jueves, 8 de noviembre de 2007

SE TRATA DE SUMAR/ Paco Aguado

Por Paco Aguado
Revista 6toros6 No. 681

De sumar, que no de restar. De eso se trata. La Fiesta necesita que todos arrimemos el hombro para defenderla y difundirla, para contrarrestar las crecientes corrientes de opinión en su contra, para que la gente la conozca mínimamente y pueda contrastar la realidad con los tópicos, absurdos y generalmente falsos argumentos que esgrimen los antitaurinos y que tanto se están extendiendo entre una juventud que no para que nada cambie, para seguir viviendo de las la entiende porque nadie se la ha explicado bien.

En ese empeño los distintos estamentos de la Fiesta, incluidos aficionados y periodistas, deberíamos estar unidos, formar un bloque coherente y rocoso, sin fisuras. Sólo así la defensa de este espectáculo genial puede tener éxito y lograr el objetivo de asegurar su permanencia en este tercer milenio, en contraste con la falsa modernidad del neocapitalismo y lo políticamente correcto.

Pero, como casi siempre, el verdadero enemigo está dentro, representado por el interés personal y particular de unos pocos. Esa caspa interior que más desde décadas venimos arrastrando, esa defensa del negocio privado, que no de la Fiesta de todos, en que se empeñan algunos reaccionarios es la que evidencias se abren paso. Por eso se acabaron las más puede lastrar e impedir los avances que desde entradas de Ávila el mismo día de ponerse a la hace tiempo necesitamos en ese camino.

Muy sintomático es el caso de la famosa y, para algunos polémica, corrida de Ávila, a la que se bombardea desde distintos frentes, con francotiradores que, teléfono en mano, han intentado encizañando a los protagonistas, desprestigiando a los organizadores y emponzoñando el ambiente del que es, pese a todo, uno de los grandes acontecimientos de la temporada. Y, claro, siempre cultural que mata, sin dar la cara. Porque alguno de ellos no la ha dado ni para hacerse el carné de identidad.

Fíjense en la mezquina paradoja que significa el hecho de que se intente reventar una corrida para la que en su día, se pusieron de acuerdo en torear las tres máximas figuras del toreo actual, de manera desinteresada -de otra forma, o sea, cobrando, no habría empresario que se atreviera a juntarlos en un cartel- en pro de la Defensa de la Fiesta.

Es decir, que tres torerazos se dan la mano para sumar a favor de todos, mientras que unos pocos se ponen de acuerdo, por razones bastardas y por inquinas personales, para restar en beneficio de unos pocos. Es triste, pero es la cruda realidad, la mezquina trastienda de un espectáculo cargado de valores, de hombría y de verdad, pero también envenenado por la mentira, la cobardía y la avaricia de quienes no lo aman sino que lo consideran sólo un instrumento para medrar o robar.

Algún día habrá que hablar más claro y empezar a desenmascarar a todos estos personajes y personajillos que buscan la desunión y el río revuelto para que nada cambie, para seguir viviendo de las migajas de los grandes "popes" del negocio, aun a riesgo de que el espectáculo se vaya al garete y acabe sucumbiendo a los ataques externos. Sin saberlo, estúpidamente, son los "quintacolumnistas" del antitaurinismo, como aquellos que hicieron la labor de zapa en las calles del Madrid sitiado por las tropas de Franco.

Control de poder

Pero, por suerte, en el colectivo de la Fiesta hay más cal que arena, más y mejores intenciones que malas tripas e ideas negras. Y, pese a la maledicencia interesada, pese a las estrategias torticeras, las evidencias se abren paso. Por eso se acabaron las entradas de Ávila el mismo día de ponerse a la venta. Por eso la ciudad de la Santa, como Barcelona el 17 de jumo, será una fiesta ese fin de semana. Y por eso se van a lograr los objetivos marcados por quienes se han implicado sincera y sanamente en el empeño. Va siendo hora de que los toreros se comprometan con su profesión, de que, como harán José Tomás y El JuIi -que aporta también el esfuerzo de su Fundación-, le devuelvan a la Fiesta parte de lo que ésta les ha dado, eso sí, a cambio de sus miedos y de su sangre.

Es hora de sumar, de que todos los que vivimos ¡no sólo de ese espectáculo sino también para él revirtamos en la Fiesta nuestra cuota personal para asegurar su futuro, para mantener sano el legado cultural que heredarán las próximas generaciones y del que han de sentirse orgullosos. No se trata de echar a los mercaderes del templo, sino de impedir que sigan abortando cualquier movimiento de progreso con ese control permanente que sólo busca la defensa de sus intereses económicos y para el que cuentan con fieles "sicarios" en la sombra o en algunas tribunas de prensa. Alguno de ellos servil y cínico ha hecho el ridículo intentando cargarse el acontecimiento de de Ávila. Y lo malo es que, siguiendo su consejo, también lo han hecho algunos más que le han escuchado. ¡Qué papelón el suyo!

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