miércoles, 9 de enero de 2008

La música callada del toreo (y II)/ Jose Bergamin


II


En su Tauromaquia o Principios fundamentales del toreo, pide Pepe Hillo a los espectadores de la corrida que guarden silencio para no distraer al toro ni al torero, entorpeciendo la ejecución de las suertes. Suponemos que ese silencio que pedía Pepe Hillo no debió de guardarse enteramente nunca. Pero sí sabemos que el ruido de voces y griterío, que interrumpe constantemente el espectáculo taurino, no era tanto, ni muchísimo menos, antes como ahora.


Más de medio siglo llevo viendo corridas de toros y recuerdo mejor ahora es que la intervención de los espectadores con improperios y denuestos si no les gustaba lo que veían o con oles y palmas si les entusiasmaba, era mucho más oportuna y adecuada su causa.
Otra cosa que también recuerdo es que nunca en las plazas principales –en Madrid, jamás- pedía y obtenía el público que se acompañase la faena de muleta con música. Los alegres o tristes sones de los pasodobles toreros acompañaban únicamente el paseíllo o los intermedios y el arrastre del toro por las mulillas.

Y es que el espectáculo del toreo tienen su música propia, su música callada, su música para los ojos. Los que mejor han comprendido esto han sido los toreros gitanos. Recuerdo a los Gallo, a Gitanillo, a Cagancho… Porque el ritmo de su toreo personalísimo tolera menos cualquier otro ritmo musical que lo desvíe o el ruido que lo distraiga. Claro es que cuando el torero, sin ser gitano, llega a esa profundidad y transparencia al hacer y al decir el toreo con tan puro estilo, tiene, como el gitano, esa sensibilidad extremada que le exige su arte. Me basta recordar a Antonio Fuentes y a Juan Belmonte.

Dos veces he visto torear en la pequeña plaza de Vista Alegre de Carabanchel –antes pueblerina, ahora la verdaderamente madrileña frente a la desproporcionada y de tan feísima arquitectura de la de Ventas- al que es, para mi gusto, extraordinario torero gitanísimo Rafael de Paula. En las dos le he visto hacer y decir el toreo admirablemente, con una finura y profundidad de estilo incomparables. En las dos tardes pidió el torero que no toase la banda de música mientras él toreaba. Recuerdo que en aquella primera tarde en que le vi torear tan bien que aún perdura en mi memoria la imagen vivísima de su faena de muleta, creo que a su segundo toro, fue la melancólica tarde otoñal en que se despidió del toreo en los ruedos para siempre Antonio Bienvenida; quien hizo el paseíllo con el capotillo negro de José sobre el granate y oro de su traje luminosísimo. Le llamé por teléfono aquella noche para felicitarle por su retirada, y apenas me dejó hablar, interrumpiéndome para decirme con entusiasmo: “¿Has viso qué faena la del gitano?”. Vi aquélla y he visto éstas de la otra tarde en Vista Alegre. Y aún diré que las sigo viendo, porque las sigo oyendo, que es verlas por mirarlas en esa música callada e imborrable que es el toreo mismo. El “ahí queda eso” del toreo, como del baile y cante flamencos, gitanos o no, cuando alcanza por los ojos para los oídos, y viceversa, a quedarse quietos, extasiados, inmortalizados en su efímera aparición imperecedera. Pienso en la guitarra de Diego del Gastor, y tantos otros; en la voz de Pasotra y Manuel Torre, y tantos más; en el baile de la Borrul, la Durán, Escudero, la Mercé, la Imperio… etc., etc. “Ahí quedó eso” ¿Pues en dónde quedó sino en nuestro recuerdo vivo, que es personal e intransferible? Todo lo demás fue ruido.

Yo diría que el sentimiento del toreo (sin el cual el toreo no es nada, ni para el que lo hace ni para el que lo ve; cosa que tan bien supieron y dijeron Rafael el Gallo, Joselito y Belmonte) sin ese sentimiento que decimos, sobre el que toda explicación es vana, como lo es para todo arte vivo o creador (poético en definitiva), no veríamos en el toreo esa callada música, que es su alma propia, su definición y su estilo. Por eso otras veces encontrábamos en los grandes toreros que vimos adecuada comparación con grandes poetas y nombrábamos a Rafael el Gallo y a José y a Belmonte, poniéndoles al lado, para compararlos, a Góngora, a Lope, a Calderón o Quevedo o Cervantes. Y llamábamos a Rafael el Gallo, Góngora del toreo; y a Joselito, Lope; y a Juan Belmonte, Caldrón o Quevedo y hasta Cervantes. También, y para entenderlos mejor (o sea, sentir su toreo mejor), solíamos decir que, en la mayoría de los casos, Joselito toreaba en verso, o que su maravilloso toreo era lírico, o que su maravilloso toreo era lírico; y que Belmonte toreaba era lírico; y que Belmonte toreaba en prosa (siempre poesía) y, por eso, dramático.
Todo esto diréis que son figuraciones mías, imaginaciones irreales. Pues ¿qué hay en el toreo, cuando es arte, que no lo sea? En el mundo imaginario, irreal, ilusorio, del toreo, como en el de todo arte vivo, creador (poético); como en el baile y el cante que también lo son. Si esto no fuera así, el arte y juego y fiesta del toreo no sería más que una bárbara y ritual matanza: como para muchos, muchísimos que quieren entender o comprender sin sentirlo, lo es. Y algunos se complacen con ello como si lo fuera.

Esta callada música del toreo puede, a veces, tener apoyo y estímulo en los oles y las palmas. Y así lo veíamos en el gitano Rafael de Paula que se apoyaba y se crecía en su toreo finísimo y profundo al oír el palmoteo de los suyos, que no era de otra música que le estorbase, sino de la de su toreo mismo, a tono con él. “Música es cuanto hace consonancia”, nos dijo Calderón. La callada música de su torear consonaba con aquellas palmas, afianzándose mas con ellas.
No vimos, ¡ay!, torear a Curro Romero en esta feria sevillana (“yo no lo vi, pero me lo figuro”). Me figuro que allí quedó también para siempre, para quienes lo vieron, la música callada de su toreo admirabilísimo. Esa música que “en el aire se aposenta”, como diría Lope. Y en la luz.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Si las corridas de toros son un arte,el sicariato es un deporte

Alexandra Velasco dijo...

El blog "Somos Ecuador" me parece muy hipócrita He enviado algunos comentarios y no los publican. Cómo quieren presentar una vision global de la realidad si escogen ellos mismos los comentarios sobre sus textos?

Me preocupa sobre todo la imágen del Che utilizada en aquel blog, usada con el próposito de manipular la información.

El adminstrador del blog, pretende que el Che era un aficionado y que se "quedó prendido con las corridas".

De la posición del Che sobre las corridas de Toros no se sabe NADA y es mejor no avanzar conclusiones sobre el hecho de que él haya sido un aficionado o partidario de las corridas. Unas cuantas fotos de él en una plaza de toros no significan nada sobre sus pensamientos.

Talvez las corridas eran algo que simplemente le causaban curiosidad ya que esta actividad fue prohibida en Argentina y en Cuba hace muchos años.

Les recomiendo leer este artículo sobre el tema en :

http://www.opinionytoros.com/opinionytoros.php?Id=2392&Colab=15


Para los aficionados taurinos:

Porfavor, accepten las críticas por parte de los ecologistas y de los animalistas, sin tratarnos de "intolerantes". El Diálogo y la Confrontación de Ideas es un proceso DEMOCRATICO POR EXCELENCIA.....

Anónimo dijo...

Tomando las palabras de una Figura del Toreo

"La satisfacción no te la da el hecho de matar a un animal. La gente a veces opina sin saber. La caza es necesaria para mantener el ecosistema de cualquier finca y cualquier lugar, sirve para regular los animales. La similitud que tiene con el toro es que gracias a la caza existen muchas especies, de la misma forma que gracias al toreo existe el toro. De no ser por la caza y los cazadores, los animales no se cuidarían de esa manera en su hábitat. Los propietarios de las fincas cuidan a los animales para la caza, igual que los ganaderos crían al toro para que se lidien en las corridas."

Saludos

K-OZ dijo...

como dijo miguel hernández
a quien tanto ahora aman los
devotos de la poesía y del arte de
la muerte:

temprano levantó la muerte el vuelo
temoprano madrugó la madrugada
temprano esta rodando por suelo
no perdono a la muerte enamorada
no perdono a la vida desatenta
no perdono a la tierra y a la nada...

saludos cultores de la muerte
quienes van a morir en vuestro arte os saludan reverentes
el coliseo romano se traslada
a Quito en cada fiesta de muerte y de juerga

Alexandra Velasco dijo...

Galoryt, sé que la caza no es la mejor manera de mantener un ecosistema que en la actualidad está constantemente menazado por la expansión de las ciudades y la expansión de la especie humana. Este argumento sería posible considerarlo en otro contexto en el que humanidad y naturaleza aún estuvieran equilibradas, cómo en el pasado. Sabemos muy bien que este no es el caso hoy en día, los ecosistemas son demasiado frágiles cómo para darse el lujo de cazar. Por otra parte el toro de lidia actual resulta ser cómo un mutante de la experimentación humana, no es en ningun caso el "toro bravo" original, a este ya se lo ha perdido. Además me parece absurdo condenar a un animal a la tortura durante siglos con la excusa de que se lo está cuidando y conservando.

EL BUHO ANDINO dijo...

Cuánto lirismo del autor
para justificar una masacre
osea que los toreros
ahora son artistas musicos pintores
y poetas
ademas de guerrilleros ecologistas
obispos y santos
eso sin contar que cuando
van a la fiesta brava
son tambien andaluces
sevillanos y cow boys
qué falta de identida
la bandera del Ecuador no puede cobijar
a un toro asesinadoo es que
abdón calderón también
murió como manolete
corneado en el coso del Pichincha...

Anónimo dijo...

Estimado Buho Andino:

Con todo el respeto que merece su forma de pensar, permitame discrepar absolutamente en su comentario. No estoy de acuerdo en la totalidad de su contenido pero puntualmente el la parte que las corridas de toros nos quitan la identidad de ecuatorianos, quisiera dejar en usted el siguiente pensamiento: La gran mayoría de ecuatorianos somos resultado de la fusión de dos culturas, este mestizaje ha creado una cultura muy colorida y llena de detalles de la que todos debemos sentirnos orgullosos.
Parte de esta riqueza cultural es la fiesta brava que se ha venido arraigando en el corazón de la gran afición ecuatoriana con el paso de los siglos.
Por lo tanto falta de identidad sería el negar el maravilloso resultado que produjo mezcla de la cultura española con la indígena.

Atentamente;

Pancho.

Anónimo dijo...

Sr. Pancho discrepo totalmente con su visión, la cultura dominatne de un país, así como la imposición de un estado, corresponden con relaciones de producción y de dominación. El mestizaje del que usted habla en nuestra ciudad es un asunto de disidencia y opresión, en la configuración de una sociedad no se suman y acuerdan las dos partes (el contrato social es un absurdo) así que las imposiciones ideológicas son el resultado de las imposiciones económicas. Mas claro, las corridas de toros son un acto ostentado desde el poder, un acto de imposición cultural que elimina al resto de culturas que originariamente abitaron en esta ciudad.
No es azaroso entonces que esta práctica especista, tenga matices racistas y sexistas en su interior, por ejemplo yo he visto la forma absurda que tienen de rechazar a las ideas opuestas en este blog, nos tratan de incivilizados, idiotas e incultos a quienes no compartimos a esta sádica cultura. Esa es la forma en que reivindican sus prácticas culturales imponiendose, porque si no lo razonan un poco se darán cuenta cuan enajenados son.

Jonathan Melo

Anónimo dijo...

Estimado Jonathan Melo:

Manteniendome en la misma linea de absoluto respeto a la opinón de otras personas, que espero se refleje en mis palabras, permitame decirle que su comentario está lleno de subjetividad.
Mi comentario al que agradesco que se haya tomado el tiempo para leerlo y contestarlo, no se refiere al inicio o en los términos que se produjo la conquista, si no, que indepentdientemente de que nos guste o no el mestizaje que nació de ella, hay que aceptarlo y no se puede decir que personas que disfrutamos, amamos y defendemos parte indiscutible de nuestra cultura como es la Fiesta Brava carecemos de identidad.
Tenemos que hubicarnos en nuestra realidad histarica para saber de donde venimos y lo que realmente somos.
Para terminar no comparto ningún tipo de falta de respeto en contra de personas que están ejeciendo su derecho a opinar, comparta o no su criterio.

Atentamente;

Pancho

Anónimo dijo...

Pues mi estimado Pancho, felicito su generoso comentario, y subjetivo como soy, pues considero que ningún texto en la vida, ni ningun acto debe ser realizado sin apasionamiento, discrepo una ves más con sus ideas y deje contarle porque:
Yo no niego de ninguna manera el mestizaje cultura, después de todo el idioma que juntos utilizamos es el español, y creo que en America Latina lo enriquecemos constantemente.
Lo que considero impuesto son las prácticas simbólicas que se ejercen sobre un patrimonio colectivo, por ejemplo se festeja la conquista y a un ex puerquero analfeta como Sebastian de Benalcazar el 6 de diciembre en una ciudad profudamente andina, esta celebración como usted sabrá es promovida desde las élites de la ciudad con ritos foraneos como las corridas de toros, existe entonces una representación del dominio de una cultura sobre otra, de la cultura del egoismo (y lo digo desde el materialismo histórico) sobre la cultura de la compartir y de la naturaleza(Mariategui por ejemplo trabaja este tema).
Debe ser que nuestras discrepancias son cuestión de catedra, yo tengo una formación materialista y al parecer usted tiene una formación idelista, pues niega en un solo renglón los miles de muertos en la conquista.
Pues me encuentro muy ubicado en la realidad histórica del país y por eso reclamo justicia para los animales, y el recuerdo constante de que éramos diferentes.
Y para mostrarle lo enterados que estamos los animalistas sobre la historia del continente y de la nación le cuento dos hechos.
El primero es que según el texto Fernando Jurado Noboa, Quito una ciudad de casta taurina, el primer prácticante de las corridas de toros en el continente fue Gonzalo Pizarro, aquel genocida que exterminó a las poblaciones aborigenes de lo que actualmente es el Perú, no existe ninguna diferencia entre ejercer violencia a un animal y ejercer violencia a una población.
Y en segundo lugar, las corridas de toros oficialmente reconocidas en nuestra ciudad provienen de la decáda de los 60's, mucho antes era un acto ni siquiera legislado.
Mi pregunta es si es que somos mestizos como usted considera, cuanto sabemos sobre nuestras poblaciones ancestrales, en lo personal creo que lo nuestro mínimo aporte es recrear lo que ellos consideraban estas tierras.
Soy mas de aquí que de allá y por eso creo en la manera coléctiva de vivir, en el respeto por los seres vivos y en la eliminación de las prácticas que martiricen a cualquier ser vivo.
La cultura es una resta además de una suma, uno tiene que pensar de que lado está y en que lado esta, soy latinoamericano y mi historia está cubierta de luchas y opresión, la liberación es para todos, y por eso creo en la liberación animal


Jonathan Melo