domingo, 31 de enero de 2010

Novillero tricolor torea en Colombia/ Esteban Ortiz


Esteban Ortiz Mena
Diario Hoy, 31 de enero de 2009

El novillero ecuatoriano Carlos Lárraga se abre paso en tierras colombianas, luego de sus triunfos en plazas locales, lo que le valió el trofeo Capote de Brega que entrega El Albero Peña Taurina al mejor novillero ecuatoriano sin picadores de la temporada 2009, fue contratado para actuar en algunas plazas.

El pasado 10 de enero, toreó en la ciudad colombiana de Popayán en la novillada nocturna que celebró la capital del Departamento del Cauca por sus festividades, alternó con los novilleros locales Andrés Valencia y Guillermo Valencia. Según las crónicas, Lárraga demostró sus buenas maneras, aunque falló con la espada, que le privó de un reconocimiento mayor.

También, en la Plaza de Toros de Manta (Colombia), el 12 de enero toreó con Cristian Castiblanco y Noel Pardo, cortando una oreja luego de una meritoria actuación. Durante la lidia del festejo, resultó volteado, produciéndole lesiones en el rostro, sin mayores consecuencias.

Por sus buenas actuaciones, Lárraga toreará el próximo 21 de marzo en la localidad de Choachi, con lo que cerrará sus actuaciones en tierras colombianas.

martes, 26 de enero de 2010

Respeto/ Francis Wolff


Por Francis Wolff

Un día, un periodista me preguntó si la corrida era de derechas o de izquierdas. Había motivos para dudar: en Francia hay tantos aficionados de izquierdas como de derechas. Y la defensa de la tauromaquia es el único punto común político entre los cincuenta municipios que se han movilizado para que la UNESCO reconozca la Fiesta como patrimonio inmaterial de la humanidad.
Yo respondí: «No más que la ópera, el flamenco, o el ciclismo, los toros no son de derechas o de izquierdas. Sin embargo, hay partidos ecologistas que deberían reconocer en la Fiesta sus propios valores. Por desgracia, estos partidos suelen estar teñidos de una ideología animalista muy poco ecológica, y llenos de militantes que ignoran la realidad de la vida del toro en el campo y de su muerte en el ruedo».

Ecosistema único
Los defensores de la corrida sí dirigen un combate ecologista. Primero, defienden una de las últimas formas de ganadería extensiva que existen en Europa, por la que cada animal dispone de entre una y tres hectáreas de territorio. Acabad con la corrida, y muchas de esas tierras hoy reservadas al toro de lidia se destinarán a una agricultura intensiva o industrial. Defienden un ecosistema único, la dehesa, que es una verdadera reserva de fauna y flora a imagen de los grandes parques naturales protegidos. También defienden la biodiversidad. El toro bravo constituye una variedad única de toro salvaje preservada gracias a las grandes ganaderías, y que quedaría condenada al matadero si se acabara con la Fiesta. Es un caso único de ganadería que respeta casi todas las exigencias de la vida salvaje del animal (territorio, alimentación, etc.) precisamente porque es necesario, en vista del futuro combate, preservar su instinto natural de agresividad y de desconfianza hacia todo intruso, en particular el hombre. El toro de combate es el único animal doméstico que para satisfacer las finalidades humanas para las que ha sido criado necesita que no se le domestique. Ha de ser criado lo más «naturalmente» posible – pues de no ser así, su combate en la arena sería imposible y la corrida perdería su sentido-.

Condena del animal
¿Existe espectáculo o arte más ecológico que la Fiesta? Seguramente no. Pero resulta que muchos ecologistas «olvidan» sus valores para adoptar valores animalistas opuestos. Defender la biodiversidad, el equilibrio de las especies y de los ecosistemas no tiene nada que ver con el hecho de ocuparse del destino individual de tal animal. No se puede salvar la especie «leopardo» y preocuparse del sino individual de las gacelas. Hay que elegir. Para salvar el toro de lidia como especie, hay que sacrificar algunos ejemplares destinados a la arena más que al matadero. Resulta paradójico que para salvar a unos ejemplares haya que condenar toda la especie, tornada inútil, al matadero. Pero ¿no podemos compadecernos de la suerte de los animales? Por supuesto. Debemos devolver a nuestros perros y gatos el afecto que nos profesan; una especie de contrato moral afectivo nos une a estos animales de compañía, y claro que resulta cruel pegar a su perro o inmoral abandonarle en el área de servicio de una autopista. Con los animales domésticos, tenemos otro tipo de contrato moral: nos dan lana, cuero o carne, a cambio de nuestra protección, una alimentación adaptada y condiciones de vida decentes. Resulta cruel criarles masivamente y reducirles a máquinas de carne. ¿Y con los toros bravos? Otro tipo de contrato nos une a ellos: respetar su bravura mientras viven y hasta en la muerte. Por tanto, es moral criarlos de acuerdo a su naturaleza brava (libre, insumisa y rebelde) y sacrificarlos en un combate que les da sentido, importancia, gravedad; un cara a cara que respeta su naturaleza brava, y durante el cual el hombre arriesga su propia vida a la altura del respeto que éste tiene por la vida de su adversario. ¿No es eso más moral que la contención forzada y el sórdido silencio de un matadero?
Que no guste la corrida por una cuestión de sensibilidad personal, es comprensible: todas las sensibilidades son respetables. A quienes lo ignoran todo sobre la corrida, las condiciones de vida o de muerte del toro, la ética del combate y su estética, a todos los que se imaginan un espectáculo cruel y sanguinario, sólo hay que aconsejarles que visiten algunas ganaderías o asistan a algunas tardes heroicas y grandiosas. Verán la comunión espiritual que rodea a este espectáculo desgarrador y sublime. Y si prefieren mantenerse alejados de los toros y conservar sus prejuicios, son libres, a condición de que su ignorancia no les haga intolerantes con quienes no piensan ni sienten como ellos. Pero que algunos se atrevan a calificar de «tortura» el peligroso enfrentamiento del ruedo, donde el hombre arriesga su vida en cada instante, eso es una cuestión de mala fe. Es un insulto a todos los torturados de la tierra. Es querer invertir el sentido de las palabras: torturar es, sin correr ningún peligro, hacer sufrir a un adversario al que se ha dejado indefenso, mientras que lidiar un toro, consiste en que el animal pueda en todo momento atacar libremente a su oponente al que puede herir en cada instante, un animal cuya bravura y peligro se acrecientan según transcurre el combate.
Si fuera un buey, no dejaría de huir (y eso sí sería tortura) y entonces no habría corrida; si el toro fuera realmente torturado, huiría en lugar de redoblar esfuerzos y seguir luchando. Hablar de tortura para referirse a la corrida es atacar a todas esas actividades, sin embargo bien pacíficas, que implican la muerte de un animal, como la pesca con caña. ¿Se puede llamar torturadores a esos pescadores domingueros? ¡Los aficionados no disfrutan con las heridas del animal! Admiran la inteligencia del hombre, la bravura del animal, el valor de los combatientes, la transformación de una fuerza bruta en obra humana.
Los autoproclamados defensores de los animales, que se arrogan el monopolio de la moral y de los buenos sentimientos, como si nosotros, los aficionados, fuéramos insensibles e inmorales, todos esos animalistas, se compadecen quizá de los sufrimientos de algunos, pero ¿quieren de verdad a los animales por lo que son, lo que hacen y lo que encarnan? ¿Aceptan la animalidad en toda su diversidad o lo que quieren es reducirla al fantasma de amables animalillos de dibujos animados de Walt Disney? Quien ama a los toros sabe que para ellos el peor de los males es el estrés que conlleva el confinamiento más que el «dolor», anestesiado por el combate y transformado en combatividad: el soldado –¡o el torero!– olvida sus heridas en el ardor de la batalla, son absorbidas por la acción y transformadas en actos.
Sinceridad
Seamos generosos y supongamos que todo el mundo es sincero, tanto los aficionados como los antitaurinos. Admitamos que todos aman al toro y quieren defenderlo. Unos ven en él un héroe que lucha, los otros una víctima a la que se mata. Pero eso sería imposible, tanto para unos como para otros, sin una dosis de identificación. Tratemos entonces de responder con franqueza. ¿Qué preferiríamos si nos tuviéramos que poner «en el lugar» del animal? ¿Una vida de buey de campo encadenado que se acaba pasivamente en el matadero o una vida de toro en libertad que se prolonga en veinte minutos de combate valiente? Quizá algunos duden… Si dudáis, no denigréis a quienes prefieren la vida y la lucha del toro bravo, a quienes piensan que su suerte es una de las más envidiables de todas las especies animales que el hombre se ha apropiado para satisfacer sus fines y que pueblan su imaginación. No sentenciéis a muerte la corrida ni los toros de combate, respetad a quienes los aman.



*Catedrático de Filosofía de la Universidad de París

Amo a los animales... pero odio a mis semejantes/ Christian Franco



Por Christian Franco

Espero que con este tipo de noticias, poco a poco, se descubra el talante de este nuevo tipo de Facismo Animalista. Me encantaría recordarles, el sin fin de "atentados" que han realizado recientemente, como la amenaza de bomba en la Plaza de Manizales, el intento de robo del cadaver del Maestro Julio Robles en un cementerio en Salamanca, la agresión a aficionados franceses en las inmediaciones de la Plaza Quito, agresión a la Polica montada a las afueras de la Plaza Quito, hiriendo a los CABALLOS DE LA POLICIA, si señores a los CABALLOS DE LA POLICIA, les cortaron las patas al lanzarles una valla de metal, en su supuesta reinvidicación en favor de los animales. La agresión a la cuadrilla de José Tomas en Barcelona, y que decir de las inumerables agresiones verbales, y hasta "amenazas de muerte" que sufrimos los taurinos cuando por mala suerte se nos cruza uno de estos "enajenados" sea en vivo o por internet... Y podría seguir con la lista de muestra de intolerancia de estos "energumenos" que solo esconden su intolerancia y su facismo contra la humanidad tras de una hipócrita "lucha por la defensa de los animales".

Yo no quiero generar nunca polémica con la gente que no comparte ni respeta mi afición, pues ello queda para el fuero interno de cada persona. Solo quiero demostrar con hechos la escalada demencial que esta tomando la famosa lucha antitaurina, donde se han perdido las proporciones totalmente, volviendonos nosotros los taurinos foco de toda esta intoleracia.

Nosotros por nuestro lado, como siempre, silencio y tolerancia, nunca buscamos la confrontación, y si lo hemos hecho lo hacemos siempre desde el díalogo y el respeto. Pero del otro lado, qué hemos recibido siempre: el grito alevoso y destemplado de "Asesino", o "hazle eso a tu mascota"... Sí, son defensores de los animales pero dicen, HAZLE ESO A TU MASCOTA. Yo por mi lado, no voy a parar de denunciar estos actos de intolerancia, que se dan ahora en estas sociedades supuestamente plurales, tolerantes y democráticas. Por que eso es lo que percibimos nosotros, se ama a los animales desde el odio a los semejantes. Es una lastima, es un verdadero retroceso social. Además si la Fiesta de los Toros se debe acabar algún día, deberá ser por que los usos, costumbre y "conciencia" de la gente realmente hayan cambiado. Y para regocijo de muchos, aquello llegara muy pronto, primero por que estas amenazas de este FACISMO ANIMALISTA crecen, y segundo por que de forma maniquea se intenta poner a la Fiesta de los Toros dentro de la "gran bolsa" de los problemas ambientales; cuando el mundo hasta ahora no asiste a una actividad más ecológica y sustentable que la de la cria de ganado bravo.

Acá solo les dejo dos noticias, para que reflexionen sobre aquellos que alguna vez se atrevieron a pensar que nosotros los taurinos, eramos los intolerantes.


Christian E. Franco T.








"JAVIER ZUBIZARRETA LEJARDI ERA EL NÚMERO 19 EN LAS LISTAS DE PACMA AL PARLAMENTO VASCO EN 2005"



Uno de los detenidos en la operación contra ETA, miembro de Partido Antitaurino PACMA Uno de los presuntos miembros de ETA detenidos la pasada noche por la Ertzaintza en el País Vasco integró en el año 2005 la lista del partido ‘antitaurino' PACMA (Partido Antitaurino contra el Maltrato Animal). Javier Zubizarreta Lejardi, de 40 años, era el número 19 de la candidatura que se presentó al Parlamento Vasco en las elecciones autonómicas de 2005. Lejardi , arrestado en Mutriku (Guipuzcoa), formaría parte de un comando compuesto por otros cuatro presuntos terroristas, que participó en sendos ataques a un repetidor, en el ataque que sufrió la Comisaría de la Ertzaintza en Ondarroa el 21 de Septiembre de 2008 y de un atentado con explosivos contra a las obras de construcción del tren de alta velocidad que conectará el País Vasco con Madrid. Incluso, el Consejero de Interior del Gobierno Vasco, Rodolfo Ares, no descarta que estuvieran detrás del atentado con coche bomba perpetrado en la localidad cántabra de Santoña que le costó la vida al militar Luis Conde de la Cruz y que hirió a otras ocho personas. Según la policía, el que fuera miembro del Partido Antitaurino contra el Maltrato animal se encargaba de las labores de colaboración necesarias para perpetrar los atentados de esta organización terrorista. Esta conexión directa entre el terrorismo y la militancia antitaurina, hila con la reciente inclusión de la lista de grupos terroristas de la organización PETA , por parte del gobierno de Barack Obama que cada año se manifiesta en Pamplona en los días previos a los encierros de San Fermín.En esas elecciones de 2005, la Coalición Los Verdes y Animalistas (BERDEAK - PACMA) consiguió sumar 1.865 votos, siendo la cuarta última fuerza política, por delante de Aralar, Partido Obrero Socialista Internaciolista y Unidad Alavesa.










"La organización antitaurina PETA, en la lista de grupos terroristas de EEUU Manifestación de PETA contra las corridas"


La agrupación ‘ecologista' y antitaurina PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) ha sido incluida en la lista de grupos terroristas por parte del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, que ha enviado a los agricultores una circular para que informen al Gobierno en caso de que sufran algún tipo de ataque o de amenaza. Formación de ideología ‘antitaurina', suele manifestarse todos los años en los días previos de San Fermín por las calles del encierro para pedir el fin de los mismos y de las corridas de toros además de participar en manifestaciones contra la Fiesta. Los ‘amenazados' por PETA en EEUU deberán indicar que ataques han sufrido en los últimos años. Además de incluir la opción del terrorismo internacional, aparecen otras opciones clasificadas como ‘ataques de grupos nacionales con intereses terroristas'.En la lista, el gobierno de Barack Obama compara a PETA con otras organizaciones como el Frente de Liberación de la Tierra (ELF) o el Frente de Liberación de los Animales (ALF), que han sido investigadas y perseguidas por el FBI.

Morante de la Puebla. Un genio herido/ Alvaro Acevedo


Por Álvaro Acevedo
6 Toros 6, No. 794
Términos tan genéricos y erosionados por el uso como el "arte" y el "valor" quizá sean insuficinetes para explicarlo, pero la verdad es que en ellos se resume todo: un arte excepcional, nacido del toreo más clásico porque los engaños se deslizan bajos y lentos, y porque la embestico, con capote y muleta, es toreada desde el inicio, enganchada, traída, para fundirse con el cuerpo en el momenot único y mágico del embroque, y conducida tras la cadera, en redondo, para liberarla lo preciso, sin que el toro acabe de perder el hilo de la muleta y no se interrumpa la ligazón.
¿Y el sentimiento? Surge tan natural y apasionado que sólo es posible en quien nace torero. No hay forma de contralo, no soporta comparacio´n alguna y chiriarría en el aventurero que pretende su imitacióin. No es sólo torear con las muñecas y las yemas d elos dedos, con la cintura y el pecho, porque así lo hacen varios toreros, cada uno a su estilo, y de maravilla. Hablámos de otra coas; de un compñas en el que hasta las pestañas tienen algo que decir. Pero -un momento- el cuerpo aparece natural. No se crispa. Quizá porque cada suerte sea una prolngación del alma y todo brota por su propio ser.
¿Y la imaginación? Tenemos la faena al uso, que aun siendo meritísima, es la más ilógica de todas porque se impone a pesar de lo que diga el toro. En Morante no es así: cada reacción del animal se resuelve de manera precisa: tres naturales o dos ayudados por alto; un trincherazo o el aleteo de pitón a pitón; el lance de capa o el recorte. Nos obliga, pues, a estar siempre mirando. A ver qué pasa. En eso de tener el toreo en la cabeza.
Llegamos al valor, y con él, a la otra columna de este milagro morantista. Realmente es una obviedad: para hacer lo que hace Morante y de esa manera, y no sólo al toro dóciel que se deja acompañar, sino también al reservón, al violento, al listo, al poco entregado o al de nobleza oculta, se necesita un valor de orden superior que nada tiene que ver con el arrojo puntual o la garra acelerada. Por lo visto, los últimos infieles ya se están enterando. Me aburre explicar cualquier evidencia. Y la mayor de todas es que Morante tiene valor.
Aprovechamos, ya que hablamos de valor, para entrar ya en algunas claves de la temporada (se refiere a la remporada 2009). Aquel mano a mano en SEvilla era en realidad una terna de dos contra uno: Victorino Martín y el Cid frente a Morante. El juicio estaba ya solucionado en el imaginario de la canallesca, de manera que para algunos mandarines de la crítica, "poresitos", el de la Puebla naufragó sin ideas ni recursos. Ello, a pesar de los lances a un albaserrada tobillero hasta la boca de riego con la música en su honor; y a pesar de aquella faena de sereno valor y verdad absoluta frente al peligro del quinto de la tarde.
Luego llegó la oreja de firmeza y capacidad al complejo toro de Jandilla antes de la Gran Lección. Hablamos de la faena a un juanpedro reservón y orientado que sucumbió ante esa calma de pies y esa muleta cuadrada ante sus ojos. Con la mano izquierda. La obra, definitoria de la absoluta madurez del artista, embaucadora por su beleza y magistral al ser expuesta ante la incredulidad de todos los presentes, se convirtió además en eterna. Se clavó como un puñal en la aficióin que, encogida, no reaccionó como hubiese debido hasta salir e la plaza y quitarse la daga del pecho. Y entonces la faena viajó por el mundo y lo seguirá haciendo por los siglos de los siglos a través de la memoria colectiva de la afición.
Viajará en compañía de los veinte lances de capa y de ese galleo por chicuelinas cuyo baile no hubiera igualado un flamenco de la cava. Es lo que decíamos de "nacer torero". De aquella obra de arte sin parangón acaecida en la Monumental de Las Ventas no diremos más. Si lo vieron, es innecesario; y si se lo perdieron, sería inutil. Además, sin quererlos estamos haciendo repaso de un año que aún no ha concluido y no es nuestro objetivo. No obstante brevemente apuntaremos la faena apoteósica de Barcelona ante un manso encastado; el recital de toreo absoluto (capote, banderillas, muleta y espada) de Granada; la naturalidad sublime que silenció a los mozos de Pamplona; la gloriosa colosal y sangrienta en El PUerto de Santa María; la reaparición de cante grande en Málaga; la lentitud etérea e incomprendida de Bilbao; y l afaena descomunal de Cuenca, el día que, por lo visto, hubo un duelo del que un servidor no se enteró.
En San Sebastián de los REyes cayó herido por segunda vez el Genio después de explicar el toreo a la verónica y de muleta, en doce pases, antes de la cornada. Cuando esto se publique, quizá Morante haya reaparecido de nuevo, ahora en Valladolid. Queda septiembre y octubre, meses plagados de compromisos difíciles y, en ocasiones, creemos que innecesarios. Pero dejemos para el torero y su administración la conveniencia o no de sumar más festejos que un pegapases del montón. Hasta que el cuerpo y la mente aguante, si es que aguantan, Morante está escribiendo la mayoría de páginas gloriosas del año 2009 en las plazas más relevantes del orbe taurino. Y lo está haciendo con una pésima fortuna en los sorteos y con una enfermedad, no lo olvidemos, que impsibilitaría a cualquier mortal ponerse delante, no ya de un toro, sino de un ordenador. Con la contundencia del poderos, con la entrega absoluta del gladiador, con la maestría del doctor y con la grandiosidad de lo que es, un artista único e inimitable, Morante se ha ganado ya el derecho a ser juzgado para los restos.
El valor más desnudo y el arte una vez soñado se han encontrado en un torero. Y juntos llevan el nombre de la Puebla.

lunes, 25 de enero de 2010

A la torera/ Antonio Caballero


Por Antonio Caballero
6 Toros 6 No. 791

Decía aquí mismo hace quince días, hablando de poesía y de toros, que un tema "artístico" no genera necesariamente arte, ni un tema "poético" inspira poesía. Así, los toros -salvo que a la vez sean poetas, y en ese caso el tema poco importa. Ni siquiera se necesita entonces ser aficionado. Rubén Darío, por ejemplo, que no lo era -pero era un gran poeta-, escribió una vez un poema a un buey castrado, cosa que a un aficionado cabal le hubiera puesto los pelos de punta por considerarlo poco poético. Un toro bravo, en cambio...

Ya recordé aquí la vez pasada cómo el poeta alemán Rainer María Rilke, sin saber nada de toros, escribió versos magníficos sobre la corrida, dedicados in memoriam a Francisco Montes "Paquiro". Pero a los aficionados lo que les importa no es el poema, sino el tema. O sea, los toros. Y, por supuesto, que el poema se ajuste en forma y contenido a los toros, y respete el reglamento taurino con absoluta fidelidad, del mismo modo que a la pintura de asunto taurino le exigen que se ciña a representar las cosas tal como son en los toros, con literalidad absoluta: que una gaonera sea reconociblemente una gaonera, y un pase natural sea un pase natural. Y por eso la pintura taurina suele ser más taurina que pintura. Por eso hace un par de años no le perdonaron a Miquel Barceló que hubiera pintado un "barceló" para los carteles de la feria de Sevilla, y este pasado abril Manuel Salinas tuvo que pintar un toro, en vez de un cuadro de Salinas, para no enfurecer a la afición. Sólo a Picasso, por ser Picasso, y tal vez porque está muerto, le toleran que en vez de pintar toros-toros pinte "picassos" cuando se pone a ilustrar la tauromaquia.

Con la poesía pasa lo mismo. Dice, por ejemplo, Rilke, en el poema de que vengo hablando, que un toro que salta al ruedo tiene la testuz "cerrada como un puño". La imagen es espléndida. Pero de inmediato un aficionado censura al poeta:

-¿Y eso qué quiere decir? ¿Abrochado de pitones? ¡Pues que lo diga, coño! Se conoce que el tío es alemán...

Sólo hay una excepción: Federico García Lorca, a quien le sucede lo que a Picasso: tiene bula. Porque es García Lorca, porque está muerto -él también- y por el prestigio de haber escrito el famoso Llanto por el torero Ignacio Sánchez Mejías, muerto en el ruedo. Pero yo he conocido aficionados quisquillosos que ni siquiera a él le pasan una. Dice el poeta, por ejemplo (en su pieza de teatro sobre Mariana Pineda), que "en la corrida más grande/ que vio en Ronda la vieja/ el matador de turno cinco toros mató, cinco,/ con divisa verde y negra".

Y el aficionado cabal puede que finja perdonar al poeta (ya digo: por lo del Llanto), pero le irrita profundamente que no sepa que, en provincias, los toros de Miura no se torean con divisa verde y negra, como en Madrid, sino verde y encarnada, como sabe todo el mundo.

Y algo todavía más grave. Primero el poeta habla de "cinco toros de azabache"; y luego dice, tan tranquilo, que el torero se movía en la plaza "frente a los toros zaínos/ que España cría en su tierra". ¿Al fin qué? No es lo mismo un toro negro azabache, brillante como un espejo, que uno negro zaíno, con la capa de un negro mate y sin luz. Y además, los de Miura nunca son ni lo uno ni ni lo otro. Los hay sardos, salineros, mulatos, cárdenos entrepelados, chorreados en morcillo... De todo, o casi. Pero zaínos no, y de azabache menos.

Todo eso resulta intolerante para el aficionado porque, digo, le interesa más la justeza precisa de la descripción taurina fidedigna que la poesía en sí. La poesía se debe someter a la tauromaquia, y no al revés. El aficionado no acepta que García Lorca caiga en el pecado que su colega Quevedo les atribuye a todos los poetas, que van a dar al infierno por "el consonante condenados". Es decir, por cuenta d ela rima de sus versos, que los obliga a decir mentiras. O, como en este caso de GArcía Lorca, por cuenta de la métrica. No podía escribir él un verso como "frente a los toros chorreados en morcillo" (o "frente a los toros cárdenos entrepelados") porque se le hubiera venido abajo el sonsonete del octosílabo. Ni tampoco repetir su (ya errónea) definición de "toros de azabache" por la misma razón. Le tocaba inventar de acuerdo con su propia música interior, pasándose por la faja, o saltándose a la torera, las reglas que los aficionados creen intocables e inmutables de la tauromaquia.

domingo, 24 de enero de 2010

El prestigio de las orejas/ José Carlos Arevalo



Por José Carlos Arevalo

6 Toros 6, No. 791 agosto 2009

Las orejas en los toros son como los goles en el fútblo, el dato que prueba parte de lo que pasó. Pero sólo una parte, la otra es el toreo o el juego, algo que entienden todos y, por eso, las orejas y los goles, o su ausencia, confirman a muchos espectadores, a demasiados, que las cosas salieron bien o regular.
Se quiera o no, las orejas cuentan, tapan boca y hasta modifican el criterio de los supuestos expertos. Si no las hay, les resulta costoso dar aval a lo sucedido aunque sea bueno. Personalmente, me gustan las orejas: todos contentos. Pero como aficionado me traen un poco al pairo. Lo que de verdad valoro es lo que hace el torero y lo que plantea el toro. Y si la respuesta del diestro es valerosa, o inteligente, o inspirada, y si el toro no regala embestidas pero las tiene dentro, me doy por satisfecho.

Digo todo esto, a próposito de la Feria de Bilbao, cuando a mitad de abono sólo se ha cortado una oreja, lo que, paradójicamente, no quiere decir que hayamos asistido a malas corridas. En Vista Alegre se pide y sale al ruedo un toro serio, lo que de por sí limita a los toreros la conquista de trofeos. Además, se valora la ejecución y colocación de la espada en la suerte suprema, lo que los reduce aún más. Por otra parte, es cierto que en varias ocasiones el público ha solicitado la oreja y el presidente no la ha concedido. Pero su conducta no debería molestar aunque contradiga la voluntad del público, pues, hasta el momento, sus negativas han sido más razonables que la generosidad del tendido.

Las plazas de primera, en las que se lidia el toro más serio y se respetan todas las faes de la lidia, tienen ese inconveniente para el espectador y esa ventaja para el aficionado. Por el momento, hemos de conceder que en las Corridas Generales de 2009 la gente ha ido a Vista Alegre a ver una corrida de toros y ha visto una corrida de toros: todas las tardes. Y, para empezar, hay aspectos sustanciales de la lidia que han mejorado. La cudara de caballos francesa de Alain Bonijol ha permitido a los picadores hacer muy bien la suerte. Casi todos han citado al toro danto el medio pecho del caballo, se ha señalado arriba y delantero y todos han medito el castigo con solvencia. Es cierto que los toros, con menos pujanza de la necesaria, no han permitido una mayor brillantez, pero son muchos los picadores que han salido al ruedo entre aplausos. Además, y esto es muy importante, los bien domados caballos de Bonijol han dignificado el papel del equino en la suerte de varas. Ya no es el jamelgo antiguamente condenado a morir, ni tampoco el caballazo acorazado que impide la buena ejecución de la suerte. Bilbao es, con Sevilla, la plaza donde se pica mejor. Pero en Vista Alegre, a diferencia de la Maestranza, donde los caballos salen escoltados por un ejército de monosabios, los picadores van solos, hacen la suerte solos, y sólo aparecen los monos en ocasión de derribo. Otro cantar es, hasta el momento de escribir estas líneas, la disposición con que vienen los ganaderos. Cumplen con respecto al trapío y las defensas de los animales. Traen el toro grande, y en general bien hecho, pero no con el fondo de fuerzas necesario. Se ve que, atemorizados por la agresividad del toro malo, no los mueven ya tanto, lo que va en menoscabo del juego del toro bueno. Así sucedió con la corrida de Fuente Ymbro, en la que la falta de motor de algunos impidió que lucieran toda su bravura. Claro que los más encastados -sólo hubo uno manso, el sexto- tampoco sacaron a relucir la raza que llevaban dentro. Por ejemplo, más duros de patas, a El Cid se lo habrían comido crudo.

De acuerdo, pero ¿y las orejas?, me preguntará alguno. Pues las orejas llegarán, seguro que sí, pero con toros de verdad, lidiados de verdad y cortadas con razón. Serán menos que las vistas en otras plazas, pero rubricarán grandes faenas a auténticos toros. ¿Saben ustedes que me está gustando el reglamento vasco? Su puya equilibrada a su incisivo filo, sus medias orejas, sus limitadas puertas grandes, banales ya en casi todas partes. ¿No se han dado cuenta ustedes de que los costaleros, los mismos en todas las plazas, son ya más conocidos que los toreros? Acabemos con las orejas gratuitas y los triunfos falsos. Olvidemos los vicios de ayer. No siempre el pasado fue mejor.

Tertulia sobre la Feria de Quito


Por Esteban Ortiz
Especial para DIARIO HOY

Con el fin de analizar lo que fue la Feria de Quito de 2009, el próximo jueves 28 de enero, a las 19:30, se llevará a cabo en el restaurante La Bulería la tertulia convocada por El Albero Peña Taurina. Este foro busca recoger las sugerencias de los aficionados.Según los organizadores del evento, la Feria fue buena e interesante, pero "con altibajos. Así podríamos simplificar lo ocurrido durante la Feria de diciembre de 2009. Pero como en toros las simplificaciones son injustas, creemos que es importante analizar cada ámbito de lo ocurrido". Por eso la necesidad de discutir estos temas que son trascendentes para nuestra fiesta y su desarrollo.Así, según lo informado, se pasará un video con un resumen sobre lo ocurrido en la Plaza de Toros Quito y luego intervendrán representantes de los distintos gremios quienes harán una revisión de lo ocurrido. Se hablará sobre el toro y su comportamiento, la actuación de los profesionales, el desempeño de la autoridad de plaza y la visión de los aficionados. Luego de las intervenciones, se abrirá un foro de discusión en el que podrán participar los asistentes.

domingo, 17 de enero de 2010

jueves, 14 de enero de 2010

'Prohibir los toros es una barbaridad, un ataque a la libertad/ Luis Eduardo Aute



Por Luis Eduardo Aute
tomdado de burladero.com

¿Prohibir una manifestación cultural? eso es una barbaridad y, además, un ataque a la libertad de expresión en el ámbito del arte, de la cultura. Es por ahí por donde veo que hay que parar, templar y nunca mandar al toro 'antitaurino' (valga la contra-redundancia). Esos son los cuernos que hay que agarrar. Y qué hacemos con Goya, ¿prohibimos su 'Tauromaquia'?. Y con Picasso, ¿eliminamos el toro de su 'Guernica'?. Y con Ortega, Bergamín, Lorca, Hemingway, Welles, Bizet, Blasco Ibáñez, Barceló, Francesco Rossi, Carlos Velo... todos ellos amantes del arte de la tauromaquia y no por ello sospechosos de 'españolismo' retrógrado. ¿Son unos incivilizados bárbaros?
En muchos territorios de España no se celebra la Lidia (no me gusta llamarla Fiesta), porque no hay afición, y están en su derecho. Pero, que yo sepa, no hay ninguna ley que prohíba las corridas, salvo en el archipiélago canario según tengo entendido.
En cuanto al tema del sufrimiento del toro, de su tortura y muerte, ningún aficionado va a las corridas por sadismo, a ver sangre. Todo lo contrario. Espera y desea ver una faena limpia, lo menos dolorosa posible para toro y torero. A pesar de lo que arguyen los detractores de la Lidia, ese aficionado va en busca de magia, de belleza, de eso que llaman 'instante que detiene el tiempo'; una emoción difícilmente explicable pero que hasta el más lego en la materia, también experimenta. Muy lamentablemente, esa situación es, por motivos diversos, poco frecuente. Y, sí, es cierto, hay faenas terribles para el toro e insoportables para cualquiera incluso para el buen aficionado. En ese sentido, el público disgustado castiga al torero. El tema exige reflexiones profundas de gran enjundia ética y estética por lo que sólo espero que el corazón no nos haga perder la razón en este apasionante debate que nunca debe ser confrontación ideológica ni patriotera ni mucho menos política sino puro e informado debate estrictamente cultural.

martes, 12 de enero de 2010

El pésimo gusto de los vestidos funerarios /Alfonso Navalón



Por Alfonso Navalón



El buen gusto y la prestancia han predominado en los toreros. Cada uno vestía con arreglo a su personalidad. Salvo la rareza de Palomo Linares que nunca se puso el oro de los matadores, casi todos han cuidado llevar una ropa entonada a cada tarde y cada plaza. Hubo innovadores de exquisito gusto, como Rafael Albaicín, con bordados antiguos diseñados por su padre y padrino, el gran pintor Ignacio Zuloaga. Luis Miguel trajo la extravagancia de los trajes ligeritos de adornos o la excentricidad de colocarse una media de seda como corbata. Camino tenía la manía de no ponerse faja porque decía que lo hacía más bajito. En contadas ocasiones se permitían el capricho de usar la plata o el azabache propios de los peones, pero muy enriquecidos. Hay una foto preciosa de Cagancho vestido de negro y plata y un cuadro de Antonio Bienvenida vestido de grana y azabache. Los grandes maestros han usado con cierta frecuencia los ternos de azabache pero con la seda muy atrevida como el grana, el azul purísima o el blanco. Joselito (el de verdad) fue el primero que vistió de negro total, como luto por su madre la ‘Señá’ Gabriela. Ahora proliferan los vestidos funerarios, absorbiendo los brillos del azabache con la seda negra o morado intenso. En las últimas ferias daba pena ver a Finito en San Sebastián y Abellán en Bilbao con esos trajes funerarios que hacían daño a la vista. Si a ciertos toreros, tristes de por sí, les da por vestirse de entierro, resulta doblemente doloroso soportarlos en la plaza.

A los taurinos les falta personalidad/ Alfonso Navalón


Por Alfonso Navalón

Antes daba gloria porque la gente daba juego. Bastaba con saber elegir estratégicamente a los protagonistas. O dejar que ellos te eligieran a ti. Pero el filón se acaba y cada vez que buceo en el panorama taurino en busca de un personaje para una historia que pueda interesar al lector, no encuentro más que mediocridades. Antes las figuras del toreo despertaban el interés del público porque tenían claroscuros en su vida para escribir en un sentido o en otro. Desde Luis Miguel hasta El Cordobés, pasando por Ordóñez, cada vida era una película. Ahora los toreros no tienen gancho en la calle. Son seres uniformados, más bien formalitos, más bien funcionarios que van a lo suyo. Al gran público le suenan más los romances de Rafi Camino que la vida sensata de Enrique Ponce. Le interesa más saber quién fue la última actriz americana que quiso tirarse a Óscar Higares que la trayectoria artística de José Tomás. Y Rivera Ordóñez le debe más a la fama por su casorio con Jeñita Alba (¡Hay que tener valor!) que por sus pasos en el ruedo. Hace poco la televisión rosa ha dedicado amplios espacios a un 'homenaje' de la gente frívola a Finito de Córdoba, sin que se tenga noticia que guarde alguna relación con sus poco afortunadas actuaciones con el traje de luces. Y así todo. Te ves negro para encontrar algún torero, apoderado o ganadero que tenga algo para contar. Y cuando te entra la vena sarcástica tienes que tirar de mediocridades como Martín Arranz, oscuro individuo que intriga en la sombra y que ahora está representando el papel del maquiavélico Camará, aquel intrigante cordobés que dominó el negocio taurino y no dudó en sacrificar para su provecho a hombres tan importantes como Manolete, que siendo una figura de época a la hora de la verdad sólo era un pelele en sus manos. Cosas de Antonio Antes, sin salir de Salamanca tenías un filón variopinto, como el zorro de Antonio Pérez, que decía de sí mismo: "Como ganadero soy uno más pero como tratante soy el mejor de España". Antonio Pérez representaba con la misma naturalidad su papel de gran señor con habitación fija en el hotel Palace de Madrid que gitaneaba engañando a sus propios compañeros. En el Palace tenía desde un smoking hasta las clásicas polainas repujadas del traje corto. Desde ternos de alpaca veraniegos hasta los más costosos gabanes de piel de camello, zapatos italianos y sombreros de fieltro inglés. Y a la hora de ronear eran famosas sus noches madrileñas con hembras de fuste y renombre. Pero en el gitaneo no tenía rival. Una vez convocó en Madrid una junta extraordinaria de ganaderos para jurar solemnemente que nadie vendería una corrida por menos de cien mil pesetas. Y todos se hicieron los fuertes. Nada más salir de la reunión Antonio Pérez tenía vendidas todas sus corridas a dos mil duros más baratas de lo convenido. Otra vez venían unos empresarios de un pueblo murciano para comprarle una corrida que tenían comprometida con los Hermanos Rodríguez Pacheco. Y los esperaban a mesa puesta en su casa de Gallegos de Argañán. Como era de rigor entraron por San Fernando a saludar a don Antonio. Al poco rato ya les había vendido la corrida y los hombres estaban avergonzados por su falta de palabra con los Pacheco. Don Antonio que se dio cuenta de la situación llamó inmediatamente a los dos hermanos: "Le he vendido la corrida a estos amigos vuestros. Como sólo tenéis una os será fácil darle salida. Pero poneos en mi caso, que tengo que vender más de cien toros cada temporada". Y a los Pacheco no les pareció mal. ¡Cosas de don Antonio! La tremenda rivalidad entre ganaderos andaluces y salmantinos la resolvió haciéndose íntimo amigo de Eduardo Miura y empadronándose como criador ¡en la zona de Sevilla! No se perdía una feria de Abril y además chanelaba de flamenco. Para acabarlo de arreglar decía: "Yo he nacido en Salamanca ¡pero mi novia es Sevilla!", y no le parecía mal ni a los de allí ni a los de aquí. Cuando al final de su vida, sus hijos empezaron a jugar a hacerle la contra los reprendió seriamente: "No os vayáis a equivocar que tiene más fuerza de la que pensáis". El difunto Juan Mari no se podía imaginar que después de tantos años sin faltar su ganadería a San Isidro, una tarde el público de Madrid gritara a coro: "¡Juan Mari que no vuelva!" y estuvo cinco años sin poder lidiar en aquella plaza a pesar de exigirlo las figuras. En la última feria de Salamanca que vivió don Antonio se encontró un día en el Gran Hotel a Camará y Atanasio que estaban estudiando la estrategia para quitarme de enmedio. "Como sigáis atacándolo os va a dar muchos disgustos". Y como estaban poniéndome a parir don Antonio sentenció: "Navalón no es malo porque sabe lo que dice. ¡Lo peor va a ser la escuela que va a dejar!". Se refería a mis imitadores. Y como siempre, acertó. El ferroviario Ya digo que aquellos personajes eran muy lucidos para bien o para mal. Todavía me asombro del partido que les saqué a las crónicas de Atanasio cuando presumía de amigo pero creía que tenía mucho poder y en su condición de diputado de las Cortes franquistas fue a ver al director de 'El Ruedo' para que me expulsara inmediatamente "porque el hijo de un rojo no podía escribir en la Prensa del Movimiento". El director lo echó del despacho y Atanasio se vino a Salamanca con el rabo entre las patas. Yo, que ignoraba el incidente, seguía poniéndole las corridas bastante bien, hasta que pasado un año el director me contó "la clase de paisano que tiene usted". Por aquel entonces Atanasio presumía de gran señor y rico de toda la vida, pero yo sabía su verdadera historia como humilde ayudante de factor en la estación de Espino de la Orbada. Luego pegó el braguetazo con doña Nati Cobaleda que por su carácter difícil no encontraba pretendientes para arriesgarse al matrimonio. Y Atanasio mejoró de fortuna. Cuando más confiado estaba un año después de su 'hazaña', conté la historia del ferroviario. Y sus toros se conocían desde entonces como 'los del ferroviario'. A Atanasio se le revolvían las tripas cada vez que alguien le recordaba su pasado en el ferrocarril y cuando echó una corrida bastante buena en Madrid todo el mundo esperaba que se la pusiera mal. Se llevaron un chasco porque resalté las cosas buenas de los toros. Pero al ganadero lo dejé escurriendo. Decía más o menos: "Esta vez no se ha cumplido el viejo refrán ganadero de que los toros se parecen al amo. ¡Esta vez los toros salieron buenos!"... Y a continuación contaba cuando unos contrabandistas portugueses vinieron a matarlo a Ciudad Rodrigo porque los había engañado. Atanasio tuvo que esconderse debajo de las faldillas de una camilla que tenía Pepe el de 'El Porvenir' en la cocina y de allí lo sacó protegido la Guardia Civil mientras los Monteiros esperaban en la calle enarbolando las garrotas. Estuvo cuatro meses sin poder aparecer los martes en Ciudad Rodrigo como tenía por costumbre. También conté su tertulia con Jesús Arjona y Rafael 'El rico de Espeja' porque siendo los tres millonarios, cuando se juntaban en 'El Lampi' cada uno pagaba su café y no se tiene noticia que ninguno invitara a los otros ni una sola vez. Total, que habiéndole jaleado la corrida como se merecía, se le atragantó el triunfo porque con estas historias el personal supo que "los toros no salieron al amo"... Y seguro que Atanasio se acordaría más de una vez de don Antonio: "Te has confundido Ata, con éste te va a salir un grano"... Lo bueno del ferroviario es que dejó como sucesor a 'Caraliebre' que también ha sido un personaje al que se le puede sacar mucho partido. Un buen hombre Otro hombre que dio juego fue Florentino Díaz Flores cuando estaba en la cumbre del poder como apoderado de 'El Viti'. Siempre me llevé bien con él porque era simpático y buena persona. Pasamos muchos ratos buenos juntos y además teníamos la afinidad de sentir el mismo 'aprecio' por Atanasio. Pero una vez surgió un malentendido y para fastidiarlo lo llamé el 'hombrecillo de la varita' y le gasté una gracia por su forma de vestir. Y como Florentino era muy sentido se llevó un berrinche de órdago. Yo sabía que la enemistad iba a durar muy poco, pero le daba largas recreándome en la suerte. Hasta que al acabar la temporada me pilló en la final de acoso y derribo en Alba de Tormes. Y se vino por derecho. Nos dimos un abrazo y desde entonces, ni un ruido. Cuando hace cinco años eché una corrida en Benidorm, donde pasaba largas temporadas, Florentino estuvo más preocupado con la corrida que si fuera suya. Me defendió un toro que blandeaba algo y los veterinarios lo querían rechazar. Luego como hablaba en la emisora local y los críticos no tenían mucha ley me puso los toros por las nubes y pasamos juntos unos días muy agradables. Naturalmente hablamos de la varita... de la buena suerte. Después el tono de las polémicas ha bajado bastante por falta de material y de personajes que se presten al lucimiento. Cuando hace poco tuve que ocuparme de una carta que escribió un nuevo rico al director después de regalar un morucho en el Festival de las Hermanitas, me di cuenta de lo difícil que resulta escribir del mundillo taurino en los tiempos que corremos. Es lamentable que una pluma de mi categoría tenga que descender a ocuparse de un individuo que además se llama Sánchez Benito. ¡Si es que con ese nombre es imposible sacarle partido! El ingenio de Juan Mari Hasta en la época en que los grandes ganaderos salmantinos empezaron a perder cartel, te surgía de pronto un habilidoso simpático como Juan Mari (¡ya están los de 'La Gaceta' en guardia a ver qué escribo!) que jugaba a la alta política de las dos caras. Me llamaba 'prenda' y mantenía un tono cordial. Pero al revés que estos mierdecillas, cuando tiraba a dar apuntaba alto. Y en vez de escribir cartas que son el hazmerreir del personal, convocaba en su casa una reunión con personajes tan antagónicos como el alcohólico bandujón de Ignacio Aguirre, con toda su fuerza política de semiministro de la UCD y el fatuo de Enrique Múgica cuando más preponderancia tenía entre los sociatas. O sea, que enfrentarse a Juan Mari tenía su mérito porque era un hombre representativo, carismático e influyente. Y aquello resultaba apasionante. Ahora lamento que, como respuesta al mentado contubernio, le amargué unas ferias cuando le salió muy bueno un toro colorao. Se me fue la mano en los escarnios y lo tuve recluido en 'Linejos' porque la crónica era como un carro de leña. Por esa puta soberbia y esta cabezonería no llegamos a hacer las paces. Que en el fondo era lo que estábamos deseando los dos. Porque disfrutábamos puteándonos y además tenía ingenio y sabía soltar un gato a tiempo para darle emoción a la tertulia, como aquella noche de Bilbao. Estábamos atravesando uno de los baches de tiranteces. Pero de buen tono porque Juan Mari acudía a mis coloquios y confesaba que se divertía mucho. Al verlo en la sala lo invité a salir. Y aceptó. El público sabía cómo andábamos y había una gran tensión. Pero los dos sabíamos que ninguno iba a perder los papeles. Para mayor temeridad hablamos del afeitado y aquello se puso al rojo vivo. Cuando la entrevista estaba ya madura le pregunté a bocajarro: "¿Es verdad que tú afeitas mucho?", y él replicó en el acto: "¡Yo no he afeitado un toro en mi vida!". "Tienes razón: para eso está el personal especializado"... Al terminar el coloquio tomamos una copa, hicimos risas y estuvimos una temporada larga de amigos. Aunque tuviéramos el burro a la linde. Aquéllos eran contrincantes de altura y no estos cantamañanas de medio pelo. Mira que a estas alturas tener que andar perdiendo el tiempo con el Sánchez Benito ése... Bien mirado tendría que subvencionarme por hacerlo casi famoso. Aunque con éste no creo que se repita el caso de Victorino. Aquello fue fácil porque el cateto se aprendió muy bien el papel.

sábado, 9 de enero de 2010

Torear es Hundirse


Entre los valores de cualquier torero destacamos siempre algunos principios fundamentales: el valor, la capacidad técnica, el temple, la pureza. Pocas veces hablamos de la inteligencia. Ese rayo que va de la mente a las muñecas. La solvencia que asienta los pies, que da peso al cuerpo para asentarse y fundamento al corazón para que lata despacio. No tiene El Cid una mente despejada, si tiene una izquierda: metal bruñido. Ayer un toro jabonero con cara de buena gente desnudó como en Sevilla a Cid quién no supo resolver esa ecuación de planteamiento de faena, nudo, adorno y estocada. Con la izquierda el torero bailó y no se asentó, con ese danzar de C. Klein, incluso dio algún respingo en el tercer natural temiendo por su integridad. Era complicado distinguir entre el genio y la bravura de ese toro jabornero, pero la medicina era clara: pitón derecho,la muleta adelante, el temple para hilvanar, los toques dulces y a tiempo, muy por abajo y sin violencia, atornillar las zapatillas en la arena de Madrid y esa solvencia y disposición que los toros sienten. Nunca el toro fue hilado y dirigido después del primer natural. Quizá tenga Cid esa nube negra que impida pensar. O quizá no cuente con esa natural solvencia intelectual también de Joselito El Gallo. Decía Fernando Domínguez con la mente de El Gallo, que torear es hundirse. Sumir, acuartelar el charol de las zapatillas en lo hondo de la arena y girar.
De Purísima y Oro

jueves, 7 de enero de 2010

“Cuánto más humano, más negocio”


“Cuánto más humano, más negocio”.
Mundotoro.com
Un periodista sueco escribió en el rotativo Aftonbladet lo siguiente “A las mascotas sólo les falta que les legislen la libertad de religión para ser el mayor negocio del mundo”. Quizá no haga falta. El animal doméstico o mascota genera un volumen de 25 billones de dólares anuales en alimentación, farmacología, estética, cuidados, veterinaria, hospitales, cementerios, etc. Este negocio global se dirige esencialmente desde cinco grandes multinacionales: Mars, Nestlé-Purina, Ralston y Procter and Gamble, además de otras muchas empresas transnacionales. El negocio incrementó su volumen en un 120% la última década, espacio y tiempo en el que fueron modificadas o redactadas más de 150 leyes de defensa de los animales. ¿Es sólo una coincidencia? Los intereses de este negocio y su poder fáctico global han sido capaces de utilizar a los movimientos animalistas (anti-globalización por definición) en su favor. La idea de la defensa animal es su mejor publicidad. ¿Se enfrenta a esto el toreo?

Desde hace dos décadas, las grandes multinacionales de sectores de la alimentación humana, la cosmética y la estética comenzaron a desarrollar negocios con la mascota como objeto. Procter and Gamble (que experimenta con animales sus productos cosméticos) es ya uno de los líderes del sector, junto a marcas conocidas como Colgate Palmolive, Nestlé, Mars, Bayer, Nutreco… Han sido décadas de una lucha soterrada, con intervención en leyes y grupos políticos, para lograr la bicoca del negocio del otro gran mundo paralelo: el del animal. En USA los norteamericanos gastan 41 billones de dólares en sus mascotas, mucho más que la venta de cds, música, cine y videojuegos juntos. Inglaterra gasta 5 billones de libras esterlinas. Para hacernos una idea, el Producto Interior Bruto de Etiopía es similar al gasto en mascotas en Estados Unidos. Los gobiernos invierten en datar cada gato y cada perro y cada pez o pájaro mascota en los países objeto de inversión. Existe un censo más fiable que cualquier censo de humanos en el mundo. Sólo en doce países, se censan más de 320 millones de mascotas, unas 0,4 por habitante. En España, el censo del año pasado dice que 8,5 millones de hogares tienen su propia mascota.

La conexión de intereses entre los Estados y las empresas del negocio es evidente. El ICEX (Instituto de Comercio Exterior) financió y produjo un estudio sobre el emergente mercado de las mascotas en Turquía para orientar a las empresas españolas del sector. Este mercado está copado por las grandes multinacionales. Pero el estudio sorprende por su coste, ya que incluye un censo detallado de gatos, perros, aves y peces que son mascotas de los habitantes de este país. Detalla también un estudio de los contenidos de los productos que las multinacionales venden en Turquía.

¿Qué poder tienen estas empresas? Sólo P&G tenía en 2001 110,000 empleados en USA y decenas de miles más en otros países, con unos beneficios netos de 40 billones de dólares. Por entonces se le acusó de alentar, a partir de leyes, el llamado “secreto de polución”. Desde entonces ha desarrollado su negocio de mascotas. El periodista sueco E.H. Omblquist afirma en el diario citado que la capacidad de maniobra legislativa de estas empresas transnacionales y su influencia en los gobiernos es similar a la de las petroleras en los ochenta. Hay, además, una serie de intereses relacionados en este mercado; primero, la necesidad de una comunicación favorable al animal, que le aproxime al ser humano en derechos y necesidades. Otra, la salida al mercado de sus inversiones en los alimentos trangénicos (prohibidos en muchos países para el consumo humano) que adquirieron en stockcajes, y, además, sus inversiones en la rama de la biotecnología.

Biotecnólogo. Esta es la profesión del líder de la ILP y de la plataforma Prou en Cataluña, el argentino de Rosario Leonardo Anselmi Raffaeli, que dice trabajar para una empresa de estética y cosmética biotecnológica. Mundotoro ha podido saber que desde Inglaterra llega financiación a esta asociación, como que es dinero sueco el que apoya a los movimientos antitaurinos en Ecuador. Un análisis exhaustivo de las nuevas Leyes de derechos de los animales o de sus reformas coinciden en la gran expansión de este negocio, la última década o los últimos quince años. Pero hay más coincidencias que bien pueden ser fruto de la misma o de un urdido programa de comunicación e imagen, de expansión evidente.

Dos ejemplos. Uno, el debate contra la caza del zorro en Inglaterra, que ocupó un espacio de tiempo en el que se albergó unas Navidades. Idéntico que en Barcelona. Según datos obtenidos por Mundotoro, estas navidades los hogares de los españoles recibirán como regalo 250,000 nuevas mascotas. ¿Coincidencia? Extraña que, con el volumen de negocio existente, no haya una paridad en campañas de publicidad evidentes. Pero quizá exista la comunicación, el movimiento hacia el sentimentalismo, el cuanto más humano, más negocio. La campaña del Zorro se saldó con los mismos zorros muertos (se sigue ejercitando, y los perros pueden ser usados para rastrear no para hacer presa) pero la campaña coincidió con un aumento de ventas de mascotas y de produccíon superior al 11%. Y el negocio va más allá. Es imparable.

En los países occidentales el trato que tiene una mascota es de una calidad muy superior al de un ser humano en esos mismos países. Alimentación definida en calorías por volumen, edad, raza, etc. farmacología específica, hospitales y clínicas con las mayores inversiones, cementerios para perros y similares o ad hoc de psicólogos o psiquiatras. Más aún, la empresa Genetic Savings, de USA ya ha comenzado la clonación de mascotas para cuando estas fallezcan. Todo esto en un mundo en donde, según Acción contra el Hambre, bastarían con 480 millones de euros para termina con la hambruna de 20 millones de niños desnutridos.

El poder de este mundo paralelo es de tal magnitud que asusta. Su potencial económico, social y político, en evidente crecimiento, parece el guión de una película de ciencia ficción con visos de realidad. La capacidad de influir en los sentimientos de la sociedad avanzada, en sus políticos y gobiernos, la capacidad de introducirse en los movimientos anti globalización (animalistas) para utilizarlos en sus mensajes de “cuanto más humano más negocio” es una evidencia plausible. El toreo, que tiene todos los contenidos ecológicos para que fuera defendido por estos movimientos animalistas (se sacrifica la punta de un iceberg de vacas y toros que, además, crean un medio ambiente ecológico de una riqueza sin parangón) ha entrado a fomrar parte de una estrategia de comunicación a favor del indefenso animal: basta con ir en contra de él. Quizá buceando en los líderes de opinión de grupos como PETA o PRODU (¿de qué viven, quién los financia?) ¿quién hace que los belgas, suecos, ingleses, argentinos… puedan ir de una parte a otra del mundo a manifestarse en un mismo año?), se halla la clave. De momento, el negocio está al descubierto. Sus intereses y su poder, también.

'La Fiesta más culta en las manos más incultas' / Carlos Ruiz Villasuso

Por Carlos Ruiz Villasuso
Mundotoro.com

No encuentran la tumba de Lorca. Abrieron una fosa y no estaba. ¿Saben porque no la encuentran? Porque de Lorca les interesa más el muerto que su legado creativo. Les interesa más el pasado ya conocido, juzgado e historiado, que su esencia poética. No lo encuentran porque buscan sólo otro chiringuito político que abra una nueva brecha en la zanja que ya no debería de existir, si es que somos españoles democráticos y maduros: la que divide las lindes de las dos Españas que cierta política se empeña en mantener. Yo quiero que, ahora si, la encuentren. Para peregrinar al Parlamento de Cataluña con su féretro y su poesía. Para leer, alto y claro, frente a los ojos cerrados y las lenguas de serpientes de quienes alientan insistentemente su búsqueda como icono de su “ideología progresista” un texto. Uno que fundamenta mi libertad y mi derecho. Y el derecho a la libertad de cientos de miles de españoles y catalanes. Leer un texto que les llama, directamente, incultos, catetos y fusiladores de la cultura. Leer lo que ellos no han leído en su vida de chiringuiteros. Esto que escribió Lorca. El muerto que buscan:

"El toreo es probablemente la riqueza poética y vital de España, increíblemente desaprovechada por los escritores y artistas, debido principalmente a una falsa educación pedagógica que nos han dado y que hemos sido los hombres de mi generación los primeros en rechazar. Creo que los toros es la fiesta más culta que hay en el mundo"

La clase política de este país que se llama España ha llegado al nivel más bajo de perversión y de obscenidad. Los que buscan a Lorca y que no han leído a Lorca, han dado a sus gentes libertad de voto secreto por primera vez en su historia, escondidos en los escaños. Esta vez no había interés económico o de poder, la Fiesta, como la poesía de Lorca, se la trae al pairo. Qué grandeza. Qué ejemplo de implicación, de coherencia, de responsabilidad. Qué valentía parlamentaria. Qué ejemplo de claridad.

Para más perversidad, mientras sus gentes secreteaban el libre albedrío en Barcelona, la Viceministra del Gobierno de un país que aun se llama España, se declara partidaria de no prohibir. Pero no se aplica democráticamente para que no se prohíban los toros. Desde Madrid se llama cultura y arte en cada Medalla que se concede a los toreros y desde Cataluña el oro de la medalla se convierte, al cambio, sin duda, en chocolate del loro. Ecuanimidad política. Fuera aparte de esta sustancia política, hay que afirmar que el germen de la orfandad del toreo es la propia clase política. La misma que es propietaria a través de sus administraciones de las plazas de toros. Plazas que regenta una clase empresarial taimada y cautiva de los que les puedan dar y quitar. Quizá por eso no ha habido un planteamiento coherente frente al vandalismo antidemocrático y antitaurino que vivimos. Lo mismo reza para un sector atomizado y reiterado en su incapacidad, que se empeña en mostrar a José Tomás como si fuera el santo que se sacaba en peregrinación, bajo palio, en los tiempos de sequía. Pero ya no hay santo que nos haga lluvia. Hay una acción que reclama ya, que exige ya, una acción de lo sociedad civil para defender jurídicamente un derecho y una libertad. El fondo de esta cuestión es más grave que el toro si o no. No importa que ya se hayan cavado trincheras de una y otra parte. Forman parte de la balacera que defiende cada chiringuito. Pero son fuegos de artificio que esconden la esencia de lo que sucede. Que en Cataluña se está cometiendo una acción ilegal e inconstitucional tan evidente como se estaba cometiendo en muchas ciudades de Francia en los años sesenta. Y que se zanjó en los tribunales y en el parlamento de esta nación apelando al derecho legítimo del ciudadano francés a conservar sus tradiciones. La del toro bravo. Con este precedente europeo, se entiende poco y mal que ni el propio sector taurino ni la clase política que dice apoyar al toreo, haya sido capaz de orquestar una batalla jurídica en las más altas instancias para que este derecho sea el mismo en España. En Cataluña se está pasando el derecho a la tradición y a la costumbre (ésta última una de las fuentes del Derecho) por el forro de sus partes. La Ley del Patrimonio Histórico Español de 1985 que obliga a las administraciones a preservar tradiciones y costumbres de nuestros pueblos, la raíz misma de Código Civil respecto a la costumbre como base esencial de nuestras leyes, la Constitución como garante de todos estos derechos y libertades. En la propia Ley de Potestades Administrativas de Espectáculos Taurinos se afirma (Exposición de Motivos) que se aprueba dicha norma para adecuar al toreo con el nuevo ordenamiento jurídico nacido bajo el impulso de la Constitución. Estos textos legales y otros más atropellados sin que nadie haya hecho nada para ser amparados por un Tribunal de Justicia. Es hora de acudir a ellos, pues un debate de gustos, morales o éticas, no debe dirimirse en un Parlamento. Ningún voto da derecho a que nadie me imponga su moral o su ética si cumplo la ley. Si metemos la moral en los parlamentos, avanzamos de facto hacia un nuevo fascismo. La democracia es, entre otras cosas, el derecho a mi propia moral si ésta no viola la ley. Por eso hay que ir de visita a los tribunales. A las leyes. Y sobre leyes, los jueces. Porque, afortunadamente hay un precedente europeo en Francia. Porque vivimos en un Estado de Derecho. Y porque esta es la fiesta más culta gestionada por las manos más incultas. Porque si Federico García Lorca ve la fauna que son los buscadores de su tumba, se esconde para que no lo encuentren.

(PS. Este artículo jamás ha pretendido herir sentimientos o emociones legítimas de los familiares e íntimos del poeta, reconocido aficionado y partidario de la fiesta más culta del mundo)