domingo, 27 de noviembre de 2011

El orgullo de sentirse taurino/ Paco Aguado

Sobre la primera de Feria

Paco Aguado
http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/el-orgullo-de-sentirse-taurinos-517244.html

En mitad del lamento por la mutilación sin sentido del rito, a pesar de la afrenta de tener que celebrar las primeras corridas de su historia sin muerte del toro en el ruedo, la peculiar Feria de Jesús del Gran Poder del 2011 se abrió ayer con algunas buenas noticias.

Una de ellas ya la comenta el compañero De Labra en la página anexa: el indulto de un toro de Huagrahuasi, que no cayó apuntillado siniestra e injustamente en la oscuridad de un chiquero, como sus otros cinco hermanos, sino que, por su bravura, se ganó el privilegio de haber vuelto al campo para que transmitiera su condición a los astados que sostendrán la fiesta del futuro en el Ecuador.

Pero, con ser importante la noticia del indulto, también lo fue, en otra dimensión del análisis -la sociológica o, si quieren, la política-, que la Monumental de Iñaquito llenó sus tendidos con más de 14 mil espectadores. Es difícil que, salvo el fútbol y en encuentros muy señalados, haya otro evento en la ciudad de Quito que congregue una multitud similar.

Porque el de los toros, como se demuestra cada año, en cada feria, en cada corrida, no es un espectáculo de minorías en la capital del Ecuador. Las corridas son, por historia, por costumbre y por convicción, más allá del gusto o de las leyes de sus gobernantes, uno de los actos centrales de las fiestas quiteñas. Y por mucho que se quiera ocultar, por mucho que entre algunos aficionados se palpe un latente temor a posibles represalias por manifestarse a favor de las corridas o en ciertas empresas por auspiciarlas y promocionarlas, la realidad seguirá siendo más tozuda que los caprichos.

El lleno de ayer en los tendidos de Iñaquito ha sido, para empezar, la mejor respuesta a quienes quieren imponer sus gustos y su moral a la totalidad de la ciudadanía, a los que quieren coartar la libertad y los derechos de quienes no piensan igual.

Ante tantos ataques indiscriminados, ante tantos insultos, ante la persecución y las coaccciones, los aficionados deben manifestar, ahora más que nunca, su orgullo de ser taurinos, de saber disfrutar del mismo espectáculo que apasionó a Picasso, a García Lorca, a Orson Welles, a Dalí, a Hemingway, a Goya, a Miguel Hernández..., y que hace que sigamos viendo por los tendidos a Fernando Botero, a Oswaldo Viteri, a Joaquín Sabina, a Miquel Barceló, a Andrés Calamaro, a Miguel Bosé....

Sí, es ese mismo espectáculo que acaba de ser declarado patrimonio cultural de la República de Francia, la culta Francia, cuna de los derechos humanos y de la Ilustración. El mismo que el saliente Gobierno socialista de España traspasó este año al Ministerio de Cultura. El mismo rito que, como viene siendo costumbre hace más de una década, hace que se premie a los toreros, como el caso más reciente de Joselito, con la Medalla de Oro de las Bellas Artes.

No, nunca debemos avergonzarnos de ser aficionados a los toros, a un espectáculo con siglos de historia y cultura a sus espaldas, a una fiesta que ya no es española sino de los pueblos que la siguen celebrando.

1 comentario:

diego dijo...

Recuerda que clase de españoles conquistaron y dominaron lo que ahora es America, las corridas de toros no son algo de nuestros ansestros no es justo ni primordial celebrarlo, y para colmo ponen el nombre de Jesus del Gran Poder, por que no en vez de esa tradicion española no sacas o creas un blog sobre la fiesta del Intiraimi¡? la tortura es cultura? que nos diferencia de los animales? la inteligencia y ellos matan solo por comer no por diversion o "cultura" o "tradicion" piensalo