domingo, 6 de diciembre de 2009

Las caricias de Julián López y una gran tarde de toros/ Esteban Ortiz Mena



Diario Hoy, 7 de diciembre de 2009

Esteban Ortiz Mena

Sentí que mi pie izquierdo marcaba el ritmo en el cemento de la plaza mientras veía la faena que hacía El Juli al último toro. No era por el compás de la música, que me imagino sonaba, sino descubrí que mi cuerpo obedecía al ritmo de las embestidas del toro de Triana y frente al recital de Julián López El Juli.

Todavía me retumba en la cabeza los gritos de los aficionados ante la faena perfecta que creó al sexto. ¿Quién puede hacer de acariciar un arte? Sin duda, El Juli que entendió a la perfección a un toro de extraordinaria calidad y mucho fondo. Y lo indultó. Fue una faena que llevaba la música incorporada en ella. El torero marcaba los tiempos y el toro embestía con mucho son sintiendo las caricias de la muleta y entregándose por completo al inteligente planteamiento del toreo de Julián.

Ahora que escribo y lo vuelvo a vivir, descubro que mi pie se sigue moviendo al ritmo de esa faena, como un reconocimiento profundo a la bravura y al gran poder de un gran torero.

Si bien nos acordamos de esa faena, hay que destacar el toro de Mirafuente que le correspondió a Guillermo Albán que hizo, seguramente, una de sus faenas más importantes. La actitud, y un gran toro, fueron la clave para ver a un torero entregado cortar una oreja. Lamentablemente, con la espada en el lomo, el toro lo arrolló y le fracturó la muñeca.

Joselito Adame puso la emoción. Y cuando hay emoción, eso contagia al público que va a la plaza a disfrutar del espectáculo. Cortó una oreja que fue premio a la voluntad y el reconocimiento por su forma de matar. El Presidente estuvo acertado, como en toda la Feria, al no conceder la oreja en su segundo, dando así una clamorosa vuelta al ruedo. En definitiva, una gran tarde de toros, poniendo así broche de oro a una Feria que mantiene intacto el sello de la mejor Feria de América.

Cuando las cosas salen bien no existe trabajo, ni esfuerzo, ni culpa, ni problemas, ni pleitos, ni siquiera errores que nos obnubilen. Nos entregamos por completo a un espectáculo maravilloso que lo único que nos produce son sensaciones de emoción.

2 comentarios:

K-OZ dijo...

viva kitu milenario!
españoletes criollos

Anónimo dijo...

Ja ja ja... Las palabras de la impotencia!!!!... Este tal K-OZ, les aseguro que es una "persona", que si la fiesta hubiera sido inventada por los gringos, seguro sería el primero en importarla. Así de alacranosos son estos pseudo anti españolistas antitaurinos... Seguro que tiene apellido de origen español y es mestizo como todos a quienes nos gusta la fiesta en Ecuador. Shhhhhhhhhhh acomplejado!