martes, 29 de noviembre de 2011

Por qué Morante

Diario Hoy

El periodista y escritor español Paco Aguado presentó anoche en Quito el libro Por qué Morante, un brillante texto en el que se develan las claves de uno de los más grandes toreros de nuestro tiempo, el sevillano Morante de la Puebla. La obra fue publicada por Unasumo Editores, una nueva editorial que apuesta por el poder del libro en el panorama cultural.

A lo largo de más de 200 páginas, bellamente ilustradas con fotografías de distintos autores, Paco Aguado entra en profundidad tanto en la personalidad del diestro sevillano como en las motivaciones de su genial expresión artística. Desde sus primeros pasos en un determinante entorno a la honda trascendencia cultural del concepto taurino de Morante, el autor desarrolla en varios capítulos los porqués de tan deslumbrante puesta en escena.

Siguiendo el hilo conductor del torero sevillano de ambas orillas del Guadalquivir, se repasan los antecedentes que desembocan en el gran bagaje expresivo del genial torero de La Puebla del Río y se describen con elocuente claridad todos los resortes técnicos y artísticos de su tauromaquia. De igual modo, el autor entra en los aspectos más profundos de la compleja figura de este torero distinto, a todos los que, bajo su soberbio concepto, oculta un tremendo valor y una gran fortaleza mental.

Como asegura el cineasta Agustín Díaz Yánez, autor del prólogo, Por qué Morante "es un libro de gran inteligencia, que rompe moldes con la literatura taurina al uso, que nos adentra en la dimensión humana y artística de un torero que ya está marcando un época dentro y fuera de la plaza, y que está escrito con elegancia y sabiduría. Un libro que honra a quien lo escribe y que hace mejor a quien lo lee. Un libro que, hablando de un torero más que excepcional, nos habla también de la vida, del arte y del destino".

La personalidad del artista, las claves de su temple y un valor no reconocido por miradas apresuradas son examinados en este acercamiento literario y apasionado.

Por qué Morante, un libro para curiosos, iniciados y amantes del arte.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Sólo puede morir el hombre

Paco Aguado
Diario Hoy, 28 de noviembre de 2011

Sobre la segunda de Feria

Si el sábado triunfó la fiesta, ayer fue la tragedia la que sobrevoló Iñaquito, obedeciendo a esa permanente y caprichosa dualidad de la suerte sobre la arena. Porque allí mismo, con la cruda naturalidad de siempre, volvió a ponerse de manifiesto la esencia eterna de la tauromaquia. Esa tremenda voltereta que el primer toro le propinó a David Mora recordó a ignorantes e hipócritas que los toreros ponen en juego su vida cada tarde para sacar a la luz su arte y su sentimiento.

Pero, recuperado el ánimo tras un percance que, afortunadamente, no tuvo mayores consecuencias, el diestro español volvió a meterse en la cuna de las astas y desde allí, desde ese punto de máximo riesgo y a veces de no retorno, miró al tendido y alzó la voz para proclamar, orgulloso y desafiante, una máxima verdad frente los que quieren convertir en farsa el rito de la autenticidad: "¡El toro puede matar, nosotros no!".

Esa es la gran paradoja del absurdo tinglado orquestado contra la Fiesta en Quito, el hecho descompensado y cínico de que en el ruedo, ante la vista del público, el único que pueda perder la vida sea el hombre, no el animal. Contradicción y desigualdad de la que han dado en llamar "vía criolla", solución alternativa, improvisada y, esperemos, pasajera que no soluciona nada porque a nadie contenta, ni a taurinos ni a antitaurinos.

Lo chocante del caso es que a estos barros se ha llegado por los lodos de esa corriente del animalismo más fundamentalista y fanático que ha dejado de lado una moralidad más básica y fundamental para la convivencia como es la del humanismo. Para estos "ayatolás" no hay compasión para con el torero porque el único sufrimiento que importa, si es que existe como tal, es el del animal. Hay que esconder y disimular la muerte del toro, pero no la posibilidad de la muerte de quien se le enfrenta, tan mal acostumbrados como estamos a presenciar por televisión, sin sentir el más mínimo escalofrío, los estragos de las guerras, los cadáveres de asesinados, los niños famélicos del tercer mundo...

Preocupantes síntomas estos de una sociedad enferma que sólo se conmueve cuando ve cojear a un perrito o el sacrificio de una res o de un ave destinadas al consumo básico. Cómo han cambiado los tiempos desde que aquellos primeros intentos de prohibición de la Fiesta, hace ya muchos siglos –y aquí seguimos-, se basaban en la preocupación por el hombre, por los heridos y muertos en las corridas, alarmados los Papas abolicionistas de que se pusiera en juego el que consideraban don divino de la vida. Cómo han cambiado los tiempos para que hayamos llegado a perder el norte de esta manera tan absoluta y absurda.

domingo, 27 de noviembre de 2011

El orgullo de sentirse taurino/ Paco Aguado

Sobre la primera de Feria

Paco Aguado
http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/el-orgullo-de-sentirse-taurinos-517244.html

En mitad del lamento por la mutilación sin sentido del rito, a pesar de la afrenta de tener que celebrar las primeras corridas de su historia sin muerte del toro en el ruedo, la peculiar Feria de Jesús del Gran Poder del 2011 se abrió ayer con algunas buenas noticias.

Una de ellas ya la comenta el compañero De Labra en la página anexa: el indulto de un toro de Huagrahuasi, que no cayó apuntillado siniestra e injustamente en la oscuridad de un chiquero, como sus otros cinco hermanos, sino que, por su bravura, se ganó el privilegio de haber vuelto al campo para que transmitiera su condición a los astados que sostendrán la fiesta del futuro en el Ecuador.

Pero, con ser importante la noticia del indulto, también lo fue, en otra dimensión del análisis -la sociológica o, si quieren, la política-, que la Monumental de Iñaquito llenó sus tendidos con más de 14 mil espectadores. Es difícil que, salvo el fútbol y en encuentros muy señalados, haya otro evento en la ciudad de Quito que congregue una multitud similar.

Porque el de los toros, como se demuestra cada año, en cada feria, en cada corrida, no es un espectáculo de minorías en la capital del Ecuador. Las corridas son, por historia, por costumbre y por convicción, más allá del gusto o de las leyes de sus gobernantes, uno de los actos centrales de las fiestas quiteñas. Y por mucho que se quiera ocultar, por mucho que entre algunos aficionados se palpe un latente temor a posibles represalias por manifestarse a favor de las corridas o en ciertas empresas por auspiciarlas y promocionarlas, la realidad seguirá siendo más tozuda que los caprichos.

El lleno de ayer en los tendidos de Iñaquito ha sido, para empezar, la mejor respuesta a quienes quieren imponer sus gustos y su moral a la totalidad de la ciudadanía, a los que quieren coartar la libertad y los derechos de quienes no piensan igual.

Ante tantos ataques indiscriminados, ante tantos insultos, ante la persecución y las coaccciones, los aficionados deben manifestar, ahora más que nunca, su orgullo de ser taurinos, de saber disfrutar del mismo espectáculo que apasionó a Picasso, a García Lorca, a Orson Welles, a Dalí, a Hemingway, a Goya, a Miguel Hernández..., y que hace que sigamos viendo por los tendidos a Fernando Botero, a Oswaldo Viteri, a Joaquín Sabina, a Miquel Barceló, a Andrés Calamaro, a Miguel Bosé....

Sí, es ese mismo espectáculo que acaba de ser declarado patrimonio cultural de la República de Francia, la culta Francia, cuna de los derechos humanos y de la Ilustración. El mismo que el saliente Gobierno socialista de España traspasó este año al Ministerio de Cultura. El mismo rito que, como viene siendo costumbre hace más de una década, hace que se premie a los toreros, como el caso más reciente de Joselito, con la Medalla de Oro de las Bellas Artes.

No, nunca debemos avergonzarnos de ser aficionados a los toros, a un espectáculo con siglos de historia y cultura a sus espaldas, a una fiesta que ya no es española sino de los pueblos que la siguen celebrando.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Presentación del libro Por qué Morante

EL ALBERO PEÑA TAURINA tiene el placer de invitarle a la presentación del libro POR QUÉ MORANTE del que es autor el periodista y escritor español Paco Aguado.

Lunes 28 de noviembre de 2011. A las 19h30. Restaurante Astrid y Gastón. Av. Coruña N32-302 y González Suarez. Quito