...En la plaza de toros roja como un clavel
se repetía en silencio y fuerza el rito,
y luego la gota corría boca abajo
hacia los manantiales de la sangre,
y así fue y así fue la ceremonia,
el hombre pálido, la sombra arrolladora
de la bestia y el fuego
entre la muerte y la vida bajo el día sangriento.
Pablo Neruda
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