10:41.299-05:00Presentacion del libro Por qué Morante<a href="http://3.bp.blogspot.com/-PZGGVvLpt-0/TsV60P2f8DI/AAAAAAAAAnc/F_y3-jvKwO4/s1600/invitacion.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;width: 400px; height: 299px;" src="http://3.bp.blogspot.com/-PZGGVvLpt-0/TsV60P2f8DI/AAAAAAAAAnc/F_y3-jvKwO4/s400/invitacion.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5676077943397281842" /></a>EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-32806387509077170902011-11-16T12:50:00.000-05:002011-11-16T12:51:12.617-05:00Presentación del libro Por qué MoranteEL ALBERO PEÑA TAURINA tiene el placer de invitarle a la presentación del libro POR QUÉ MORANTE del que es autor el periodista y escritor español Paco Aguado.<br /><br />Lunes 28 de noviembre de 2011. A las 19h30. Restaurante Astrid y Gastón. Av. Coruña N32-302 y González Suarez. QuitoEL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-6638203036424555152011-10-13T19:28:00.002-05:002011-10-13T19:41:05.650-05:00De toro a vaca locaPablo Cuvi<br />Diario Hoy, 15 de febrero de 2003<br /><br />Desengañaos, lector malpensado. No hablaré aquí de ningún personaje de alto coturno que haya salido intempestivamente del clóset. Ni abordaré el travestismo político que tanta tinta corre en la prensa criolla. Porque si quisiera hablar de algún podereso que no se torna vaca loca escogería a capos internacionales como Edgar J. Hoover, director del FBI en los añor terribles de la Guerra Fría, quien era el gran inquisidor durante el día y por las noches se vestía de mujer para sus odalías (¡ah, los grandes inquisidores!). O enfilaría la mirada hacia el triste príncipe Carlos que, dicen, yacía con el mayordomo. Luego de la glamorosa y desatendida Diana, "con esa otra novia tan fea, ¿qué más se podía esperar?", dice una amiga. Además, para eso han quedado las familias reales, para dar espectáculo a la plebe con sus princesas mediáticas y sus chismes de recámara. No como en los timepos del grande y calvo Julio César, cuando los poderosos salían de conquista, espada en mano. Yo no solo conquistaban territorios para el imperio, pues de Julio César se afirmó que era "el toro de todas las vacas, y la vaca de todos los toros", ¡Ave María!, o Ave César, para ser más exactos...<br /><br />No, nada de lenguaje ambiguo. Aquí llamaré al pan pan y al toro toro, ya que se trata de una res de cuatro patas que a las 8h00 está corriendo por el potrero y a las 16h00 ha sido vaciado de todo, puro cuero, convertido en remedo de sí mismo para la procesión.<br /><br />Sucede que el sábado anterior acudí a la fiesta de los toros del Señor de Girón, señor también de los emigrantes, quienes vuelven cada año y en agradecimiento asumen el priostazgo de un ritual sangriento, pero cargado de símbolos e historia, una historia que se remeonta a los sacrificios de la antigua civilización mediterranea, pero que también empata con las ofrendas humanas de los aztecas.<br /><br />No da este espacio para detallar todo lo que ahí se pone en juego en términos de relaciones comunitarias, identidad, tradición, comercio con la divinidad y con la Pachamama, fiesta donde toda la comunidad participa en el ritual de degolalr al toro y beber su sangre tibia y luego comer, cocidas ya, sus carnes y entresijos. Si a primera vista parece un asunto medio salvaje, no hay que olvidar que la misa católica es la representación diaria de otro sacrificio donde el sacerdote bebe la sangre del Cordero y los fieles comen Su cuerpo. Acá se honra al Señor de Girón, y los actos rematan en otra misa, de modo que hay un doble sacrificio que fortalece el sentido de pertenencia a una comunidad y una cultura.<br /><br />Lo inesperado de esta fiesta es el ver cómo un toro se convierte tan velozmente en símbolo de sí mismo; si en la mañana embestía por sus propios medios, al anochecer su cuero aún fresco es ya una vaca loca transportada por dos hombres que ahora fingen los movimientos que antes fueron naturales. Terrible parábola de la fugacidad de la vida humana, pero también de la presistencia de los mitos y la sangre.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-79347038962470078282011-09-30T13:25:00.002-05:002011-09-30T13:28:50.348-05:00DESCUBRIENDO EL ARTE/ Antonio Caballero<a href="http://3.bp.blogspot.com/-V8w4dbAb6m8/ToYKVTiJ9bI/AAAAAAAAAnU/lOtjX2bgWQE/s1600/Morante%252C%2Bgalleo.jpg"><img style="float:left; margin:0 10px 10px 0;cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px; height: 238px;" src="http://3.bp.blogspot.com/-V8w4dbAb6m8/ToYKVTiJ9bI/AAAAAAAAAnU/lOtjX2bgWQE/s320/Morante%252C%2Bgalleo.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5658221342974670258" /></a><br />Antonio Caballero<br />6Toros6, No. 889<br /><br />Es estos días publicó un periódico colombiano una fotografía de anti taurinos en acción en la que…. No. Primero voy a hacer unas breves consideraciones sobre el antitaurinismo.<br /><br />El rasgo característico de los anti taurinos es su ceguera al arte. No me refiero al arte del toreo: de eso hablaré después. Sino al arte en general. Su ceguera, su sordera, como quieran llamarla: su incapacidad para comprender lo que están viendo, lo que están oyendo, lo que están pasando. Tienen ojos, y no ven, como dice la Escritura. (Pero tampoco leen lo escrito; no quieren saber).<br /><br />Sin embargo, a su propio pesar, están aprendiendo. Y paradójicamente es su propio antitaurinismo el que les sirve de guía. Así hemos visto como últimamente se les han venido abriendo las meninges a los misterios de la poesía y de la música. Rudimentariamente, es verdad, al menos por ahora. Su contacto con la poesía se reduce a la repetición obsesiva de unos pocos pareados disparejos de prosa rimada en consonante, del estilo de <br /><br />“¡Los toros no son cultura!<br />¡Los toros son tortura!”,<br /><br />entonados sobre un ritmo monótono acentuado en la penúltima sílaba (… ¡uúúúra!...uúúúra!), que les sirve, suponen ellos, de acompañamiento musical. A veces dan unos brinquitos: es su aproximación a la danza. Los antitaurinos son muy primitivos. Lo cual, me apresuro a aclarar, no es un defecto: es un estadio temprano y todavía tosco de desarrollo espiritual, que puede evolucionar con el paso del tiempo. Faltan, claro, siglos, tal vez milenios, para que sus elementales versitos pareados se conviertan en hexámetros griegos o en octavas reales castellanas, para que descubran la rima asonante o el verso libre. Pero ahí van progresando. Y a sus primarios cantos corales les falta todavía pasar por la etapa del orfeón para llegar a la ópera, y sus brinquitos simiescos no llegan todavía ni a nivel de la polka. Pero por algo se empieza. Y con esto vuelvo a la fotografía de prensa que mencioné al principio.<br /><br />Muestra una instalación, hecha de cuerpos humanos semidesnudos, tirados sobre el pavimento de una plaza en Cali, ciudad taurina. Es una manifestación contra las corridas conformada por unas cuantas docenas de militantes anti taurinos. Unos están pintarrajeados de rojo, otros de negro: a los anti taurinos les encanta semidesnudarse y embadurnarse de colores para llamar la atención: en ellos alumbra ya también un embrión de arte dramático. Entros todos representan la imagen de un toro con el morrillo ensangrentado (los de rojo) y negro el resto de pitones a rabo. <br />A estos antitaurinos se les nota que no han visto en su vida un toro bravo. El que pintan con sus cuerpos en el piso es una ofensa a la especie más bella del reino animal. Es un toro imposible, a la agalgado, sin barriga, y acochinado: redondeado de lomos como un cochino cebado. Carece de papada, como una gacela, y en cambio lleva al cuello los cuerpos colgantes de dos antitaurinos que semejan una especie de esquila de buey. Tiene muy poca cara, y el pitón izquierdo está partido por la cepa. Y mientras las patas traseras terminan en cascos achatados y redondos de equino, tampoco las manos tienen verdaderas pezuñas de bovino, sino pinzas como las de un cangrejo. Se ve una gran confusión por el lado de los cuartos traseros: patas, rabo, algo que puede ser un pene recurvado y largo. Pero testículos no hay. Y una de las cosas más notorias de un toro bravo son los testículos, pesados y bamboleantes como badajos de campana. En resumen: es un toro mal hecho.<br /><br />Lo cual no es de sorprender. Es un toro imaginario, imaginado por antitaurinos de acuerdo con descripciones fragmentarias y fantasiosas de terceros. Como el famoso elefante indio descrito por unos ciegos únicamente mediante el tacto: el uno le palpó un colmillo, el otro le columpió la trompa, el otro le tiró el rabo, y los cuatro murieron aplastados por las patas que estaba empezando a reconocer el cuarto. O como el dromedario, del cual se dice que es un caballo diseñado por un comité. Los anitaurinos critican de oídas, porque no van a los toros, No saben cómo son.<br />Pero que no se fíen mucho de su propia ignorancia, como los cuatro ciegos del elefante.<br /><br />Porque se empieza queriendo pintar al toro, y se termina tratando de torearlo.<br />Pero es largo el camino entre lo uno y lo otro, desde el balbuceo pictórico hasta el arte del toreo. Los antitaurinos van ya por la cueva de Altamira-aunque sin la perfección soberana de trazo que tienen aquellos bisontes rojos y negros. Les faltan treinta mil años para llegar a una media verónica de Morante de la Puebla.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-75068033683018512232011-09-21T09:24:00.001-05:002011-09-21T09:24:35.053-05:00Desde el barrio: Quito no pide consejosPor: Paco Aguado | Opinión<br />Martes, 20 de Septiembre del 2011 - Madrid, España<br /><br />La reacción primera, la más visceral, el arrebato más cargado de orgullo es el de no ir. No ir a Quito. Que no vayan los toreros, que no vaya la gente a los tendidos, que no vayamos los periodistas a testimoniar mansamente la afrenta del gobierno de Correa para con la fiesta de los toros en la capital del Ecuador.<br /><br />Son muchas, y notables, las voces airadas que se han alzado en España llamando a la rebelión, al boicot. Voces indignadas, incluso ácidas, de gente que conoce, o no, lo que fue y es Iñaquito en feria, en esos días señalados, deslumbrantes de luz y alegría, de amabilidad y farra, cuando la ciudad entera vibra por y para las corridas de toros.<br /><br />Son todas voces de visitantes ocasionales, de turistas y viajeros que, todos con mucho afecto y agradecidos al excelente trato recibido, paradójicamente se cargan de razones para dejar solos a los taurinos de la mitad del mundo cuando más nos necesitan.<br /><br />Pero el problema de los toros sin muerte en Quito tiene más lecturas que el arrebato a distancia oceánica. Y da que pensar que ninguna de esas voces airadas haya salido desde el epicentro del problema, donde las tajantes opiniones de los foráneos, supuestamente bienintencionadas, han caído como un decepcionante jarro de agua fría. A tenor de lo que los afectados han escrito después en la red, parece que los ecuatorianos esperaban más de nosotros que un pataleo desde el otro lado de la barrera.<br /><br />En realidad, quieren apoyo y no consejos de rancia dignidad. Porque, conociendo como conocen la desastrosa manera en que, sin ir más lejos, hemos gestionado aquí asuntos tan similares como el de la prohibición de los toros en Cataluña, nuestras opiniones ya no les sirven de referente.<br /><br />Su crisis, su problema, aun siendo de todos, por ahora es sólo suyo, porque lo sufren en sus corazones. Y son ellos, los quiteños, los aficionados y los taurinos ecuatorianos, quienes mejor lo conocen, quienes lo están viviendo y sufriendo en el largo desierto de los días sin toros, de esas otras cincuenta y una semanas sin visitantes ni prosopopeya. Porque, al arrastre del último toro de cada feria, son ellos los que se quedan, los que mantienen viva una llama que ahora les quieren apagar.<br /><br />Sin que nadie les escuche entre el ruido de sables, nos están pidiendo ayuda no para rebelarse sino para resistir. Saben en América, por sufrida experiencia, que los gobiernos pasan, como el cóndor, y que el pueblo se queda. Que las leyes cambian y fluctúan a capricho de los gobernantes ocasionales, pero la esencia y las costumbres permanecen. Y que hay que aguantar hasta que lleguen tiempos mejores. Con paciencia pero sin resignación.<br /><br />Una feria del Gran Poder sin corridas de toros, o con los tendidos vacíos, sería un precedente nefasto, una victoria casi definitiva del antitaurinismo, que habría cumplido así con su ansiado y principal objetivo. Y es evidente que prefieren perder una batalla, sin que un año muera el toro, a que el toreo muera para siempre.<br /><br />Porque por encima del negocio puntual de la empresa, por encima de la venta de una camada de toros y por encima de las figuras del presente –esas que, por otra parte y a buen dinero, no ponen reparos a envainar el acero ante utreros afeitados y sin picar en Portugal— están el pasado y el futuro taurino de todo un pueblo. El futuro de tantos toreros, ganaderos y aficionados que a estas alturas de la lucha son más conscientes de lo que pueden perder y padecer que los que solo vamos allí a ganar y disfrutar.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-59196667646320771792011-09-19T11:37:00.005-05:002011-09-20T11:59:40.923-05:00Comentario...Comentario publicado en el post anterior por algún usuario de este blog, pero que se reproduce por su relevancia dentro del debate actual.<br /><br /><br />En los últimos días se ha generado una fuerte polémica, respecto a la realización de la Feria de Quito del presente año, así como en cuanto a la posible participación de varias figuras españolas en la misma. Lastimosamente, el debate se ha concentrado en tratar de justificar si se es más o menos taurino, por acudir a la Feria de este año, en vez de analizar el problema de fondo, y sobre todo, de desentrañar qué acciones realmente se deberían efectuar por todos los taurinos en aras a recuperar la integridad total de las corridas de toros en Quito, por lo que he creído conveniente esbozar las siguientes puntualizaciones: Lo sucedido en Quito, no es más que el resultado de una animadversión política pasajera del Ejecutivo de turno, secundada por la incapacidad del Municipio de Quito (en especial de su Comité Taurino) de saber defender una tradición cultural que en la capital del Ecuador tiene más de 400 años de historia ininterrumpida. Pero como toda decisión política ilegítima amigos, su duración en el tiempo no será eterna, pues con el paso del tiempo ya llegarán otras autoridades, cuyo respeto por la libertad y el derecho nos permitan revertir el actual escenario. Respecto al purismo taurino exacerbado, manifestado en varios artículos publicados en los distintos blogs, portales web, revistas especializadas; y, por el cual, el aceptar que se de la Feria de Quito de este año sin muerte, significaría en su errado concepto "vivir de rodillas" aceptando la imposición política ilegítima "sin vaselina", creo que sería importante que quienes sustentan dicha tendencia, nos expliquen y justifiquen de qué forma o manera, su tesis contraria, es decir, que no se de la Feria este año, ni que vengan a Quito ninguna figura, podría ayudarnos a los Quiteños en la práctica, para que la afición recupere la corrida de toros en toda su integridad. Más allá del purismo, no he leído hasta el día de hoy una sola justificación que me aclare como dicha postura sería la más adecuada a seguir en los delicados momentos que estamos atravesando. Más allá de simplemente sugerir que en Quito no acatemos la imposición política por una cuestión de “dignidad”, la realidad del futuro escenario bajo dicha premisa se traduciría en que los Quiteños simplemente nos quedaríamos sin feria y sin toros, hasta quien sabe cuándo. Si en Quito no se da la feria este año bajo una reacción de supuesta "dignidad", lo más probable es que los antitaurinos y el propio gobierno contrario a la fiesta, canten su más gloriosa victoria en contra de los toros en el mundo, vendiendo a Quito como la nueva capital de la evolución, del respeto a la naturaleza, del amor a los animales, del progreso de las fiestas fundacionales sin violencia, etc. (si yo fuera antitaurino así lo haría). Es decir, el no dar la feria probablemente sería el mejor escaparate para que los contrarios al espectáculo taurino se jacten de que en Quito, sin toros en diciembre, no solo que no pasaría nada, sino que además, se vanaglorien de un supuesto progreso moral de la ciudad, lo que dificultaría aún mucho más, el recuperar la integridad de la corrida a futuro cuando la realidad política cambie a nuestro favor. En Cuenca, una pequeña ciudad del Ecuador, hace un par de años atrás se suprimió justamente la muerte del toro en la ordenanza que regulaba los espectáculos taurinos, y los taurinos decidimos no asistir nunca más a una corrida en dicha ciudad. Saben desde entonces cuantas corridas de toros se han celebrado? CERO!!!!. Pero lo más triste aún, saben quién ha luchado para recuperar las corridas integras en Cuenca desde entonces? Nadie. Saben que ha pasado en Cuenca desde que no se da la Feria taurina? NADA!!. La táctica de la "dignidad" del puritanismo taurino, en la práctica no ha servido para nada, peor aún, para que Cuenca recupere el espectáculo en toda su integridad. Lastimosamente, en Quito, es muy probable que suceda exactamente lo mismo.<br /><br />No olvidemos que ante la batalla más importante que hemos tenido que enfrentar los taurinos Quiteños con la ilegal consulta popular, el rato de los ratos, cuando las papas quemaban, los que salimos a defender la Fiesta nos podíamos contar con los dedos de las manos. Díganme si miento acaso? Si en la batalla más grande jamás librada fuimos 20, cuantos seremos los que luchemos por recuperar la muerte del toro cuando las corridas desaparezcan por una cuestión de dignidad y purismo taurino?. Si se acaban las corridas en Quito señores por hacernos los dignos, se acabará con la tradición, se acabará con la necesidad de mantener la fiesta de los toros viva, se acabará con el germen que mantiene vivo este espectáculo, y créanme ustedes, ni el Juli, ni Morante, ni Manzanares, ni Aznar, ni Bocanegra, ni el Círculo de Amigos de la Dinastía Bienvenida serán precisamente los que vengan a pelear por la afición Quiteña, para que podamos recuperar la corrida de toros en toda su integridad, o acaso estuvieron a nuestro lado en la última pelea?. De hecho les recuerdo, cuando se hizo el festival de la libertad para defender a los toros en Quito antes de la Consulta Popular, los que "sí" vinieron a torear desinteresadamente, fueron precisamente el Fandi y Castella, matadores a quienes hoy se quiere crucificar por haber aceptado venir a Quito este año. Nos hubiera encantado tener en ese festival a las figuras que hoy se rasgan las vestiduras bajo el pretexto del puritanismo taurino. Donde estaban las “dignas” figuras que ahora se oponen a venir a Quito cuando realmente las necesitábamos?, y que sin embargo, no olvidemos, no tuvieron reparo alguno en firmar con Don Bull en su momento, más allá de que hayan llegado o no a torear en las Vegas posteriormente, o no tienen tampoco reparo en torear por unos euros en Portugal, sin ni siquiera suerte de picar?<br /><br />Debemos preguntarnos así mismo, que espacio tendría la afición Quiteña para protestar públicamente, para reclamar a su Alcalde, a su Presidente y a todas sus autoridades por el burdo atropello de sus derechos, si no en la propia plaza de toros como su escenario fundamental. Personalmente considero que no se es más o menos taurino por asistir a la feria de este año. Muchísimos jóvenes que sin compensación o interés particular alguno se pasaron día y noche en el Tribunal Electoral contando voto por voto, defendiendo la fiesta brava, han demostrado que su verdadera afición y amor por los toros, va muchísimo más allá de cualquier coloquio, o premio de cóctel. Creo de igual forma, que este año más que nunca debe darse la feria, y entre más figuras vengan mejor, pues la Feria de Quito del 2011 debe ser el caldo de cultivo de la inconformidad, de la protesta, del rechazo, de la futura revolución social que reclame la reivindicación de nuestros derechos, que durante 9 días seguidos, 150.000 aficionados les recordemos a grito limpio y al oído a nuestras autoridades, lo que realmente se merecen oír por su incapacidad y desvergüenza. Las figuras que vengan además, deben servir para que los taurinos organicemos una serie de actos reivindicativos, bien estudiados y preparados, para que su voz de protesta y rechazo se haga igualmente llegar al poder de la forma más contundente posible. Respetando los valiosos criterios que se han vertido en los últimos días, creo que la cuestión de venir o no venir a Quito este año, no es una cuestión de respetar o no a la profesión por parte de los toreros o los empresarios, si no es una cuestión más bien que debe ser pensada por todo el conglomerado taurino mundial, a efectos de diseñar una estrategia conjunta y de largo aliento, que permita por un lado mantener viva la afición Quiteña, por otro luchar por la recuperación de la muerte del toro como parte de la integridad del espectáculo; y, lo que es más importante aún, ir consolidando un blindaje jurídico internacional, que permita a la afición de todos los países taurinos gozar de esta cultura que tanto nos apasiona, sin estar siempre salvando a última hora esta clase de contratiempos. Amigos taurinos, en el caso de Quito no dejemos que el árbol nos nuble la visión de todo el bosque. Dejemos que se la estrategia y la inteligencia las que guíen nuestros actos futuros, más allá del dolor inmenso que todos sentimos al haberse mutilado la fiesta por una simple decisión política a todas luces tonta e ilegítima. Termino señalando, que me hubiese encantado ver a los miembros del Circulo de la Dinastía Bienvenida, así como a muchos de los toreros y periodistas que han condenado la realización de la Feria de Quito de este año, hace unos meses atrás, marchando en las calles de Quito, pintando grafitis a la madrugada en defensa de la fiesta, poniendo camisetas taurinas a todas la estatuas de la ciudad, defendiendo la corrida de toros en todos los medios de comunicación a capa y espada, con plata y persona, encadenándose junto a los toreros Quiteños en la Plaza Grande, etc., pues esa sí, hubiese sido una muestra de verdadera afición y respeto por la tauromaquia.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-89235911832938770412011-09-19T10:18:00.001-05:002011-09-19T10:18:53.188-05:00Carta abierta de Álvaro SamperQuito, mediados de septiembre del 2011<br /><br />CARTA ABIERTA, A QUIEN CORRESPONDA:<br /><br />Hoy, con todo cuanto está sucediendo en mi país, no sé qué sentir. Una fuerza política descomunal ha incitado a la prohibición de la muerte del toro bravo en la plaza de mi ciudad. Uno de los actos más nobles y verdaderos que hay en la última época se ve mutilado por presión de unos pocos que nos gobiernan.<br /><br />Las emociones y pensamientos se ven entremezcladas con tanto que pasa por mi cabeza y corazón. ¿Dónde queda la pureza de la Fiesta? ¿Cómo lo va a vivir el público? ¿Dónde queda la borla de Matador de Toros que he recibido? ¿Qué va a pasar los siguientes años? ¿El dar la Feria es un triunfo, o una pantomima de la corrida de toros como dicen algunos?<br /><br /> Es normal que cada uno trate de tirar agua hacia su propio molino. Es una característica del ser humano. Es por eso que me pongo en los zapatos de los críticos taurinos europeos, de las figuras del toreo, de los empresarios de mi tierra, del público, y veo que cada uno de estos actores tiene su punto de razón en las medidas que han tomado.<br /><br />Para algunos periodistas taurinos dar una feria de la importancia de Quito sin el colofón final de la estocada es como dar una corrida “circense”. Comparto la idea señores periodistas, pero no del todo. Ustedes tienen la obligación de defender la integridad de la Fiesta porque sí tienen voz y se les escucha. Los toreros tenemos que hablar con capote, muleta y espada, cuando toreamos… Y a veces no se nos atiende como deberían.<br /><br />Las figuras del toreo lo son por algo especial. Y dicen los antiguos que lo que tienen en común las figuras de siempre es que ninguno ha sido tonto. Este grupo de toreros se ha ganado su puesto a capa, espada y a sangre. Es por esto que tienen que defenderlo de la misma manera. Entiendo la posición de aquellos que deciden defender la pureza de la Fiesta, pero agradezco sinceramente a los que han optado por echar un capote a Quito aceptando venir.<br /><br />Los empresarios se ven entre la espada y la pared. Tienen varios frentes en contra suya y en parte injustos. El primer poder del Estado se ha mostrado abiertamente en contra de la tauromaquia. La presión del actual presidente hoy en día en Ecuador no solo incomoda, sino que produce miedo. A los ecuatorianos nos da miedo decir alguna cosa en contra del primer mandatario. Se sabe que te fichan y que te puede afectar de una u otra manera. En este sentido la empresa de Quito ha tomado el liderazgo de la defensa de la Fiesta en la capital. <br /><br />Siempre el que está en el ojo del huracán va a ser admirado y criticado al mismo tiempo. Aficionados de siempre han devuelto sus abonos y han decidido no ir este año o ninguno a Quito mientras no se mate al toro en la arena. El aficionado tiene la total libertad de decidir si ir o no. Y en el peor de los casos viajará a las ciudades andinas que hayan votado mayoritariamente por el NO en la consulta popular de mayo. Habrá otros aficionados que sí van a ir. Y muy seguramente sentirán un vacío el momento de ver a cada toro devuelto a los corrales. Y es muy probable que (especialmente este año) haya gente nueva que no iba porque les producía pena la muerte del toro.<br /><br />La Fiesta no podría existir sin el elemento básico, el toro. Pero hay otro elemento fundamental que es el hombre que expone su físico delante de las astas de un toro para realizar su sueño. Señores, para ser torero en Ecuador hay que tener una dosis descabellada de afición y dedicación. En España pateas una piedra y salen cinco toreros. Acá en la mitad del mundo tenemos que soñar con llegar a su tierra para dejarnos la piel en el intento. Y tenemos que lidiar con la suerte, con el injusto mundo de la otorgación de visas, con encontrar un padrino, con que te inviten al campo, con acertar a que alguien te enseñe el oficio, con lograr que te pongan las empresas, seguido por un etcétera grandísimo.<br /><br />A los toreros ecuatorianos nos han callado la voz, y desde hace mucho tiempo se nos ha tratado con faltas de respeto y consideración. En la mitad del mundo hay excelentes profesionales taurinos en todos los ámbitos. Existen machos picadores, graciosos banderilleros, matadores valientes y artistas, románticos mozos de espadas, talentosos sastres de toreros, y locos aficionados prácticos.<br /><br />Es momento que el mundo taurino se ponga en los zapatos de los aficionados, toreros, empresarios, ganaderos, y todos quienes vivimos del toro en el Ecuador. La corriente anti-taurina es una fuerza global que se está haciendo cada día más cotidiana. La realidad de quienes vivimos del toro y para él, es muy diferente a la europea. Si se suprimen los toros en alguna provincia o localidad en Europa, tienen la posibilidad de ir al pueblo de al lado para ver una corrida con grandes carteles. Acá todos tenemos que esperar un año para ver a las primeras figuras del toreo actuar. De enero a noviembre soñamos en faenas venideras y pasadas. Discutimos sobre la anterior Feria, y especulamos sobre la que vendrá. Soñamos despiertos con que llegue ese primer clarinazo para vivir intensamente nueve días irrepetibles.<br /><br />Los profesionales vivimos del toro en el Ecuador, pero como exponía en párrafos anteriores, hay que estar casi loco para ser torero en este país. Nosotros soñamos en pegarle un natural a un toro en alguna de sus plazas de primera categoría. La Fiesta de los Toros para nosotros es una razón de despertarnos día a día. Mientras ustedes allá al otro lado del charco tienen la enorme suerte de vivir día a día este tan pasional legado. Hay agresores que argumentan que los toreros ecuatorianos tenemos otras fuentes de trabajo, y que somos toreros por “hobby’. Pues no, aparte de que muchos sí vivimos exclusivamente de nuestra poca actividad taurina, no concebimos un Ecuador sin un toro bravo y todos sentimos esta pasión correr por nuestras venas. Es nuestra razón de ser.<br /><br />Termino por agradecer el interés que han puesto en Quito todos los estamentos de la Fiesta alrededor del mundo. Agradezco enormemente a los profesionales que se han puesto en nuestros zapatos y se van a quemar las pestañas por defender nuestros intereses. Agradezco a los aficionados que tienen programado ir a los toros en Quito, porque sin ellos nuestra pasión no tendría eco. Agradezco a todos los toreros ecuatorianos, porque somos un vivo reflejo del amor por el toro. Agradezco a los ganaderos por criar el monumento a la belleza, el toro.<br /><br />Alvaro Samper Campuzano.<br /><br />Matador de TorosEL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-7365488972490691792011-09-19T10:03:00.002-05:002011-09-20T17:38:11.001-05:00Los toros y la disyuntivaRevista Vanguardia<br />http://www.revistavanguardia.com<br /><br />Esteban Ortiz<br /><br />Como es de conocimiento público, en la consulta popular realizada en mayo pasado se planteó una pregunta relacionada con la prohibición de celebrar espectáculos que tengan por finalidad la muerte del animal. Esta pregunta sesgada, supuestamente tenía como fin último suprimir la muerte del toro en los espectáculos taurinos. Curiosamente, tuvo un resultado adverso para el gobierno en todos los cantones taurinos del país donde ganó abrumadoramente el no, a excepción de Quito y Cayambe.<br /><br />Si hacemos un análisis más detallado del contenido de la pregunta, podríamos argumentar que el fin de las corridas no es la muerte del animal, como sostienen con toda razón los galleros para defender su actividad. El fin de las corridas de toros está relacionado con la técnica, el arte, la estética, la ética y la emoción. Por eso, ni las peleas de gallos ni las corridas de toros son un espectáculo que tienen como fin la muerte del animal. Nadie en sus cabales va a una plaza de toros a ver una matanza. ¡Para eso está el camal! Es así que el fin último de las corridas de toros está relacionado con un espectáculo cultural que provoca emoción cuando un hombre se enfrenta a una bestia y produce estética a través de sus movimientos. <br /><br />El fin de la puesta en escena radica en crear ese colorido espectáculo que los aficionados van a ver. Inclusive, el toro tiene la posibilidad de vivir si ha sido sumamente bravo. Justamente, el indulto del toro nos demuestra que el fin del espectáculo no radica en la muerte del animal.<br /><br />Sin embargo, la forma como se ha interpretado esta pregunta tiene un claro sesgo político que va más allá de cualquier razonamiento. Existen inconstitucionalidades básicas que son pisoteadas. Además, hay decisiones judiciales internacionales que niegan la posibilidad de que a través de consultas populares se decida sobre ciertos derechos constitucionales inherentes a la persona. Es decir, en una consulta no se puede decidir (menos preguntar), por ejemplo, sobre las creencias religiosas de todos, definir democráticamente la sexualidad de la población o imponer ciertos hábitos culturales que son propios de minorías. <br /><br />En vista de las circunstancias que estamos atravesando, cuando una expresión artística y cultural se cuela en el debate político por incomprensibles intereses gubernamentales, es necesario advertir que la moral individual y el pensamiento único sólo nos llevan a la incomprensión y al odio. En un país multicultural cuya riqueza está en la diversidad de las minorías, no es correcto que se quiera imponer ciertos gustos, sean o no de mayoría, dividiendo en este caso puntual a una ciudad maravillosa. <br /><br />Los Concejales capitalinos y el Alcalde Barrera, resolvieron mantenerse al margen de una decisión que afecta directamente a la ciudad y sus habitantes. Evidentemente, prefirieron mantener una posición tibia frente al tema y su discurso fue de “tolerancia” frente a los resultados. Eso generó que el Presidente de Plaza y su equipo renuncien a su cargo. Si la posición del Alcalde y los Concejales hubiera sido tolerante, jamás se hubiera permitido meter la mano en una actividad cultural ancestral arraigada en Quito, aunque minoritaria al fin y al cabo. Tolerancia también significa proteger una actividad cultural que practica una minoría y salir en defensa de tantos quiteños que votaron por el respeto y la libertad de elegir presenciar un espectáculo público. <br /><br />En vista de los resultados, el Municipio ha decidido hacer reformas a la denominada “Ordenanza Taurina” para poder acoplar la interpretación política que se le da a la consulta con la nueva realidad local. Sin duda, hasta la información que nos ha llegado al momento de escribir estas letras, los cambios planteados afectan exclusivamente a la regulación sobre la muerte del animal, eliminándola y manteniendo el resto del espectáculo intacto. Sin embargo, se quedaron sin Autoridades de Plaza y habrá que ver cuál es la posición del Municipio frente a la inminencia de la Feria.<br /><br />De todos modos, este tipo de decisiones nos permiten reencontrarnos con una nueva fiesta de los toros, buena o mala habrá que ver, que deberá hacernos recapacitar sobre el futuro de la misma. De momento, la Feria de Quito se celebra este año en diciembre con el apoyo de figuras del toreo que entienden el significado de esta lucha. Si ellos apoyan el hombro, nosotros debemos hacer lo mismo como quiteños, para poder seguir defendiendo un espectáculo de masas apasionante.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3157512920348586666.post-20846757630361098722011-09-13T15:47:00.000-05:002011-09-13T15:48:34.937-05:00Quito y nuestra defensa de los toros/ Juan Sebastián RoldánQuito, 12 de septiembre de 2011<br /><br />Estimados Juan Lamarca, Javier Hurtado y Carlos Ruiz Villasuso:<br /><br /> Como Ustedes conocerán, trabajé para el Gobierno del Presidente Correa con un cargo ministerial hasta enero de este año.<br /><br />En diciembre del anterior, el mismo Presidente anunció la posibilidad de incluir en la consulta popular, que luego se llevaría adelante en mayo del año en curso, una pregunta relacionada a la fiesta de los toros en Ecuador.<br /><br />Desde entonces, y hasta enero, no solo por la pregunta de los toros, sino por la absurda consulta popular planteada – atentatoria a los fundamentos democráticos de nuestro país, a las libertades de nuestros ciudadanos y a la independencia de los poderes del Estado- intenté desmontar esta idea absurda desde dentro del Régimen. Ante la imposibilidad de que internamente se sensibilicen ante tamaño daño para el País, con el movimiento político al que pertenezco, Ruptura de los 25, decidimos salir del acuerdo político que teníamos con el Movimiento País- el partido político de Rafael Correa.<br /><br />Desde enero hasta mayo, buscamos los aficionados ecuatorianos todas las maneras de persuadir a los ecuatorianos y particularmente a los quiteños a votar negativamente a la iniciativa oficial. Y cuando digo todas las maneras me refiero a intervenciones en medios de comunicación, publicidad pagada, marchas taurinas en contra de la pregunta, activaciones de todo tipo con aficionados, encadenamientos de los toreros de luces, además de festejos taurinos para unir al mundo del toro en contra de este embate político antitaurino.<br /><br />En todas estas actividades hubo rostros del mundo del toro que por una vez se encontraron fuera de los ruedos o inmediaciones de una plaza de toros con la única causa de que no nos quiten nuestra razón de vivir.<br /><br />Desde los toreros, que tuvieron un rol protagónico, desempolvando sus trajes de luces para sacarlos a las calles y demostrar desde su valor y pundonor por el daño que les y nos harían; pasando por los ganaderos, que se sumaron a cada actividad dejando su campo para tomarse la ciudad, en noches clandestinas de tomar las paredes por lienzos en los que lloraron su dolor; o los aficionados que sin intereses de ningún tipo se agruparon en torno a las redes sociales para recordarnos que son ellos nuestra razón de vivir, cuando emulando a los actores protagónicos de nuestra fiesta, se dejaron sus horas y días sin ánimo de ovación.<br /><br />En mayo ganamos todas las plazas que buscamos, menos la más importante, Quito. Lo que inicialmente estaba visto como una barrida abrumadora en nuestra contra – imaginen ustedes como a una minoría cultural le pusieron a pelear con una mayoría ajena a nuestra realidad con todo el apoyo de la publicidad oficial y la popularidad del Presidente de la República; imaginen ustedes una consulta popular en su España natal y ni piensen en su resultado- terminó en una pírrica y triste derrota. En Quito nos ganaron 54% el SI a 46% el no.<br /><br />No creo que puedan imaginarse el dolor que esto ha significado para todos los actores de la fiesta de los toros en Ecuador. Y casi me atrevo a afirmar que no lo podrían hacer, porque después de que Ustedes sentaron el primer precedente en España con la abolición de las corridas de toros en Barcelona – con ni siquiera la mitad de la pelea que nosotros dimos- países como el nuestro solo siguen una ola antitaurina muy fuerte.<br /><br />Nosotros no peleamos por nuestra afición. Por aficiones iremos al fútbol, acaso al teatro o veremos películas con estrambóticos efectos especiales.<br /><br />Nosotros nos hemos dejado la piel, por nuestra razón de vivir. Nosotros abandonamos nuestra realidad pensando en nuestros hijos y en los hijos que de ellos vendrán. Les aseguro que si Ustedes, que conocen bien esta fiesta en las horas alegres del Quito soleado y la plaza llena, no reconocerían a los taurinos que hoy cabizbajos intentamos re significar nuestras vidas.<br /><br />Y lo vamos haciendo, estimados amigos. Vamos haciendo camino en discusiones internas necesarias que nos permiten reencontrarnos con nuestra nueva fiesta de los toros. Esa nueva fiesta de los toros en Quito, ya no podrá contar con la muerte como el colofón final de la obra de arte que nosotros y Ustedes tanto hemos amado.<br /><br />Esas discusiones hoy giran en torno a la ordenanza taurina que regirá Quito. Una de las propuestas es la que Ustedes hacen referencia, en la que se elimina gran parte de lo que conocemos hoy tradicionalmente y la otra propone solamente eliminar lo concerniente a la muerte. Al final, la tesis que ganó en el Consejo Metropolitano es la de eliminar el tema de la muerte dejando intacto todo lo anterior. El Fallo del Comité Taurino del Municipio de Quito se dio ayer lunes 12 de septiembre. <br /><br />Me permití escribir con algún detalle toda nuestra historia, porque por lo que reviso en los portales de Internet, en los blogs y en algunos escritos taurinos, me imagino que la visión que Ustedes, desde tan lejos tienen, está marcada por el miedo que esto se riegue al mundo. A nosotros, lo que se dio en Barcelona ya nos hirió, muy profundamente, y aquí seguimos dando la pelea. Intentando emular al animal que tanto respetamos.<br /><br />Les escribo porque tanto como desde España debe parecer un absurdo una consulta popular, una discusión de ordenanza taurina o una fiesta de los toros sin muerte del animal en la plaza, para nosotros que somos los que sufrimos los embates de estos nuevos tiempos –nuevamente iniciados en su Barcelona de España- nos resulta asombroso y por supuesto nítidamente absurdo, que nuestros aliados naturales, nuestros amigos de tantos años, nos peguen otro puyazo a toro pasado.<br /><br />Lo que leemos de Ustedes pasó de la sorpresa al absurdo.<br /><br />Nosotros contamos con la fiesta de los toros en el mundo para reinventarnos –aún cuando defendimos como nadie, que no se reinvente nada- para lograr que a nuestros hijos,además de los placeres de los teatros, los estadios de fútbol y todos los ingredientes que esta vida descafeinada “newage” nos plantea, tengan en esta fiesta una alternativa maravillosa de un espectáculo profundo. Y para necesitamosel apoyo de miles de aficionados como Ustedes.<br /><br />Nosotros no sabemos vivir sin toros. Nacimos con ellos y queremos morir viendo cada diciembre nuestra plaza llena. Para ello, que el mundo del toro se vuelque con nosotros es indispensable. Para ello que vengan las figuras del toreo es esencial. Y ellos, los que se juegan la vida nos dicen que sí – según entiendo, la enorme mayoría nos ha dicho que sí-, vienen a mojarse y mancharse con nosotros los quiteños que tantos alegrones les hemos dado. Ellos, los toreros, nuevamente se lanzan al ruedo a jugarse la vida, solo que esta vez el embate parecería no ser solo del toro.<br /><br />Hoy, esas figuras del toreo que han decidido venir, son más figuras que nunca. Hoy demuestran que no cuentan con la palmada en la espalda para decidir jugarse por este Quito que se ha hecho de a poco un espacio en el mundo taurino. Y si Quito lo ha hecho es por la fuerza que le han impregnado los aficionados ecuatorianos, los toreros ecuatorianos, los ganaderos ecuatorianos, los empresarios ecuatorianos y nuestros hermanos españoles.<br /><br />Debo comentarles que hay aficionados muy buenos, que por opción personal, después de este tan duro golpe, han decidido no volver a la Plaza de Toros. Nosotros, quienes hemos optado por empujar el carro y reinventarnos en esta nueva fiesta, los respetamos profundamente. Comprendemos su dolor y esperamos reencontrarnos en esta nuestra y su Plaza pronto. Pero que yo conozca, ninguno de ellos ha hecho una campaña pública para que nuestra Feria “Jesús del Gran Poder” se vea afectada.<br /><br />Ojalá, en los lugares que ellos dejan vacíos, se sienten miles de nuevos aficionados que se ven a diario en los alrededores de la fiesta de los toros en el Ecuador. Ojalá en los que nosotros dejaremos, lleguen otros, y en el lugar de ellos otros. Hasta que mis hijos y nietos peleen para conseguir un lugar en esta Fiesta que nos engrandece.<br /><br />Hace un par de años, cuando ya defendíamos la Fiesta de los Toros en otro de los embates antitaurinos, recuerdo las palabras de un Matador de Toros ecuatoriano que cuando explicaba a las autoridades del momento su relación con la Fiesta de los Toros les decía que él no vivía del mundo de los toros, que era al contrario, el mundo de los toros era su razón de vivir.<br /><br />Yo, a Ustedes, los conocí en este lindo Quito de mi vida. En la misma plaza de toros que hoy intentamos evitar que se vacíe.<br /><br />Estoy seguro, de que tanto como yo siento mis palabras al escribirles por “quiteñas” esta carta, Ustedes las sabrán entender en el contexto de nuestra realidad actual y en el trasfondo de ayuda real, en forma de toque sutil, que ella intenta plantear.<br /><br />Con un sincero abrazo desde esta mitad del mundo que los espera cada diciembre,<br /><br /> <br /><br />Juan Sebastián Roldán<br /><br /> <br /><br />P.D: Por este medio les solicito con el propósito de que sus lectores conozcan la realidad que hemos vivido los ecuatorianos, brindarle a esta carta el mismo espacio que han tenido sus escritos criticando las distintas propuestas de renovación que hemos debido hacer a nuestra querida fiesta, para que en diciembre tengamos una nueva Feria “Jesús del Gran Poder”.EL ALBEROhttp://www.blogger.com/profile/09973127341516244308noreply@blogger.com1