Por Esteban Ortiz Mena
Diario Hoy, 2 de diciembre de 2009
Asesinos, retrógrados, violentos, masoquistas, perversos, putrefactos, arcaicos. Así es como califican los antitaurinos, entre los epítetos más decentes, a todo aquel que guste de la fiesta brava.
Rafael Lugo escribe que “a la postre, para la mayoría la idea obligada es amar a Dios sobre todas las cosas y odiar a quien piense diferente, porque se nota que el hombre ha entendido que prójimo solo es aquel que piensa igual, y el que no cree lo mismo es infiel, impío, hereje, perro sarnoso, humanoide descartable, cualquier cosa, pero prójimo jamás”.
Y eso es lo que tenemos que evitar. No entiendo de odios (seguramente los antitaurinos sí) y me opongo radicalmente a que se realicen manifestaciones violentas sólo por pensar distinto. La riqueza de la humanidad está en su diversidad, en la capacidad de contradicción que tenemos, en saber crecer; y no en oponerse ni en intentar cambiar de hábitos a quien piensa distinto.
No hay proporción comparable entre una convocatoria que reúne a más de 14 mil aficionados en una plaza de toros por día de corrida, frente a los 40 que gritan afuera.
Tampoco queremos convencer a nadie de que le gusten los toros, pero a desaparecerlos hay un abismo. El problema de la oposición a una práctica tradicional es que esta puede trasladarse a otras que forman parte de la identidad y afirmación cultural de un pueblo. En realidad no existe diferencia conceptual entre oponerse a la ópera que a una corrida de toros. Por eso es tan absurda una oposición al tema, sobre todo cuando es producto del desconocimiento y más aún cuando aporta tanto a una ciudad. Para muestra el festival benéfico que se realizará hoy, cuyos fondos serán destinados para realizar causas sociales en beneficio de la colectividad quiteña. ¡Ven la diferencia!
De la corrida de ayer poco. No fue una tarde afortunada, aunque siempre hay algo que rescatar, como por ejemplo la integridad de los pitones con la que se presentó. En fin, habrá mejores… por eso volvemos siempre a una plaza con la ilusión de mirar a la luna.
Diario Hoy, 2 de diciembre de 2009
Asesinos, retrógrados, violentos, masoquistas, perversos, putrefactos, arcaicos. Así es como califican los antitaurinos, entre los epítetos más decentes, a todo aquel que guste de la fiesta brava.
Rafael Lugo escribe que “a la postre, para la mayoría la idea obligada es amar a Dios sobre todas las cosas y odiar a quien piense diferente, porque se nota que el hombre ha entendido que prójimo solo es aquel que piensa igual, y el que no cree lo mismo es infiel, impío, hereje, perro sarnoso, humanoide descartable, cualquier cosa, pero prójimo jamás”.
Y eso es lo que tenemos que evitar. No entiendo de odios (seguramente los antitaurinos sí) y me opongo radicalmente a que se realicen manifestaciones violentas sólo por pensar distinto. La riqueza de la humanidad está en su diversidad, en la capacidad de contradicción que tenemos, en saber crecer; y no en oponerse ni en intentar cambiar de hábitos a quien piensa distinto.
No hay proporción comparable entre una convocatoria que reúne a más de 14 mil aficionados en una plaza de toros por día de corrida, frente a los 40 que gritan afuera.
Tampoco queremos convencer a nadie de que le gusten los toros, pero a desaparecerlos hay un abismo. El problema de la oposición a una práctica tradicional es que esta puede trasladarse a otras que forman parte de la identidad y afirmación cultural de un pueblo. En realidad no existe diferencia conceptual entre oponerse a la ópera que a una corrida de toros. Por eso es tan absurda una oposición al tema, sobre todo cuando es producto del desconocimiento y más aún cuando aporta tanto a una ciudad. Para muestra el festival benéfico que se realizará hoy, cuyos fondos serán destinados para realizar causas sociales en beneficio de la colectividad quiteña. ¡Ven la diferencia!
De la corrida de ayer poco. No fue una tarde afortunada, aunque siempre hay algo que rescatar, como por ejemplo la integridad de los pitones con la que se presentó. En fin, habrá mejores… por eso volvemos siempre a una plaza con la ilusión de mirar a la luna.
7 comentarios:
TAUROMAQUIA AL CODIGO PENAL, VAYA PALABRAS LLENAS DE HARTE,EL CALLEJON, EL BURLADERO, EL CHULO BANDERILLAS,QUE VERGUENZA REFERENDUM YA COJONES.
Los Antitaurinos tampoco entendemos de odio. Entendemos de empatía, de ponernos en el lugar de los animales, de entender su sufrimiento, entendemos que cuando un animal vomita sangre por tener los pulmones encharcados no lo debe estar pasando muy bien. Entendemos de compasión, de sensibilidad.
Y de números también, dado que según las encuestas, y si no salgan a la calle a preguntar, somos más del 75% de los españoles los que no entendemos cómo todavía sigue existiendo semejante anacronismo sanguinario, cuando el sentir general es el de proteger al medioambiente y a los animales.
Que tarea de imbeciles suelen ser los antitaurinos y que tarea de imbecilidades suelen escribir. Para muestar un boton.Que ridiculos.
Lo que siempre veo en todos los censores, España sufrió la censura, es la extrema ignorancia, se sensibilizan por un animal que en definitiva vive como rey y no corre ningún peligro de extinsión. Si estos individuos serían coherentes, deberían también pedir la prohibición del futbol, violencia en el "juego" y en los graderíos, deberían batallar por la prohibición de la Navidad, donde en la "Noche de Paz y Amor" regalan a los niños toda clase de armas, deberían pedir la censura de la lectura de la biblia que es una oda a la violencia. Y por último que sociedad es más violenta y guerresrista la gringa donde nunca hubo TOROS o la española donde nació el bello ARTE. Señores lean libros, la ignorancia tiene al mundo como lo tiene. Gonzalo Villalba
ya mismo, censores al código penal!!!
Ya veo, debatir y exponer razones no es lo vuestro, pero de insultar, sabéis un rato.
Hey tú, censora, dueña de la verdad, tú, sí tú la que estás leyendo, tú al código penal ya mismo.
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