jueves, 12 de julio de 2007

Torería/ Zabala de la Serna

Vicente Zabala de la Serna

La torería, esa esencia tan imposible de definir, tan fácil de distinguir y tan difícil de ver. Torería: gallardía, elegancia, naturalidad, gesto, caballerosidad. ¿Torería? ¿Y si la encuadramos por actitudes exentas de ella? ¿Qué no es torería?:

Torería no es hacer el paseíllo sin liarse el capote de paseo.
Torería no es la muleta blanca y la camisa negra.
Torería no es pegarle patadas al capote.
Torería no es limpiarse las manos de sangre en el culo de la taleguilla.
Torería no es golpear al toro con un manotazo en la culata.
Torería no es desprenderse de la montera al romper el desfile como si molestase.
Torería no es calentar en el callejón como un futbolista que calienta en la banda.
Torería no es simular pares de banderillas en el mismo.
Torería no es sonarse con la mano.
Torería no es un vestido de luces como un pijama, sin oro aparentando ser oro.
Torería no es envolverse en un mantón de manila en una vuelta al ruedo.
Torería no es escupir desde la barrera por delante de un compañero.
Torería no es agarrarse al peto de un caballo para acompañarlo hasta el portón de cuadrillas tras el tercio de varas.
Torería no es simular verónicas delante de tu matador cuando va a salir el toro: porque el que las da luego es él, no tú.
Torería no es estar descolocado en la plaza, ausente de la lidia.
Torería no es desentenderse de la faena de un compañero, de cháchara o saludos entrebarreras (menos siendo director de lidia).
Torería no es bajar en mitad del ruedo a los picadores de un torero herido pasa subir los tuyos porque te toca apechar con la cuestión.
Torería no es cambiar una corrida a unos compañeros el día antes.
Torería no son esos rótulos de autopropaganda en las furgonetas de cuadrillas.
Torería no es desabrocharse el chaleco.
Torería no es usar los fajines elásticos simulados.
Torería no es un tipo de zapatillas más confortables y cerradas que no es el clásico, porque acabaremos aceptando unas Air Jordan.
Torería es no aparecer a la hora de la corrida porque se da por hecho que se suspende por lluvia y que el presidente te mande un coche de la policía local a por ti.
Torería no es que un toro devuelto no entre en los corrales y te desentiendas siendo tuyo- cuando reiteradamente no obedece a los cabestros (tampoco es profesionalidad).
Torería no es darse azotitos en las nalgas con los banderilleros.
Torería no es celebrar que el toro cae muerto como quien marca un gol.
Torería no es salir y entrar de la cara del toro como se entra y se sale de una cafetería.
Torería no es desanudarse el corbatín porque hace calor.
Torería no es quedarse a la derecha del caballo de picar.
Torería no es correr para brindar un toro al público.
Torería no es tirarle la montera al picador para que levante la vara.
Torería no es colocarse el paquete como un camionero a la luz de todas las miradas.
Torería no es usar varillas en los capotes (si las hubiere).
Torería no es meter un toro sin reseñar no sorteado y engañar al público (o pretenderlo).
Torería no es evitar sortear por la fuerza de ser figura.
Torería no es andar engorilado por la plaza, como un pistolero.
Torería es lindeza, majeza, fragilidad, señorío, sentimiento. Torería es Morante en San Sebastián, lo más torero de las últimas semanas. En el arte y en el desastre, torero.

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